“Los medios sobrenaturales” ¿al servicio de la ideología celibataria?

Informa ASCE

Asociación de Sacerdotes Secularizados ASCE

Crítica Constructiva

 

“Los medios sobrenaturales” ¿al servicio de la ideología celibataria?

Insiste la encíciclica en convertir la imposición en “donación y en convicción de haber escogido la mejor parte” (n. 74). Si no existiera la ley, los “motivos de donación y de elección” serían propios de cada persona. Optaría por el celibato quien tuviera claro “dicho carisma”, como ocurre entre los llamados “religiosos”. Quien quiera ser sacerdote secular debe centrarse en la madurez cristiana, las cualidades serviciales, la aceptación y llamada de la comunidad.

Y nada de pensar que “ha escogido la mejor parte” por ser célibe. La “mejor parte” (Lc 10,42) es trabajar por el Reino de Dios, tarea del cristiano. “Medios naturales y sobrenaturales, normas ascéticas”, los necesitamos todos para “activar la fe mediante la caridad” (Gál 5,6) y crecer en “la persona nueva creada a imagen de Dios...” (Ef 4, 24). El texto papal subaraya “la gracia de la fidelidad”, que hay que implorar humilde y constantemente, pero no se refiere al ministerio -sería lo lógico-, sino al celibato, como si fuera la esencia sacerdotal. Así se explica que el celibato sea el requisito básico del ministerio.


Igualmente ocurre con la “intensa vida espiritual” (n. 75)
Intimidad con Cristo, sentido de Iglesia, conocimiento de la Palabra de Dios, eucaristía, liturgia, devoción “tierna e iluminada” a la Virgen... “fuentes de una auténtica vida espiritual, única que da solidísimo fundamento a la observancia de la sagrada virginidad”. Estas fuentes comunes y propias de todo cristiano para vivir su vocación humana, cristiana y eclesial, se las apropian al clero y sólo para “observar la sagrada virginidad”. Clericalismo, desenfoque del celibato y del propio ministerio. El ministro de la Iglesia debe encontrar su espiritualidad espefícica en el amor pastoral (PO 14), cuya fuente es el Espíritu Santo. Él nos actuó en la “ordenación”, y sigue soldando lo más íntimo de nuestro ser cristiano con la raíz determinante de nuestro quehacer, el amor del Padre manifestado en Cristo Jesús. El Espíritu unifica y totaliza la vida ministerial con el regalo de su amor pastoral. El consuelo y el gozo en el cuidado pastoral es fruto del Espíritu. El celibato no es necesario asociarlo al ministerio. El celibato opcional es la única pastoral digna de la “vida sacerdotal”. Sólo en opción libre permanente puede ser fuente de alegría.

Parolin también habla en ese sentido de la «resistencia» a los cambios dentro de la Iglesia. «Esos cambios no pueden poner en peligro la esencia de la Iglesia, que tiene una continuidad en la historia proveniente de su fundación por Jesucristo. Se debe ser fiel. La Iglesia nunca podrá cambiar al punto de adaptarse completamente al mundo. Si lo hiciera y se perdiera en él, ya no cumpliría su misión de ser sal y luz para todos», dijo el arzobispo, destacando que aunque «a veces parece que el Papa va a revolucionarlo todo, a cambiarlo todo», en realidad la Iglesia se basa en la continuidad.

José María Lorenzo Amelibia

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