El escándalo de los buenos

El escándalo de los buenos

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            El escándalo de los buenos o de los que debieran ser buenos, digo yo. Y no los voy a condenar, porque tal vez cuando obraban así, pensaban que ofrecían a Dios un servicio. Antes de hablar de “mis” tres escándalos digo otra cosa:

            Hoy he oído predicar por TVE a un cura joven. Lo hacía de maravilla sobre la parábola del Tesoro Escondido. Decía el sermón desde el fondo de su alma. Así hay que predicar,  desde la propia experiencia de fe. De verdad, movía  el alma. Daban ganas de vender todo cuanto se tiene, de darlo todo, por entrar en el Reino de Dios y ser útil en él.

Pero a la vez que este deseo, en mi alma se removía un torbellino, a causa de los tres escándalos por mí recibidos.

   Me venía a la mente un pensamiento: en cualquier lugar podemos tropezarnos con un hipócrita, con un hombre que habla muy bien, parece incluso piadoso, y después es un fundamentalista, un cuasi talibán, un leguleyo, que poco parecido tiene con el  Evangelio enseñado por Jesús. Pero este cura joven, creo que no tendrá los  recovecos mentales de mis tres escandalizadores. En la juventud raramente se es retorcido.

             Los tres escándalos mayores de mi vida los he recibido por parte de un obispo, un sacerdote y un fraile que pasaban por muy buenos, y probablemente lo serían. Nadie podemos juzgar a nadie, aunque ellos lo hicieron conmigo. De ahí mi escándalo. Los tres se metieron con mi manera privada de obrar, intentando violar mi conciencia . No voy a bajar a detalles, que serían de larga la exposición.

             Cuando yo les dije que obraba según mi conciencia bien formada, ninguno de los tres lo admitió; y era en tres asuntos distintos y distantes en el tiempo: uno me dijo que obrar conforme a la conciencia, pero en contra a lo que él pensaba, era protestante. El otro me insultó diciéndome que yo era un cabezón. El tercero me dijo yo estaba en el error y que lo suyo era la verdad y que yo estaba en pecado mortal. He de advertir que todas aquellas cuestiones en juego, las tenía yo pensadas, meditadas, estudiadas a fondo. Incluso había escrito sobre una de ellas una tesis, después de varios años de estudio, tesis bien calificada por un tribunal de expertos.

 Algunas personas ante escándalos causados por gente de Iglesia, dejan de practicar la religión. No es lógico pero se puede llegar a comprenderlos.

 Quienes ostentan un puesto de responsabilidad en la Iglesia han de partir de esta base: Jesucristo vino a salvarnos; no a dificultarnos la salvación;  ha habido un Concilio Vaticano II,  y existe un Catecismo de la Iglesia Católica en el  que se advierte del respeto a la conciencia. Además,  dentro de la ley siempre hay un espíritu por encima de la letra; y  en cuestiones de Derecho Canónico los juristas suelen exponer sentencias o interpretaciones distintas. Incluso han de saber que existe la epiqueya, concepto que incluso algunos obispos parecen ignorar.

             En una palabra: sean humildes y no quieran avasallar a nadie por el hecho de ser obispos, cardenales, canónigos o provinciales.

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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