Cómo se manifiesta una persona madura

Cómo se manifiesta una persona madura

Los objetivos de la madurez personal,tanto masculina como femenina, están claros Y de estos objetivos se desprende que manifiesta una personalidad madura, sea varón o mujer, quien desarrolla los valores de la personalidad; encuentra un ideal o proyecto de vida que le ilusiona; actúa según la opción fundamental elegida;. valora bien su personalidad con sus pros y contras; es coherente con su personalidad centrada en el amor; interioriza y es fiel a su personalidad centrada en la acción; y vive sin extremismos a la espiritualidad polarizada en el deber

1- Valora bien su personalidad con sus pros y contras
No existe un modelo único para la madurez en la personalidad. Los principales valores y virtudes admiten gran pluralidad de realizaciones según sea el contexto cultural, la raza, el sexo y la configuración genética que estudian la biotipología, la caracterología y las misma espiritualidad diferencial cristiana. De estas disciplinas, destacamos dos conclusiones comunes: la naturaleza predispone para determinados valores y para ejercer con facilidad determinadas actitudes humanas. Así mismo, por hipoteca biopsicológica, muchas personas encuentran mayor o menor dificultad para el encuentro consigo mismo y con los demás. Unos individuos pueden llegar antes y mejor que otros a la meta de la personalidad madura. Por lo tanto habrá que valorar y juzgar a cada persona por los valores-talentos recibidos.

2- Posee y cultiva los valores de la personalidad
Una persona goza de plenitud en su personalidad cuando alcanza un grado aceptable de desarrollo integral en las cualidades, estabilidad en su manera de pensar, armonía en los valores, capacidad para tomar prudentes decisiones, rectitud en su obrar, la fidelidad en los compromisos contraídos y la coherencia entre el pensar y el actuar. Esta plenitud o madurez incluye otros valores y actitudes como la seguridad en lo que se hace, el pensar por cuenta propia, la serenidad ante el peligro, la sinceridad en las palabras y gestos, el no aprovecharse del prójimo, el poder dominarse a sí mismo, la adaptación serena a sus circunstancias y a los demás;, la capacidad para soportar el esfuerzo y el riesgo, el saber aguantar en las contrariedades externas e internas, la superación del egoísmo mediante la entrega generosa a los demás y la capacidad para colaborar con otros.

3-Encuentra un ideal o proyecto de vida que le ilusiona
Gran criterio que integra la dimensión individual y que ilumina la plenitud en la esfera personal es la búsqueda y encuentro de un “algo” que sea como la columna vertebral de la persona. Puede llamarse ideal que ilusiona; objetivos o fines que entusiasman, o bien, la opción fundamental que estructura y unifica las diversas tareas. Este “algo” se puede concretar en un proyecto que se constituye en la razón para amar, sufrir, gozar y esperar. Se trata de una dimensión fundamental que dará sentido a la vida, poporcionará la felicidad aunque sea relativa, y será la fuente de otros valores humanos.

4-Actúa según la opción fundamental elegida.
La madurez está muy unida a la coherencia de vida con la opción fundamental. Como su nombre indica, la opción fundamental es la elección de una persona, de un valor, o de un ideal, o de un fin, o de un humanismo entre varios. Como fundamental hace referencia a lo elegido como lo más importante, lo principal de la existencia personal, la fuente de un comportamiento coherente. Es el centro de valores, motor de opciones parciales, la raíz profunda de las decisiones concretas, motivación decisiva para el trabajo y el secreto que explica los sacrificios, esperanzas, alegrías y sufrimientos. Es la decisión que da sentido a la vida, lo que configura a la persona a modo de meta que orienta sobre la realización personal; el núcleo que aglutina los diversos factores de la personalidad; la actitud básica que define al hombre ante sí mismo y ante los demás; la opción del yo profundo, (no periférico), que brota del centro y condiciona los demás actos porque abarca totalmente al hombre. En definitiva, la opción fundamental es la que está detrás de cualquiera de nuestro SI o de nuestro NO. Es la que determina radicalmente la actualización del plan o proyecto de vida.

5-Es coherente con su personalidad centrada en el amor
En los párrafos siguientes resumo criterios de Sheldon (Variedad de los temperamentos) y con más detalle, la doctrina de A..Roldán en su obra Ascética diferencial, el hagiotipo denominado agapetónico, tiene como eje el amor o caridad de afecto. ¿A qué valores y virtudes propende con más facilidad? Al amor-bondad, caridad fraterna-amabilidad, mansedumbre, comprensión y tolerancia, prudencia, naturalidad en la virtud, paz-tranquilidad y alegría, humildad, obediencia completa y justicia sentida. ¿Y a qué defectos tiene propensión? A la falta de dinamismo apostólico, no sentir mucho la conciencia del deber, la inmortificación, la cobardía, la falta de dominio exterior y de recogimiento interior, la tendencia a la murmuración, la excesiva condescendencia, la pereza y la inconstancia volitiva. El agapetónico puede adoptar como maestro a San Franciso de Sales por el predominio del amor.

6-Interioriza y es fiel a su personalidad centrada en la acción
El llamado prasotónico es el hagiotipo polarizado en la caridad de obras o acción apostólica. Sus virtudes: el celo y dinamismo apostólico, la fortaleza, la magnanimidad, la decisión, la predisposición a la constancia, la mortificación corporal, la sinceridad operativa, la inclinación a la oración vocal, a practicar obras de caridad y hacer cumplir la justicia. A su vez este hagiotipo, el prasotónico, está inclinado a determinados defectos como la ineptitud para el amor contemplativo, el no prestar mucha atención a la conciencia del deber, la independencia en el obrar, la violencia y ansias de dominación, la inmodestia corporal y anímica, la disipación de acción, la desaprensión, la intolerancia, las prisas e irreflexión en la acción y la falta de piedad. El hagiotipo prasotónico (predominio de la acción) estuvo realizado en San Francisco Javier por su dinamismo apostólico.

7-Es fiel, sin extremismos, a la espiritualidad polarizada en el deber
Se llama deontotónico al hagiotipo en el que predomina el deber y la caridad de servicio en las obras. Se aprecian como virtudes la rigurosa conciencia del deber ante Dios, el sentido de responsabilidad, la fidelidad en las cosas pequeñas, la modestia, el pudor, el ascetismo, el amor al retiro y al silencio, la inclinación a la oración mental, la obediencia de ejecución y voluntad, y la justicia valorada. En este hagiotipo se hacen presentes como defectos: la ineptitud para el amor contemplativo, la falta de celo y dinamismo apostólico, la dureza de juicio, la hipersensibilidad, la modestia acartonada, la tristeza espiritual, la estrechez de corazón con propensión al escrúpulo, la pusilanimidad, la incomprensión e intolerancia, el egoísmo, la poca amabilidad, la inconstancia afectiva y volitiva. San Juan Berchmans con su santidad centrada en el deber se propone como modelo a imitar.
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