Dura situación de la Iglesia católica. En menos de una semana, dos obispos han dado positivo a covid-19. Ahora, el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, enfrenta la infección según se dio a conocer en un breve comunicado.

Indica que el arzobispo presenta buenas condiciones de salud sin síntoma alguno de la enfermedad, asumiendo el aislamiento en su domicilio y en oración para acompañar a quienes estén contagiados, además determina la suspensión de todas las actividades pastorales por catorce días hasta su recuperación.

Domingo Díaz Martínez nació en Querétaro en 1948. Fue ordenado en 1977 después de cursar los estudios y la formación sacerdotal que hizo en el Seminario Conciliar de Querétaro. Licenciado en sociología y doctrina social de la Iglesia fue llamado al episcopado en 2002 cuando, por voluntad de san Juan Pablo II, fue elevado a esa dignidad para ser el IV obispo de Tuxpan y uno de los obispos consagrantes fue el desaparecido cardenal Sergio Obeso Rivera. En 2008, Benedicto XVI lo traslada a Tulancingo convirtiéndose en el II arzobispo y el XIII obispo desde la erección de esa diócesis en 1863. Ha ocupado diversos cargos en la Conferencia del Episcopado Mexicano siendo responsable actualmente de la Dimensión de la Pastoral de la Salud de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

Domingo Díaz Martínez es el sexto obispo contagiado en esta pandemia. Fue en julio cuando Pedro Pablo Elizondo Cárdenas (71), obispo de Cancún-Chetumal, sufrió la enfermedad y en septiembre, Sigifredo Noriega Barceló (69) de la diócesis de Zacatecas, dio a conocer que “había pasado” la prueba de covid-19 al dar positivo. A principios de octubre, Raúl Vera López (75), obispo de Saltillo, asumió el encierro obligatorio cuando dio a conocer que había adquirido la enfermedad. El 27 de octubre, el se dio a conocer que obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza dio positivo; sin embargo, por un cuadro bronco-respiratorio fue trasladado para cuidados intensivos a la capital del estado de Morelos.