1. Ante todo agradecemos a Dios que nos haya enviado a su Hijo y se haya hecho hombre.  ¡Que Dios noa haga la gracia de vivir y de hacer vivir para Él!

2. Toda responsabilidad debe efectuarse y cumplirse para honra de Dios,  considerando que se nos haya entregado en las entrañas de la Virgen María.

3. Dios es quien traza a cada uno, al criarle, el programa de su vida y nos va conduciendo hacia el amor a Jesús y a María.
4. Y Él debe ser, Él solo, el término de mi movimiento y de nuestro descanso.
5. Obligación esencial, absoluta, de referir todo a Dios.
6. Dios quiere el sacrificio de alabanza completo, universal, el holocausto perfecto (Is. 61, 8) [150].
7. Quiere mi unión a Él; y esta unión superior, suprema, sin ninguna adherencia.
8. Enderezamos nuestra salvación, mirando su gloria como a último fin.
9. Dios está realmente en su lugar, en la cumbre de nuestra vida; el Hijo que se encarnó e hizo hombre para nuestra salvación. 

José María Lorenzo Amelibia                                         Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com              Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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