El Nuncio presidió la Jornada de los Pobres en San Antón Padre Ángel: "Lo más importante no es contar los pobres, sino besarlos y abrazarlos"

Padre Ángel: "Lo más importante no es contar los pobres, sino besarlos y abrazarlos"
Padre Ángel: "Lo más importante no es contar los pobres, sino besarlos y abrazarlos"

El Nuncio, junto a 14 sacerdotes, que concelebraron en el templo de los pobres de Madrid, quiso saludar a todos los presentes, "de manera especial a los más vulnerables", y llevarles el abrazo y la bendición del Papa Francisco

"Quien no reconoce a los pobres no puede ser discípulo de Jesús", añadió el Nuncio, quien apuntó que "Dios está en cada ser humano y lo que hagamos a cada hermano se lo hacemos a Dios"

"Lo más importante no es contar los pobres, sino besarlos y abrazarlos". Un emocionado padre Ángel acompañaba a decenas de sin techo a cenar, "y a comer chocolate con churros", al término de la celebración de la V Jornada Mundial de los Pobres, que ayer se celebró en la parroquia '24 horas' de San Antón, con la presidencia del Nuncio de Su Santidad, Bernardito Aúza.

El Nuncio, junto a 14 sacerdotes, que concelebraron en el templo de los pobres de Madrid, quiso saludar a todos los presentes, "de manera especial a los más vulnerables", y llevarles el abrazo y la bendición del Papa Francisco. De hecho, buena parte de su intervención se dedicó a glosar el acto que el Santo Padre presidió este viernes, junto a medio millar de pobres, en Asís. Allí, recordó Auza, "el Papa les decía el eslogan de la jornada, a los pobres los tenéis siempre con vosotros". 

El Nuncio, junto al padre Ángel y al padre Valentín
El Nuncio, junto al padre Ángel y al padre Valentín

"Quien no reconoce a los pobres no puede ser discípulo de Jesús", añadió el Nuncio, quien apuntó que "Dios está en cada ser humano y lo que hagamos a cada hermano se lo hacemos a Dios". "Los pobres son sacramento de Cristo, a Jesús los reconocemos en el sufrimiento de los pobres, nos debemos dejar evangelizar por ellos". 

Tras la misa, y la bendición de una estatua de madre Teresa, los curas y demás voluntarios de San Antón ejercieron de 'camareros' de los pobres, "porque hemos nacido para servir", tal y como apuntó el padre Ángel.

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