Los Siete Estigmas de san Francisco, junto al Panteón, se inaugura este lunes Roma abre su primera iglesia '24 horas': Francisco cumple el sueño del padre Ángel

El padre Ángel, en la iglesia '24 horas' de Roma
El padre Ángel, en la iglesia '24 horas' de Roma Jesús Bastante

“Es un sueño realizado, un sueño que ya no me atrevía a soñar después de haber conseguido abrir, en Madrid, San Antón”, asegura el fundador de Mensajeros de la Paz

"Queremos que sea un oasis de silencio, de oración y consuelo. Hay mucha gente que pasa frío por dentro y por fuera. Y queremos que quien tenga frío por dentro encuentre consuelo, y quien lo tenga por fuera encuentre abrigo"

Hoy, San Antón es una referencia mundial en el cuidado de las personas sin hogar, con ramificaciones en Barcelona (la parroquia de Santa Anna), Jordania o México. Y, ahora, también, en la Ciudad Eterna

En pleno centro de Roma, a pocos pasos del lugar donde Bruto asesinó a César, junto a Il Gesú. A doscientos metros del Panteón, a un paseo del Coliseo... una puerta abierta, siempre abierta, para los pobres. “Es un sueño que ya no esperaba cumplir”, nos cuenta, visiblemente, emocionado, el padre Ángel García, a las puertas de la iglesia de los Siete Estigmas de San Francisco, que este lunes se convertirá en la primera iglesia abierta las 24 horas, gestionada por Mensajeros de la Paz.

El trabajo en las últimas horas está resultando frenético. Un pelotón de voluntarios, coordinado por el 'alma mater' de la nueva casa romana de Mensajeros, Álvaro, trabaja sin descanso, colocando televisores, carteles explicativos, terminando los baños donde los hombres y mujeres sin hogar de la Ciudad Eterna podrán entrar a darse una ducha o hacer sus necesidades, “porque las iglesias no tienen baños para los pobres, y los pobres no tienen cinco euros para pagarse una consumición por la zona, y sin dinero, no les dejan entrar a mear”, lamenta el padre Ángel.

Baños, duchas, desayunos y 'la sala de la siesta del cura'

Las mesas-camilla donde, por el momento, se darán medio centenar de desayunos, o la 'sala de la siesta del cura', donde se habilitará un lugar donde puedan descansar tras toda un día deambulando entre turistas que no miran a los ojos de los pobres.

El padre Ángel, con un sin techo en la iglesia romana
El padre Ángel, con un sin techo en la iglesia romana Jesús Bastante

El fundador de Mensajeros de la Paz, que esta tarde 'preinaugura' el templo con un concierto en honor de la Virgen de la Inmaculada -una fiesta muy española en Roma, con presencia del Papa junto a la embajada por la tarde y.... “quién sabe”, si con visita sorpresa al nuevo templo de los pobres romanos-, y que mañana, a las 19 horas, abrirá sus puertas, para no cerrarlas nunca, está nervioso. Juguetea con su eterno llavero de la Virgen de Covadonga y se confiesa delante de un café.

“Es un sueño realizado, un sueño que ya no me atrevía a soñar después de haber conseguido abrir, en Madrid, San Antón”, apunta el padre Ángel, después de haber llamado la atención de sus voluntarios porque en la puerta había un pobre pidiendo, y no podía encontrarse con la puerta cerrada, aunque el templo, oficialmente, todavía no esté bajo la supervisión de Mensajeros de la Paz. Y recuerda que, anoche, en muchas ciudades del mundo (no en Roma), se llevó a cabo la noche por las personas sin hogar.

“El Papa Francisco dice que los ancianos debemos seguir soñando. Yo ya no soñaba con esto. Mi sueño había sido la iglesia de San Antón, y esto supera mis sueños. Esto es bendiciones de Dios al final de la vida. Es un sueño realizado, sin haberlo soñado. Es algo más”

El de una iglesia '24 horas' es un viejo sueño del padre. Ya en el libro que hicimos a cuatro manos (El padre Ángel, Mensajero de la Paz, Esfera de los Libros), en 2007, hablaba de ello. Hace cuatro años, “con la llegada de don Carlos a Madrid”, pudo hacerlo realidad en la capital de España. Hoy, San Antón es una referencia mundial en el cuidado de las personas sin hogar, con ramificaciones en Barcelona (la parroquia de Santa Anna), Jordania o México. Y, ahora, también, en la Ciudad Eterna.

Iglesia de los Siete Estigmas de San Francisco, en Roma
Iglesia de los Siete Estigmas de San Francisco, en Roma

"El Papa nos animó"

“En Roma llevábamos años intentando encontrar una iglesia abierta. Había muchas cerradas. En el último año estuvimos, con el Papa Francisco, vinimos con las personas sin techo, él nos animó. Después de ver unas cuantas apareció esta de los estigmas de San Francisco”, explica el sacerdote, que ya ha conseguido que el templo, una maravilla del siglo XVIII construido sobre la base de una iglesia del siglo XIII, esté iluminado de cara al exterior. “Hay que darle más luz, abrir todas las puertas”, pide, como si la inauguración de este lunes viniera tarde. Si pudiera, hoy mismo abriría las puertas para los pobres romanos.

Una iglesia, la de los Siete Estigmas de San Francisco (Francisco, no podía ser otro), donde “vamos a poner wifi para que todos puedan estar conectados, vamos a darles un sitio donde descansar, les vamos a poner baños para que puedan hacer sus necesidades. Queremos poner baños, duchas, y las mesas-desayuno. Y una sala que le llamamos 'la siesta del cura' donde se puedan ir a descansar un rato”, nos explica.

Una iglesia siempre abierta, el templo del padre Ángel en Roma
Una iglesia siempre abierta, el templo del padre Ángel en Roma Jesús Bastante

Y, también, mesas-camilla, “que puedan venir sacerdotes y voluntarios a escuchar a estar personas, a estar con ellas”. “Queremos que sea un oasis de silencio, de oración y consuelo. Hay mucha gente que pasa frío por dentro y por fuera. Y queremos que quien tenga frío por dentro encuentre consuelo, y quien lo tenga por fuera encuentre abrigo”, explica, ya con los ojos abiertos, el padre Ángel.

Alrededor del templo, la ciudad se llena de turistas, de iluminación navideña, del ruido de los coches y las famosas ambulancias romanas. “Este es un gran regalo de Navidad para muchos, como dice el Papa: encontrar alguien que te dé un beso, te acaricie y te abrace. Eso es lo que vamos a hacer aquí”. Las veinticuatro horas del día, los 365 días del año.

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