El español llegó a Angola en 1986, "en plena guerra" Benedicto Sánchez, misionero en Angola: "Iban con los camiones militares a capturar a todos los jóvenes que encontraban"

Benedicto Sánchez, misionero
Benedicto Sánchez, misionero

Allí formó una gran familia junto a los niños de 'Ana a Itungu', los huérfanos de la guerra, que habían salido de sus aldeas huyendo de los ataques guerrilleros

Nueve años después de aquella primera misión, tras pasar un tiempo en España, el misionero español volvió a encontrarse en Angola con aquellos niños, pero ya de militares, pues habían sido llevados a la guerra de una manera forzada

El misionero espiritano español Benedicto Sánchez llegó a Angola en 1986, "en plena guerra", y allí formó una gran familia junto a los niños de 'Ana a Itungu', los huérfanos de la guerra, que habían salido de sus aldeas huyendo de los ataques de las guerrillas.

Durante seis años, Benedicto Sánchez ayudó a estos menores en sus necesidades básicas pero lo mejor para ellos era sentirse acogidos. "Se sentían en familia al ser acogidos, fue una espiritualidad muy fuerte y muy maravillosa", ha explicado en una entrevista con Europa Press con motivo de la celebración del Domund, este domingo 20 de octubre.

Nueve años después de aquella primera misión, tras pasar un tiempo en España, el misionero español volvió a encontrarse en Angola con aquellos niños, pero ya de militares, pues habían sido llevados a la guerra de una manera forzada. "Iban con los camiones militares y se ponían a capturar a todos los jóvenes que encontraban, a muchos cuando salían de las capillas, de la selva. Muchos se iban a refugiar, hacían cuevas y se quedaban días, meses y semanas ocultos. Cuando estaban en la misión más o menos respetaban. Justo un día que iba con dos o tres chicos en el coche en los controles, nos pararon y se los querían llevar, yo les decía que no", relata Benedicto Sánchez.

Para que no les capturasen, "hacían cuevas y se quedaban días, meses y semanas ocultos"

Ya en tiempos de la posguerra, el misionero comenzó los "caminos de reconciliación" que consistieron en 45 charlas de perdón y diálogo dirigidas a más de 40.000 militares. Lo que más atormentaba a esos chicos, según asegura el religioso, eran las muertes que habían causado. "El primero que me preguntó, un tal Damián, me dice: '¿Dios me va a perdonar?'. Le dije: 'Se lo vamos a preguntar a Dios, vamos a caminar en dirección a Dios y cuando estemos muy cerca se lo vamos a preguntar", recuerda, al tiempo que también destaca las "grandes vivencias" durante las visitas a las cárceles.

"Creamos una amistad maravillosa", afirma. Ahora, el religioso ha regresado a España por una temporada y para llevar a cabo algunos proyectos como conseguir un coche para la misión. Cuando vuelva a Angola, quiere continuar con la reconciliación en tiempos de paz y dedicándose a los problemas que afectan a las familias, como la poligamia o la brujería. Con motivo del día del Domund, en el que los ciudadanos pueden contribuir económicamente a las misiones y rezar por los misioneros, Benedicto Sánchez pide a los jóvenes que sean "generosos", que "no tengan miedo" y vayan "al encuentro de otras personas".

El misionero, con los huérfanos angoleños
El misionero, con los huérfanos angoleños

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