Reconocimiento a los que se volcaron en el cuidado de los demás El Belén de la Esperanza: el Centro San Camilo se convierte en el portal donde Jesús se humaniza

Un año más el Centro San Camilo realiza su tradicional Belén, pero este 2020 marcado por la pandemia el centro se ha convertido en el portal donde Jesús nace para salvarnos desde la esperanza. Un Nacimiento al servicio del alivio al sufrimiento que cuida “como una madre cuida a su único hijo enfermo”

No se olvida de que María y José son unidad convivencial y no llevan mascarilla, los Reyes Magos guardan distanciamiento social y algunas figuras llevan tablets para favorecer la comunicación entre residentes y familias durante el confinamient

 Desde hace 11 años en el montaje del Belén de San Camilo se vuelca toda la familia de esta casa: trabajadores, residentes, familiares y voluntarios. Durante meses se dedican a elaborar los pequeños detalles que dan valor a este proyecto, que sigue creciendo y en donde se dan cita aquellas manos que ya no están (en forma de bueyes de madera, girasoles de ganchillo, torturas de nuez, palomas, etc.) con las que ahora dejan su huella para la posteridad (el huerto de este año, las mascarillas de cada figura, la señales de distanciamiento, la mesa de la comunidad, etc.).

Es emocionante ver que es una obra llena de vida que trasciende con el paso del tiempo porque el gran humanizador, Jesús, está presente en cada rincón. De manera que este Nacimiento se relaciona con el Misterio de la Encarnación y también con el de la Humanización de Dios.  

Un recorrido cargado de símbolos

Esta Navidad Jesús se humaniza a través de las Obras de Misericordia que San Camilo impulsó en el siglo XVII para paliar el dolor de los enfermos. Lo que retratan cada una de las escenas del Misterio, que comienza y termina en el Portal, donde nace Jesús  que es manantial de vida eterna. Por eso desde aquí surge el río que recorre toda la escena.

El agua mana subterráneamente bajo el portal y surge a la superficie a través de la Plaza de los Cántaros (evocándonos el Cuento de los pozos), desde ahí se convierte en río que va hasta la Unidad de Cuidados Paliativos del centro donde “se da posada al peregrino” y “se consuela al triste”. En esta escena aparecen los familiares y voluntarios que retratan las Jornadas de Cuidados Paliativos con la suelta de globos que se elevan al cielo como las almas de los que aquí fallecen.

Desde allí el agua cae en cascada a la Lavandería donde “se viste al desnudo” y pasa por la Cocina donde “se da de comer al hambriento y beber al sediento” con guiños a al ticket de comida de la casa. Después el caudal pasa junto al CEHS donde “se enseña al que no sabe” y “se corrige al que se equivoca” en cuya cámara de Gesell se ven profesores y alumnos.

Plaza de los Cántaros
Plaza de los Cántaros

A su lado, la Comunidad de los religiosos donde siempre hay alguien velando y rezando. Del mismo modo, en Recepción siempre hay un rostro amable que nos acoge y atiende, este año ofreciendo mascarillas y gel hidroalcohólico en la entrada al centro como así ha quedado reflejado.

Enfrente, el piano que armoniza el Nacimiento, rodeado de girasoles que realizaron enfermos y familiares de la UCP. Un gesto a los voluntarios que vienen a tocarlo para acompañar a los enfermos. Su música se queda dentro de un corazón de madera, en recuerdo de las Jornadas de Alzheimer.

A su izquierda vemos el Centro de Escucha donde “se da consejo al que lo necesita” y se entrega la revista Humanizar. Detrás la Plaza de la Palabra, como lugar de encuentro y en recuerdo de lo que aprendemos en otros países, culturas y religiones.

Después el río pasa por La Plaza de San Camilo convertida en hospital de campaña, recogiendo cuanto se vivió allí durante los meses de marzo, abril y noviembre donde se cuidó aún con “más corazón en las manos”. Junto a ella la Capilla y sus vidrieras para “perdonar al que nos ofende”, donde se acompañó hasta el final paliando el dolor y en donde siempre brilla la luz, incluso de noche, al igual que en el Nacimiento. “Porque es Jesús quien ilumina y es vida eterna. Él es la puerta de Luz a la vida y también en la muerte” como explica Xabier Azkoitia, coordinador del Belén y responsable de Atención Espiritual.

El Belén de San Camilo
El Belén de San Camilo

Mirando al dolor producido por la muerte en la capilla encontramos la Unidad Móvil de Intervención en Duelo. Encima está construida la residencia y un monte de olivos,  donde se aborda la incertidumbre y alivia el sufrimiento, representado por el Olivo de la UCP donde vienen las palomas a tomar sus ramas y llevar la Paz, para vivir y morir en ella. 

Adaptados a la pandemia  

En el contexto del Covid-19 esta representación no se olvida de que María y José son unidad convivencial y no llevan mascarilla, los Reyes Magos guardan distanciamiento social y algunas figuras llevan tablets para favorecer la comunicación entre residentes y familias durante el confinamiento.

Un Belén que este año es un reconocimiento a todos los que volcaron en el cuidado de los demás durante las dos olas del coronavirus, los trabajadores de los diversos servicios del centro, la colaboración de los voluntarios, la comprensión de los familiares y el apoyo de la comunidad camiliana, y un homenaje a los que se fueron y que forman parte de este gran Belén lleno de vida y esperanza.  

Una Navidad más que nos recuerda que Jesús se encarna en cada proyecto del Centro San Camilo y que es luz en el camino de la humanización de la salud.

El vídeo explicativo puede verse desde el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=aCfocr9Opb4&feature=youtu.be

Campaña NaviDAD

Recordamos que para mantener su misión y todos sus programas, el Centro San Camilo ofrece la posibilidad de colaborar a través de donativos y regalos solidarios desde la campaña NaviDAD de la    web humanizar.es.

https://www.humanizar.es/formacion/campana-navi-dad

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