En plena cuaresma una lección de Navidad. Puntos de meditación 22-3-21
1.- Recuerdo en plena cuaresma aquello de Navidad: ¡Un Niño nos ha nacido! Oh pobreza, pobreza, exclamaría la Virgen María iluminada por una luz del Cielo. Lo entiende; y esto es lo que viene buscando el Niño que va a nacer. Y en medio de un éxtasis, como nunca se había podido contemplar, la Virgen María da a luz al Niño - Dios. Y nació para nosotros de Madre Virgen el Hijo de Dios.
2.- Jesús, en pobreza, como abandonado, pero muy amado por la Virgen María y San José, viniste al mundo. Tú, el Dios de la grandeza, del poder, de la gloria, de la sabiduría infinita, de la omnipotencia. ¿Y yo me puedo quejar de achaques y limitaciones; de olvidos y pretericiones; de descuidos y marginaciones? ¡Qué bueno ser como Tú, Jesús!
3.- Bendito seas, Señor, que has venido a enseñarme esta lección de humildad, de pobreza, de sacrificio, dame fuerza para saber aguantar con paz y serena alegría las inclemencias no solo del tiempo, sino también de mis achaques y limitaciones.
4.- Yo te abro mi corazón. Naces en un establo. El que viene a salvar a todos, no encuentra una casa normal para nacer. Ninguno de aquellos se puede preciar de haberle abierto las puertas.
5.- Yo, Jesús, quiero abrirte, pero me encuentro ahora como sin fuerzas para nada, como sin ganas de nada. Y te pido - ¡qué cara tengo! - te pido fuerza, porque sin ti no puedo ni principiar, ni continuar, ni concluir cosa conducente para la vida eterna.