La iglesia '24 horas' de San Antón acoge una misa por la crisis en el país “Los indigenas de Ecuador gritan al paso de Jesús”

Misa por Ecuador en San Antón
Misa por Ecuador en San Antón

“Dios nunca es insensible a la oración que brota en las entrañas del corazón, ¿los políticos, los gobernante, nosotros, también lo seremos?”

“Los indígenas de Ecuador, el pueblo de Ecuador y tantos otros también confían en una vida nueva, diferente, digna, dichosa”

“Paz para Ecuador”. Este fue el canto que se escuchó ayer por la tarde en la iglesia '24 horas' de San Antón, en una misa en la que se recordó a las víctimas de las protestas y se clamó por una solución pacífica en el país.

En la homilía, pronunciada por el padre Valentín, se hizo un repaso al relato del leproso y su encuentro con Jesús. “Dios conoce la marginación, la de ayer y la de hoy. Conoce la situación de los leprosos de su tiempo: vivían fuera de los poblados, alejados de todos los caminos”, apuntó el sacerdote, acompañado por el padre Ángel, el jesuita José Luis Pinilla y por el padre Willy, sacerdote del Congo.

“Los leprosos de ayer, los indígenas de Ecuador GRITAN al paso de Jesús. Su grito es el desgarro del corazón y expresa la confianza en que Alguien puede sanarlo, es su última esperanza”, clamó el sacerdote, quien añadió que “Dios nunca es insensible a la oración que brota en las entrañas del corazón, ¿los políticos, los gobernante, nosotros, también lo seremos?”.

El padre Ángel y el padre Willy
El padre Ángel y el padre Willy

Aún toca sufrir

“Los indígenas de Ecuador, el pueblo de Ecuador y tantos otros también confían en una vida nueva, diferente, digna, dichosa”, subrayó, insistiendo en que “Jesús vive siempre mirando el sufrimiento humano y promueve la comunión, la inclusión, la integración de los que están echados fuera. Ha terminado el tiempo de la maldición, ha aparecido el tiempo de la gracia con Jesús aunque todavía nos toque sufrir no poco”. Algo que, por desgracia, conoce el pueblo de Ecuador.

“Caminemos por la vida alabando y dando gracias, salgamos del laberinto de la crítica agria, de la pasividad e indiferencia, estemos siempre al lado de los que sufren, hoy la gente querida de Ecuador”, pidió el padre Valentín, que invitó a cuidar “la fragilidad, a los más frágiles de la tierra, prestemos atención a las nuevas formas de pobreza; los sin techo, drogadictos, refugiados, ancianos solos, mujeres que sufren la violencia y el maltrato, Ecuador...”

“El grito que sale de nuestro corazón, siempre encuentra eco en el corazón de Dios”, concluyó el religioso, antes de que la comunidad ecuatoriana en Madrid, acompañada por el padre Ángel, culminara una oración por el futuro de este querido país.

José Luis Pinilla y el padre Ángel
José Luis Pinilla y el padre Ángel

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