De una huelga muy antigua. Una carta que finaliza

Crítica Constructiva

CARTA ABIERTA A UN PROFESOR II  Y A SUS COMPAÑEROS para meditar 

carta 1

Carta famosa

            4.- A la hora de tomar decisiones, pienso que – por nuestro carácter de educadores – pienso que no se debe ir a una huelga. No se ve lícita por estas razones:

  1. a) Existen otros modos de reivindicar nuestras aspiraciones que no se han agotado. No se ha dado tiempo suficiente a la administración. Se está creando un clima de huelga a nivel nacional. Si colaboramos a ello, hacemos más difícil aún la labor de la Administración.

  1. b) Se aprovecharía la huelga del magisterio como medio de coacción política. Hay muchos interesados en ello.

  1. c) Sería de muy mal ejemplo para nuestros educandos.

  1. d) No hemos de dejarnos dominara por este sarampión de huelgas que estamos padeciendo. Antes, aguantábamos años y años sin chistar. Ahora, ¿no podemos aguantar desde el 17 de Enero para pedir con más calma la derogación de un decreto? Vamos a agotar todas las posibilidades.
  2. e) Por fin, el paro académico no será jurídicamente huelga, mas para los efectos pedagógicos, lo es. Basta con la protesta de paro técnico. Pero ha de ser corto por las consecuencias que trae consigo.

5.- Posibles soluciones. Firmas de todos como protesta. Unido esto al paro técnico puede ser suficiente. Y si no lo es, ya hemos demostrado que estamos unidos para seguir buscando otras soluciones.

(Este texto lo leí en la asamblea el 9 de febrero de 1976. El 11 de febrero se publicó en la Gaceta del Norte).

José María Lorenzo Amelibia

Nota posterior cuando lo transcribo el 19 de mayo del año 2021.

Hoy, a mis casi ochenta y siete años de edad, lo veo como un acto heroico; como una gran fidelidad con mis principios cristianos; como unas consideraciones muy ponderadas y buenas; como algo a seguir entre personas honradas y no maleadas por la ira, la política partidista, el bien material por encima de todos. Pero...  que no produjo ningún efecto positivo; todo fue negativo y contra mí. Nadie se “mojó” en defender estos principios. Fueron más pragmáticos y miedosos y me dejaron en la estacada. Es lo que suele suceder en tiempos de pre revolución, a no ser que la causa – en este caso mía – esté respaldada por un grupo grande. Consecuencia: tuve suerte de que no llegó el caso a una revolución cruenta. De lo contrario hubiera sido yo uno de los asesinados en las primeras escaramuzas. Consecuencia mía actual: En casos así, mejor callar, previendo lo inútil que va a ser la propia hazaña. Fue aquello una lección para toda mi vida: la malicia de los contrarios y la insolidaridad y cobardía de los propios. Por eso, prudencia, y solamente ser mártir cuando la causa es únicamente en defensa de la fe estricta.

José María Lorenzo Amelibia                                          Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/  Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3                                          Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2

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