Casi 1.800 personas han muerto y más de mil están desaparecidas en varios países del sur y sudeste asiático. Este es el balance preliminar de las torrenciales lluvias monzónicas de finales de noviembre, que, combinadas con varios ciclones tropicales, han causado inundaciones, deslizamientos de tierra y lodo, dificultando gravemente las labores de rescate. Aldeas enteras permanecen aisladas después de que puentes y carreteras fueran arrasados por la furia del agua y el lodo.
Ante esta emergencia, León XIV envió ayuda, a través de la Limosnería Apostólica, a países en graves dificultades como Sri Lanka, Indonesia, Vietnam y Tailandia.
En el Ángelus del domingo 7 de diciembre, el Papa ya había expresado su cercanía a las poblaciones gravemente afectadas por desastres naturales. Les aseguró sus oraciones e instó a la comunidad internacional a mostrar solidaridad con quienes se encuentran en extrema necesidad en esas regiones del mundo.
Creemos. Crecemos. Contigo