Coger un billete significa partir. Hay billetes de avión y billetes de autobús, billetes de cine y billetes de autopista, billetes de ferias y billetes de lotería.Coger un billete significa querer partir, ir a otro lugar en el espacio o en el tiempo. En un continente o en una película, da igual.

A veces irse es un deber, y a veces es un placer. Pero se necesita un billete. Tener uno en la mano ya es pensarse en otra dimensión. Borrarlo es cruzar una frontera, traspasar un umbral. Antaño, las entradas se perforaban o se partían por la mitad. Como las del cine, donde te proyectaban en un mundo ficticio, que ya sentías real gracias al olor de las palomitas. Validar una entrada es darse cuenta de que la suerte está echada y de que la aventura ya ha comenzado. Pero ahora el billete es digital: aparece y pita, pasas y desaparece. Mientras que a nosotros nos gustaba quedarnos con un billete roto en la mano.