Cáritas reclama una economía que "ponga a la persona en el centro" y una política que priorice el trabajo decente No vivirás del sudor de tu frente: casi ocho millones de españoles trabajan sin contrato, sin prestaciones y con grave inestabilidad laboral

Presentación de los informes de Cáritas Española
Presentación de los informes de Cáritas Española

Casi el 48,1% de los trabajadores tiene una jornada parcial indeseada y la inestabilidad laboral grave afecta a 7,8 millones de personas

Raúl Flores: “Una parte de los trabajadores se vean privados sistemáticamente del derecho a un trabajo decente”

La realidad de ser trabajadores y ser pobres, a pesar de madrugar a diario y dedicar gran parte de su tiempo y energías a cumplir en su empleo, afecta a casi 2,5 millones de trabajadores pobres (13% de los trabajadores), quienes, a pesar de estar empleados, no logran abandonar situaciones de pobreza relativa

Francisco Lorenzo apeló a las entidades privadas a “dar oportunidades dignas a las personas a las que atendemos y a reforzar un apoyo que nos permitan seguir manteniendo iniciativas que funcionan”

“El mercado solo no lo arregla todo”. La secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, echó mano de la última encíclica del Papa para instar a la “humanización del trabajo y del descanso”, y clamar por un trabajo digno y responsable. Algo con lo que Cáritas está comprometida desde hace años. Prueba de ello son los dos informes presentados esta mañana, coincidiendo con la Jornada Mundial del Trabajo Decente.

Se trata del Informe de Economía Solidaria 2019, junto a una nueva entrega de la serie “Focus” de la Fundación FOESSA con el título “Vulneración de derechos: Trabajo decente”. “Es posible una economía centrada en las personas”, insistió Peiro. 

De cara al futuro, y previendo que la situación empeorará de cara al futuro, Natalia Peiro pidió a los gobernantes “mayor inversión y una apuesta firme por la economía social, y por estas iniciativas de economía solidaria”. También, que “se premie a las empresas que generan empleo decente, y que no se acuda a generar empleo de cualquier manera”.

Unos informes en los que Cáritas alerta de la precariedad e inestabilidad del trabajo en el que se encuentran atrapados muchos trabajadores y trabajadoras en España. Así, advierte de las amenazas para el trabajo decente que suponen el aumento de la precariedad laboral de nuestro país, donde casi el 48,1% de los trabajadores tiene una jornada parcial indeseada y la inestabilidad laboral grave afecta a 7,8 millones de personas que viven en hogares donde su sustentador principal mantiene una relación muy insegura con el empleo, tal y como reveló Raúl Flores, coordinador de Estudios y secretario técnico de Foessa.

Sin derecho a un trabajo digno

“Una parte de los trabajadores se vean privados sistemáticamente del derecho a un trabajo decente”, apuntó Flores, quien destacó que el trabajo indefinido y a tiempo completo es “hoy en día una quimera para cerca de cuatro de cada diez trabajadores (34,6%)”, un amplio porcentaje de población “que no trabaja las horas que le gustaría ni durante los periodos de tiempo que querría, viendo claramente vulnerado su derecho a un trabajo digno”.

El 13,5% de la población tiene una jornada laboral a tiempo parcial y casi la mitad de ellos, el 48,1%, sufren la parcialidad indeseada.

“La temporalidad en las contrataciones y la corta duración estas es otra de las realidades que azota a nuestro mercado laboral”, señaló el enfermo, quien destacó que en agosto sólo un 8,6% de los nuevos contratos fueron indefinidos, mientras que los temporales alcanzaron el 56,3% del total firmados en ese mes y, de ellos, casi cuatro de cada diez, el 37,8%, tuvieron una duración inferior a siete días.

“La inestabilidad laboral grave alcanza a 7,8 millones de personas que viven en hogares donde su sustentador principal mantiene una relación muy insegura con el empleo. Esta realidad afecta al 16,4% de las familias”, subrayó Raúl Flores.

No poder afrontar los gastos imprevistos

El informe destaca la situación de los empleos informales, que padecen 615.000 de nuestros conciudadanos, que “ven pisoteados sus derechos sin poder agarrarse al arbitraje de la justicia ni a coberturas sociales en los periodos menos favorables”. La mitad de las familias que viven esta situación no pueden afrontar gastos imprevistos, o tienen que pedir ayuda económica a parientes o amigos, pese a trabajar cada día.

“La realidad de ser trabajadores y ser pobres, a pesar de madrugar a diario y dedicar gran parte de su tiempo y energías a cumplir en su empleo, afecta a casi 2,5 millones de trabajadores pobres (13% de los trabajadores), quienes, a pesar de estar empleados, no logran abandonar situaciones de pobreza relativa”, lamentó.

Y es que, tres de cada diez familias que viven en esta situación carecen de dinero suficiente para afrontar gastos relacionados con la vivienda (hipoteca, alquiler, suministros, etc.). Asimismo, 2 de cada 10 familias han recibido avisos de cortes de suministros por no disponer de dinero suficiente para pagarlos.

Trabajar, pero no subsistir

El ámbito doméstico y los trabajos relacionados con la hostelería, así como las mujeres y la población de origen extranjero son los sectores más afectados, apunta el informe, que denuncia el desajuste y la exclusión social. Sólo uno de cada cuatro hogares en inestabilidad laboral grave no reciben ningún tipo de prestación por desempleo, ni tienen acceso a la renta mínima de inserción. Son doblemente excluidos.

“En resumen –afirmó el coordinador de Estudios de Cáritas—, nos encontramos ante un mercado laboral y una concepción del trabajo que no es capaz de asegurar a un elevado porcentaje de población ocupada el derecho a un trabajo decente y que, como consecuencia, ve vulnerado su derecho a la vivienda y a otras necesidades básicas, sin que los sistemas de protección del Estado de bienestar estén reaccionando con la flexibilidad y la adaptación que la realidad requiere”.

Economía Solidaria: una respuesta para el empleo inclusivo

Por su parte, Francisco Lorenzo presentó el Informe de Economía Solidaria 2019, que demuestra cómo Cáritas “sigue reforzando su apuesta por una forma de hacer economía en la que la persona y su dignidad, y las comunidades se encuentran en el centro”.

Estas son algunas de las cifras del trabajo de Cáritas por el empleo inclusivo durante el pasado año:

– De las 78.976 personas que han participado en programas de empleo, 15.368 han encontrado trabajo. en un mercado laboral exigente y tratándose de personas que en algunos casos tienen que superar barreras añadidas.

– Se realizaron 1.057 acciones formativas, por las que pasaron 16.276 personas.

– 29.755 personas fueron atendidas por los servicios de intermediación laboral.

– Junto a ello, 689 personas participaron en acciones de autoempleo.

A fecha de hoy, destacó Lorenzo, Cáritas cuenta en todo el país con 73 iniciativas de economía social, que suponen un total de 1.787 puestos de trabajo, de los cuales 985 son empleos de inserción por los que pasaron 1.353 personas en 2019. Gracias al impulso a la empleabilidad de estas empresas de inserción, 287 personas han encontrado empleo en el mercado normalizado.

Otro ámbito estratégico de la acción de Cáritas en el marco de la economía solidaria es su apoyo al comercio justo, que se concreta en una red estatal integrada por 33 tiendas y 114 puntos de venta, que el año pasado facturaron casi 582.000 euros. Además, se llevaron a cabo 520 acciones de sensibilización entorno al consumo responsable, el comercio justo y las finanzas éticas

Todo este trabajo a favor de la creación de empleo decente se apoya en el compromiso activo de 3.184 voluntarios y 984 contratados.

45,8 millones de euros de inversión en un empleo digno

En términos económicos, la inversión total destinada por las 70 Cáritas Diocesanas de toda España a sus recursos y proyectos de empleo y economía social en 2019 fue de 45.857.329 euros. De estos, 31.219.095 euros se invirtieron en los programas de empleo, 482.596 euros en actividades de comercio justo y 14.155.638 euros se destinaron a las iniciativas de economía social.

“Preferimos no hablar de gasto, sino de inversión, y no lo hacemos en términos metafóricos o poéticos sino porque para Cáritas, cada recurso invertido supone un beneficio en el medio-largo plazo”, señaló Lorenzo, director de Acción Social de Cáritas

Así, desde Cáritas se reclamó la implicación de las Administraciones públicas como “garantes de derechos y para que inviertan en iniciativas que en el medio plazo les supondrá un ahorro”, Francisco Lorenzo apeló a las entidades privadas a “dar oportunidades dignas a las personas a las que atendemos y a reforzar un apoyo que nos permitan seguir manteniendo iniciativas que funcionan”.

Una economía que ponga a la persona en el centro

Aprovechando la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, Natalia Peiro apostó en su intervención por “una economía que ponga a la persona en el centro como condición indispensable para avanzar en el horizonte del trabajo decente”.

“Proteger el derecho al trabajo decente precisa de un cambio de paradigma, pensar el trabajo desde las personas y no desde la dimensión puramente productiva y económica. Una sociedad que promueva el derecho al trabajo decente tendrá que plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo”, aseguró.

La secretaria general de Cáritas apeló, asimismo, al decisivo papel de las empresas para la consecución del trabajo decente, ya que “en el marco del modelo social en que vivimos, cumplen una clara función social, que actúa de manera complementaria a otros agentes, en la construcción de sociedad”. “Las empresas –dijo— han de comprenderse a sí mimas como agentes que se hacen cargo y cuidan de la sociedad a la que pertenecen y en la que operan, que es la única manera en que se puede generar no solo riqueza sino también valor social”.

Por ello, lanzó “un llamamiento a la sociedad en general y a las empresas en concreto, para transformar elementos cruciales del mercado de trabajo, muchas de ellas vinculadas a una competitividad mal entendida que, en ocasiones, puede acabar ofreciendo unas condiciones laborales precarias para sus empleados”.

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