El pajarillo blanco

Sor Consuelo tenía poderes mágicos, dados sin duda por Jesús, pero que guardaba en secreto, pues si se enteraba sor Amparo, la madre superiora, pondría el grito en el cielo.



A sor Consuelo se fascinaba, entre otros muchos libros, Peter Pan. Eso le llevó, atando cabos en Internet, a J. M. Barrie. Y a su amigo, el poeta William Henley. Y a la hija de éste, Margaret Henley, que murió de meningitis a los 5 años en 1894. La enmudeció ver la foto en blanco y negro y estilo victoriano, de esa niña inocente que iba a morir poco después.

Pues bien, sor Consuelo descubrió ese venturoso día que podía transportarse a través de Internet, al Londres de 1894. Voló a los Jardines Kensington, donde se encontró con J. M. Barrie mientras paseaba a su perro Porthos. En seguida se hizo amiga de él, quien le presentó a su vez a la familia Henley. La simpática niña Margaret le dijo, como le decía a Barrie:

-My fwendy -"mi amiga", en su encantador balbuceo infantil.

Sor Consuelo le acarició la mofletuda carita y le dijo:

-Sí, mi Wendy.

Así Margaret Henley, el pajarillo blanco de Barrie, sanó y tuvo una larga vida. Y J. M. Barrie, al oír aquellas graciosas palabras de ambas, inmortalizó después a la preciosa niña como Wendy en su libro más famoso, Peter and Wendy.
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