La caricia del león
El papa envía a Ucrania tres camiones con ayuda humanitaria
Francisco 'bendice' la Sagrada Familia al término de la Misa Criolla por la paz en Ucrania
En un marco incomparable, el de la Sagrada Familia de Gaudí, resonó un clamor por el fin de la guerra, en Ucrania y el resto del mundo. La catedral de los pobres, que muy pronto verá concluidos sus trabajos, albergó esta tarde la celebración de la misa criolla, que contó con tres invitados especiales: Pasión Vega, David Bisbal, que junto a la coral del Conservatori del Liceu ofrecieron un incomparable y vibrante espectáculo de música, fe y fusión... y el Papa Francisco, quien desde Roma quiso hacer suyo "el grito de los niños, el llanto de las mujeres y de los hombres, la vulnerabilidad de los ancianos y de los heridos por la guerra y sus consecuencias".
La ocasión bien lo merecía. El impulso irrefrenable de sor Lucía Caram, aliada al padre Ángel o Peio Sánchez (a quienes pudimos ver concelebrar junto al obispo auxiliar de Barcelona, David Abadías), con muchos amigos, buscando la construcción de un nuevo hospital de campaña para la "martirizada Ucrania", como volvió a denominarla Bergoglio en un videomensaje para la ocasión. También, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y miembros de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.
'Unidos por la paz', el magnífico templo ideado por el 'arquitecto de Dios' demostró la belleza de su sonoridad, pues así también la soñó Gaudí, como un gran auditorio para acoger la fe, asistió a la representación de la Misa Criolla, obra de Ariel Ramírez, con los ritmos tradicionales argentinos, aliñados con temas más profanos pero, esta tarde, tan sacros como el que más. Así, en la Sagrada Familia también sonaron versiones de Hallelujah, Hay que sembrar en Navidad, Gracias a la vida, Nana para un rey o Solo le pido a Dios, que ponían los pelos de punta a todos los que tuvieron la suerte de escucharlos en directo, bien desde el templo, bien a través de televisión.
Y, también, para homenajear al primer Papa latinoamericano de la historia en el décimo aniversario de su pontificado. "Hoy damos gracias por estos diez años de pontificado", resumió monseñor Abadías, quien recordó su primer momento de oración "con el pueblo, junto al pueblo", nada más ser elegido. "Hagan lío", recordó el obispo auxiliar de Barcelona, evocando su primer viaje a Lampedusa, alzando su voz "contra las injusticias de este mundo, una voz de la conciencia ante la indiferencia de tantos".
Porque, recordó, "el Papa es voz profética para todos", con un mensaje de Iglesia como "un hospital de campaña". Como el mismo hospital que este evento quiere construir. Y por la paz, en todo el mundo, que recordó Abadías en su homilía.
Francisco, en su mensaje, respondió, y con creces. "En esta tarde, se eleva al cielo, en esta basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, como una plegaria dolorosa dirigida al corazón del Padre, con nuestro deseo de ayudar y ser artesanos de la paz".
Un clamor por la paz, añadió Bergoglio, "en la martirizada Ucrania, y también en tantas partes del mundo que sufren a causa de las guerras, ha resonado con fuerza en esta Eucaristía, suplicando a Dios, el señor de la vida y de la paz que transforme la mente y los corazones de aquellos que tienen la gran responsabilidad, desde los gobiernos del mundo, de servir al bien común, deponiendo intereses, ambiciones y para ponerse al servicio de la vida".
"Las víctimas son muchas, demasiadas", subrayó Francisco. "Las víctimas no son ni cifras ni estadísticas: Son personas, y detrás de cada hay una historia, una familia, hay hijos, hay padres". "No me canso de decirlo: en una guerra nadie gana, todos pierden, solamente uno que gana, el que fabrica las armas", insistió.
Quiero bendecir este Hospital de Campaña que han ofrecido y se ha conseguido gracias a la ayuda de tanta gente, a la ayuda de ustedes. Deseo que sirva para que puedan salvarse muchas vidas y para que lleve un poco de alivio a los heridos de esta guerra cruel
"Queridos hermanos y hermanas, en esta misa pidamos por la paz. Y la paz se construye desde lo cotidiano, con pequeños gestos de acercamiento que hacen que el amor esté presente en cada momento", rogó el Papa, quien quiso "bendecir este Hospital de Campaña que han ofrecido y se ha conseguido gracias a la ayuda de tanta gente, a la ayuda de ustedes. Deseo que sirva para que puedan salvarse muchas vidas y para que lleve un poco de alivio a los heridos de esta guerra cruel".
"Hermanos y hermanas: Que callen las armas y que hable el amor. No más guerras, y que de una vez por todas estalle la paz", culminó el Papa. Que, junto a Bisbal y Pasión Vega, junto a sor Lucía, Enrique Tomás, el cardenal Omella, el padre Ángel y tantos otros, continúan luchando por la paz. Construirla, esta noche se comprobó, también es arte.
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