Religión y Acuerdos: zona erógena «progre»



El pasado 21 de febrero de 2018, con los votos de Unidos Podemos y sus Mareas, Compromís y el PSOE, con una actuación de actores secundarios de una película de tercera, se ha aprobado en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados una proposición no de ley del siguiente tenor:
«El Congreso pide al Gobierno derogar los Acuerdos con la Santa Sede para dejar la Religión fuera del sistema educativo».

Pero ¿qué son las Proposiciones No de Ley (PNL)? Son propuestas no vinculantes sobre todo tipo de temas que presentan los grupos parlamentarios. Tan solo en el primer año de legislatura se presentaron hasta 1.600 PNL, con temas de lo más variopinto, sin prejuzgar la bondad de las mismas, como por ejemplo, que se inste al Gobierno a modificar el régimen jurídico de los animales de compañía en el Código Civil.

La derogación de los Acuerdos con la Santa Sede, no deja de ser un brindis al sol para contentar a laicistas de todo pelaje que han encontrado en la presencia de la Religión y en la reacción contra la misma, su zona erógena «progre». ¿Cómo vivir en plenitud sin arañar «progresía» por los tules del mundo mundial?

Lo cierto es que para la derogación de los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede, se debería utilizar el mismo procedimiento previsto en el artículo 94 CE para su aprobación, es decir, la autorización previa de las Cortes Generales (Congreso y Senado).



Por otro lado, la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados , contiene en su artículo 56 que un tratado que no contenga disposiciones sobre su denuncia (como es el caso), no podrá ser objeto de denuncia a menos:

a) que conste que fue intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia;
b) que el derecho de denuncia pueda inferirse de la naturaleza del tratado.
Para ello, deberá notificarse con al menos doce meses de antelación, la intención de denunciar el tratado (…).

Es necesario trasladar a la opinión pública que ninguno de los «progres descerebraos» firmantes, satisfechos en su zona de confort, proponen una alternativa a los trabajadores afectados por tamaña barbaridad.
Pero con esta reflexión quiero dar tranquilidad y un soplo de esperanza ante tanta desinformación interesada.
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