El padre Ángel atiende las necesidades de los Bororo Mensajeros de la Paz lucha por la inclusión de los niños con discapacidad en Camerún

El Padre Ángel ha viajado hasta el país africano con una delegación de su ONG para dar visibilidad a las necesidades del pueblo de los Bororo, una de las etnias africanas con mayor riesgo de exclusión social y económica. Los Bororo, pastores y comerciantes por tradición son nómadas que se han visto obligados a huir dejando abandonado su ganado debido al conflicto bélico que sufre Camerún.

Mensajeros está desarrollando un proyecto de acceso a la educación de los niños mediante becas escolares que engloben tanto a los niños como a las mujeres bororo. Según el último informe de Amnistía Internacional, Camerún está sufriendo las consecuencias de estar situado entre dos de los peores conflictos armados que han afectado al continente africano en los últimos años: los que padecen sus vecinos Nigeria y la República Centroafricana.

Entre noviembre de 2016 y septiembre de 2017 se cerraron decenas de escuelas en regiones de habla inglesa a raíz de huelgas y boicots convocados por sindicatos y miembros de la sociedad civil. Entre enero y septiembre de 2018, más de 30 escuelas fueron incendiadas y gravemente dañadas.

En la región del Extremo Norte permanecían cerradas a causa de la inseguridad 139 escuelas primarias de los departamentos de Logone y Chari, Mayo Sava y Mayo Tsanaga, y al menos ocho estaban ocupadas por las fuerzas de seguridad, lo que afectaba a casi 40.000 niños y niñas.

El conflicto inicial entre Nigeria y Boko Haram se ha extendido hasta llegar a la zona de Far North de Camerún causando la muerte a unas  2.000 personas, sin contar los secuestros  (unas mil personas) y la quema y saqueo de decenas de localidades.

Este conflicto ha provocado el desplazamiento de 241.000 cameruneses por las acciones de este grupo armado, así como la receptación de personas refugiadas procedentes de República Centroafricana (más de 250.000) por el mismo problema. Así han estado viviendo en duras condiciones en campos superpoblados o con familias de acogida en zonas fronterizas del sudeste de Camerún.