Manos Unidas apoya y financia el primer Centro de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género (CAI) Paso histórico en la localidad ecuatoriana de Tisaleo contra la violencia de género

Ecuador contra la violencia de género
Ecuador contra la violencia de género

Warmi Rikchari es una expresión kichwa que significa "el despertar de las mujeres" y que da nombre del programa financiado por Manos Unidas para poner freno a un problema endémico en Ecuador: la violencia de género

En la región de Tungurahu (Ecuador), en 2024 se registraron 274 femicidios, 126 de ellos por violencia íntima, familiar o sexual

Pese a estas alarmantes cifras, hasta ahora no existía en esta localidad un espacio seguro y especializado para que las víctimas pudieran denunciar, recibir atención psicológica y apoyo legal

Con el apoyo y la financiación de Manos Unidas, la localidad de Tisaleo acaba de poner en marcha el primer Centro de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género (CAI). Un paso histórico

(Manos Unidas).- Warmi Rikchari es una expresión kichwa que significa "el despertar de las mujeres" y que da nombre del programa financiado por Manos Unidas para poner freno a un problema endémico en Ecuador: la violencia de género.

En la región de Tungurahu (Ecuador), en 2024 se registraron 274 femicidios, 126 de ellos por violencia íntima, familiar o sexual. Pese a estas alarmantes cifras, hasta ahora no existía en esta localidad un espacio seguro y especializado para que las víctimas pudieran denunciar, recibir atención psicológica y apoyo legal

Con el apoyo y la financiación de Manos Unidas, la localidad de Tisaleo acaba de poner en marcha el primer Centro de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género (CAI). Un paso histórico para acabar con el silencio y garantizar la justicia, la reparación y la dignidad de las mujeres

En la región de Tungurahua, de fuerte arraigo indígena y campesino, la situación es especialmente preocupante: el 70,5% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia, superando el promedio nacional. En el municipio de Tisaleo, se documentaron 59 casos

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Las mujeres se veían obligadas a sufrir en silencio, a trasladarse a otras localidades en situaciones de desprotección absoluta. Según cifras recientes, apenas el 10% de los casos de violencia intrafamiliar son denunciados en los municipios de Tisaleo, Mocha, Quero y Cevallos. 


Del silencio al acceso: un centro que abre puertas

Ante contextos alarmantes se requieren respuestas urgentes en las que se involucren todos los actores de la sociedad. Un compromiso compartido por autoridades, asociaciones locales, ONG, víctimas y una sociedad que en su conjunto está dispuesta a trabajar por un futuro libre de violencias contra las mujeres. 

Este logro nace del Programa Warmi Rikchari, impulsado por las fundaciones CESAMaquita Nosotras con Equidad, con el respaldo técnico y financiero de Manos Unidas. El centro forma parte del programa de “Resiliencia Socioeconómica de Mujeres Indígenas y Campesinas”, que busca crear condiciones de vida dignas, seguras y con autonomía para mujeres históricamente marginadas. 

"La violencia de género no discrimina. Afecta a mujeres de todas las edades, etnias y contextos. Pero en Tisaleo, estas barreras se agudizan por el aislamiento, el miedo y el estigma, advirtió Ximena Caiza, Coordinadora del Programa"

Del silencio a la escucha, de la normalización a la sensibilización

El nuevo CAI rompe con el silencio impuesto y el abandono institucional. Conformado por un equipo de profesionales que incluye una psicóloga clínica, trabajadora social y un abogado, el centro ofrecerá atención gratuita, integral y especializada. 

Sin embargo, el CAI es mucho más que una infraestructura: es una apuesta integral por la transformación social. Es un símbolo contra el silencio y la impunidad, la base sobre la que sensibilizar a la población sobre los derechos de las mujeres y promover una cultura de respeto e igualdad para todas y todos. Será un espacio de educación y conciencia, de trabajo diario para la prevención de la violencia y en la transformación de mentalidades que durante demasiado tiempo han normalizado la violencia estructural contra las mujeres. 

"Este lugar no solo será un refugio de atención a víctimas. Será un espacio para educar, prevenir y empoderar. Un sitio donde las mujeres reconozcan y ejerzan sus derechos. Es vital que desde temprana edad empecemos a enseñar a nuestros niños y niñas sobre el respeto mutuo, la no violencia y la equidad de género, apostilló Caiza" 

La inauguración es el resultado de años de incidencia política, construcción comunitaria y voluntad institucional. El espacio en el que se atenderá a víctimas ha sido cedido por el GAD Municipal de Tisaleo, y se articula con una Agenda de Género y una Ordenanza Municipal para la Erradicación de la Violencia contra Mujeres y Niñas.

El nuevo centro es una apuesta integral por la transformación social. Fotografía: Miguel Angel Benalcázar

Manos Unidas: cooperación con enfoque de justicia

Desde el inicio, Manos Unidas ha acompañado este proceso por la equidad de género con hechos. Además de cofinanciar la adecuación del centro, hemos financiado la totalidad del programa Warmi Rikchari, con una mirada de transformación estructural y a largo plazo. 

"El despertar de las mujeres víctimas de violencia de género no podía seguir esperando. Solo con voluntad política, compromiso social y la fuerza de las propias mujeres, podremos desmontar la violencia estructural que sufren las mujeres en el país, especialmente en las zonas rurales, explica Marisa Martínez, responsable del programa Warmi Rikchari de Manos Unidas en Ecuador"

La operatividad y financiación del CAI Tisaleo está garantizada por los próximos dos años gracias al respaldo del programa Warmi Rikchari. Sin embargo, su sostenibilidad a largo plazo exige mucho más que recursos: requiere el compromiso constante de las instituciones, la sociedad civil y cada comunidad. Acabar con la violencia de género en Ecuador, y en particular en sus zonas rurales, exige un trabajo conjunto, comprometido y diario para visibilizar lo que durante siglos se ha silenciado. 

Sabemos que el camino por recorrer no es fácil. La violencia es una problemática compleja y arraigada. Sin embargo, estamos convencidos de que, unidas, podemos marcar la diferencia. Cada persona que logre salir del ciclo de violencia, cada vida que se reconstruya será un triunfo que celebraremos juntos y juntas”, concluyó Mélida Yerovi, directora ejecutiva de la Fundación Nosotras con Equidad, socio local de Manos Unidas.

Tisaleo ha dado un paso histórico. Ahora, el reto es mantener vivo este compromiso colectivo por un Ecuador libre de violencias para todas las mujeres. El despertar ha comenzado, y Manos Unidas va a acompañar a la sociedad ecuatoriana en su camino hacia un futuro de justicia e igualdad entre mujeres y hombres

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