Así vive CEDIA 24h la crisis por el coronavirus "Intentamos que el COVID 19 no nos aleje como personas, aunque haya dos metros entre nosootros"

Trabajadores y voluntarios de CEDIA cocinando con todas las medidas de precaución
Trabajadores y voluntarios de CEDIA cocinando con todas las medidas de precaución

El Centro es el hogar de quienes en este momento en el que nos piden que nos quedemos en casa, no lo tienen

Hablamos con Susana Hernandez, responsable de los proyectos de Exclusión de Cáritas Madrid: "Quizá la medida más extrema que se ha implantado es la de mantener la distancia entre las personas"

"La distancia en un centro en el que la acogida y la calidez son un signo, pero intentamos suplirlo con un superávit de sonrisas y gestos de ánimo"

"Mantenemos los servicios básicos, pero intentamos que, al menos el ambiente de calidez y acogida se siga manteniendo"

Cáritas Diocesana de Madrid, fiel a su misión de acompañar y atender a los más necesitados, mantiene su atención a las personas y familias en situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión, que pueden encontrase en una situación aún más precaria ahora, a causa de la crisis del coronavirus. Uno de los espacios en los que la Caridad no ha cerrado es CEDIA 24Horas, el Centro de Información y Acogida para Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana de Madrid que, estos días en los que estamos obligados a quedarnos en casa, está siendo el hogar de quienes no tienen vivienda.

Su día a día, como en el de todas las viviendas de España y del mundo, ha cambiado por la irrupción del Covid-19, así nos lo cuenta Susana Hernández, responsable de los Proyectos dedicados a personas en situación de Exclusión Social de Cáritas Diocesana.

¿Cómo están viviendo vuestros usuarios la situación? ¿Sienten miedo?

Las personas atendidas están viviendo la situación con incertidumbre. A pesar de la información que ven en la televisión o se les transmite, no están seguros de hacia dónde puede llevarles. Un poco como nos pasa a todos. Sabemos que los próximos 15 días son de estado de alarma, pero quién sabe si se tendrá que alargar.

Como en todas partes, unas personas son más aprensivas que otras. La mayoría no siente miedo, solo un poco de inquietud ante la incertidumbre de cuánto durará al final el estado de alarma, cuántas personas terminarán contagiándose…

¿Saben cómo se deben proteger?

Sí, al principio de la situación se hizo una asamblea con todas las personas alojadas en el centro y se les explicaron todas las medidas  que había que tomar, hacia uno mismo y hacia los demás, y las medidas que el centro también iba a tomar para protegernos todos: lavado de manos, carteles, avisos periódicos de recordatorio de las medidas, pañuelos de papel… Todos los días se hace recordatorio de lo que hay que hacer y de lo que no.

¿Cómo es trabajar en una situación así, con el riesgo de contagio existente?

En cualquier situación donde convivan seres humanos hay una posibilidad de contraer alguna enfermedad por el contacto más o menos estrecho. En todo momento se tienen en cuenta las medidas de higiene y cuidado (guantes, gorros, delantales, ropa de trabajo…), pero en este momento se pone más atención a las mismas.

Quizá la medida más extrema que se ha implantado es la de mantener la distancia entre las personas, en un centro en el que la acogida y la calidez son un signo, pero intentamos suplirlo con un superávit de sonrisas y gestos de ánimo.

¿En qué limita vuestra labor?

Principalmente, hemos tenido que suspender las actividades grupales, las salidas de ocio, las actividades deportivas… que suponen un momento de esparcimiento y de relación entre las personas que se alojan en CEDIA. Mantenemos los servicios básicos, pero intentamos que, al menos el ambiente de calidez y acogida se siga manteniendo. A veces es duro no poder reunirse a hacer alguna actividad, por lo que supone de compartir, de apoyarse mutuamente, de hacer cosas que nos hacen bien y nos gustan, pero para compensar, aumentamos las veces que preguntamos, individualmente, cómo estás, qué puedo hacer por ti, necesitas algo… Sobre todo, intentar que el Covid-19 no nos aleje como personas, aunque haya dos metros entre nosotros.

Volver arriba