Los salesianos celebran María Auxiliadora... desde Alepo Lecciones de vida en Siria para no olvidar

Alberto López (c), rodeado de jóvenes sirios
Alberto López (c), rodeado de jóvenes sirios

"Me vienen muchas cosas a la cabeza... historias durísimas de personas maravillosas que te hacen llorar acompañando a quien las cuenta y que te desarman a fuerza de amor y de esperanza"

Siria. A las puertas de la fiesta de María Auxiliadora, tan importante para los que llevamos el ADN salesiano, me vienen muchas cosas a la cabeza en la recta final de este viaje tan especial: historias durísimas de personas maravillosas que iré escribiendo, que te hacen llorar acompañando a quien las cuenta y que te desarman a fuerza de amor y de esperanza.

He conocido en persona a Emile Nakouz y a su familia. Contactamos hace años durante la guerra por las redes sociales y me iba informando de todo siendo un adolescente. Hemos mantenido el contacto y ahora es un joven convertido en una pieza clave entre los jóvenes de Don Bosco Alepo.

He montado en los autobuses-milagro de los Salesianos en Siria… milagro porque siempre entra algún niño más aunque vaya lleno y porque nunca les ocurrió nada en las peligrosas rutas que siempre hizo durante la guerra.

Un autobus-milagro de los Salesianos en Siria
Un autobus-milagro de los Salesianos en Siria

Pero sobre todo, he disfrutado jugando de nuevo en un patio al baloncesto, al voleyball y viendo disfrutar a jóvenes que saben divertirse y exprimir cada instante de la vida como el regalo que es Don Bosco Kafroun.

Alberto López (d) abraza a un joven sirio
Alberto López (d) abraza a un joven sirio

Una vez más, lecciones de vida para no olvidar… y seguro que aún quedan muchas por vivir estos días en el Oratorio Don Bosco Damasco.

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