Que Él sea la vida de nuestra vida. Puntos de meditación. 4-7-21
Nuestra vida
Me llena de satisfacción poder ayudar a la Santísima Trinidad en esta alma constituida en un templo por el bautismo.
Qué satisfacción produce velar con el Señor durante el silencio absoluto.
Soy buscada y soy amada. Esta es la verdad. Lo demás carece de sentido.
Gran poder ejerce sobre las almas el apóstol que permanece constantemente junto a la fuente de aguas vivas.
Que Él sea la vida de nuestra vida, el alma de nuestra alma.
Permanezcamos día y noche conscientes bajo el influjo de su acción divina.
Piensa que soy la prisionera del divino prisionero, y que en Él desaparecen las distancias.
José María Lorenzo Amelibia
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