Carta a la ministra de Educación sobre la asignatura de Religión



Con fecha doce de julio de dos mil dieciocho, desde Unión Sindical Independiente de Trabajadores – Empleados Públicos (USIT-EP), enviamos a la señora ministra de educación y formación profesional, doña María Isabel Celaá Diéguez, una carta de puntualización y de disconformidad con sus pretensiones de preterir la asignatura de Religión, quitándola el valor académico y la asignatura espejo o alternativa.

«Estimada ministra:
En cuanto organización sindical de ámbito nacional que representa y defiende los intereses del profesorado de Religión, hemos tenido una ingrata sorpresa con el anuncio que ha realizado en sede parlamentaria, en fecha 11 de julio de dos mil dieciocho, sobre esta materia, es decir, que la Religión no será computable a efectos académicos y no tendrá ninguna alternativa, y todo ello, ha dicho, "teniendo en cuenta el principio de aconfesionalidad del Estado".

La forma con la que han accedido al poder, del todo legítima, solo les autoriza "para sacar a España del lodazal de corrupción en el que la ha sumido el PP", con un programa que valoraron en cuatro puntos: "Recuperar la normalidad política e institucional, regenerar la vida democrática, poner en marcha una agenda social y convocar elecciones".
De ninguno de esos puntos se infiere que la asignatura de Religión sea un problema, ni siquiera menor. El problema de la educación en nuestro país tiene que atajarse con otros medios y propuestas que no intenten encubrir la falta de ideas.


La mención en su intervención, a modo de coartada, del principio de aconfesionalidad del Estado, no tiene en cuenta la separación y autonomía de las funciones y actividad del Estado respecto de las confesiones religiosas, pero admitiendo la cooperación con las mismas, siempre y cuando ésta cooperación sea en un sentido amplio, es decir, no para buscar un mismo fin, sino como medio y promoción de la libertad religiosa. A la postre, la aconfesionalidad del Estado se justifica principalmente como un modo de asegurar la libertad religiosa e ideológica, de todos.
Tal y como le pusimos de manifiesto en nuestro escrito de 11 de junio de 2018, al que adjuntábamos una propuesta de asignatura de «Fenomenología del Hecho religioso y convicciones» -que su directora de gabinete ha dado traslado a la Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional-, el conocimiento de las religiones está legitimado en la escuela pública, también por razones funcionales: las religiones proporcionan instrumentos conceptuales y materiales simbólicos para poder comprender de forma significativa el mundo y a uno mismo. La religión no es únicamente importante por los conocimientos que conlleva, sino también y sobre todo por la utilización que tales conocimientos conllevan en el proceso de aculturación escolar.


Además de cuestiones educativas, históricas e instrumentales, la enseñanza de la Religión es el trabajo y el sustento de miles de familias que no podrán asumir que no exista una propuesta constructiva y alternativa al sistema actual, que no sea la desaparición de la asignatura de Religión -que es lo que ocurrirá sin asignatura espejo o alternativa-, en sintonía, por ejemplo, con la propuesta de "Cristianos por el socialismo", en su IV Asamblea Federal, muy cercana a nuestra propuesta.
Le deseamos una andadura propicia y que redunde en el bien común del conjunto de la sociedad. Desde ahí, nos tendrá a su lado. En caso contrario nos tendrá enfrente.
Reciba un cordial saludo,
»

Solo esperamos que el sentido común se haga presente y la beligerancia contra la asignatura de Religión deje de ser justificación para contentar a ramplones progres.

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