El arzobispo está fuera de la realidad… Antes que la pastoral, impone un modelo de negocios. Curas denuncian: Cardenal Aguiar nos está extorsionando

Curas denuncian: Cardenal Aguiar nos está extorsionando
Curas denuncian: Cardenal Aguiar nos está extorsionando

*Tarifas y pagos imposibles. Arbitrariedades e imposiciones económicas provocan enojo y decepción en el presbiterio de la arquidiócesis de México. “Impone derechos de piso”.

*“¿Quién tiene los fondos de pensiones? Nadie sabe…” se preguntan.

*En medio de estas convulsiones, Carlos Aguiar Retes deja de nuevo la arquidiócesis de México para bendecir el Magdala Center de los Legionarios de Cristo en Israel.

Increíble, pero cierto. Como si fuera extraído de una historia del crimen organizado, sacerdotes de la arquidiócesis de México destapan y denuncian una de la más absolutas tropelías y arbitrariedades de quien algunos se han empecinado en seguir adulando como el “arzobispo del diálogo y de la sinodalidad”.

Carlos Aguiar Retes sufre ahora lo que quizá sea la oposición más fuerte a su gobierno. Y es que después del desmembramiento arquidiocesano, el paso a seguir era la clasificación cuotas y la sangría económica a las parroquias bajo el indecente y eufemístico concepto de “aportaciones solidarias”.

Si la arquidiócesis de México estaba en dificultades económicas, ahora se encuentra en una situación de desastre que pasa por un indecente proceso de descomposición consentida por Carlos Aguiar y esto es apenas de las primeras fichas en este dominó. En últimos meses, el equipo económico de Aguiar Retes comenzó la fiscalización de decanatos y zonas pastorales creyendo que los sacerdotes asumirían con singular prestancia y obediencia las órdenes de quien es responsable directo de este modelo de negocios aguiarista que está desestabilizando la pastoral total de toda la iglesia arquidiocesana. Se llama Eduardo Pisa Sámano,un advenedizo de esos que agradan a su Eminencia por ser astuto en los negocios de este mundo.

Clasificación. Parroquias VIP.
Clasificación. Parroquias VIP.

Desde la llegada de Aguiar, uno de sus objetivos fue la centralización de la economía arquidiocesana en pocas manos. Tras revelarse que se catalogarían parroquias y templos por su supuesta riqueza, hoy el equipo económico aguiarista trata de recular de su craso error al reconocer que la arquidiócesis no es la gallina de los huevos de oro.

A este medio han llegado airados reclamos de sacerdotes y religiosos quienes alzan la voz ante la evidente arbitrariedad. Aguiar Retes ordenó a Pisa Sámano un proyecto económico que, al momento, no ha reportado ningún beneficio a la pastoral arquidiocesana y más bien se encuentra bajo la opacidad que podría encerrar entramados serios de corrupción.

En los recorridos decanales y parroquiales, los esbirros de Pisa han desenfundado la espada con el fin de decapitar a quien sea. A través de la imposición de un modelo inflexible de cuotas obligatorias, ordenan a los responsables de los templos un desglose exigido en una ilegal hoja para consignar todos los ingresos posibles, todo lo que reporte utilidades; no importan las erogaciones, les tiene sin cuidado los gastos para la pastoral, el culto divino o la conservación de los templos. Reportar todo. Incluso de forma simoniaca, ven los sacramentos y servicios litúrgicos como lucrativas fuentes de riqueza y ganancia.

Pisa. Negocios son negocios.
Pisa. Negocios son negocios.

En ese documento, el sacerdote debe “echarse la soga al cuello” si quiere salir bien librado. Reportar sus gastos para ser compelido a estipular una tarifa conforme una cantidad base impuesta desde Durango 90. No sólo habría la obligación de un pago mensual, se pretende cobrar hasta por los fondos de protección y seguridad sacerdotal. A este medio llegan también fundadas sospechas sobre esa centralización que ha fagocitado los fondos sacerdotales de seguridad social y pensiones. Nadie sabe dónde quedaron o de qué manera son administrados. Ninguno ha dado respuesta de las cuotas sacerdotales aportadas, incluso se sospecha de fraudes del equipo económico de Carlos Aguiar en relación a los fondos creados por las antiguas vicarías VII y VIII, hoy nuevas diócesis. Simplemente ese dinero se evaporó.

La protesta se va generalizando. Conforme a los testimonios de decanos y párrocos de las zonas pastorales, uno de los colaboradores inmediatos de Eduardo Pisa, es el agente operador. Se llama Sergio Arellanez, un sujeto altivo, ofensivo e indolente. Valiéndose de las armas de los prepotentes, intimida y amenaza a potenciales víctimas. Quienes no le entren con su moche, serán castigados despojándoles de sus parroquias, el retiro prematuro, impedirles la conducción de una comunidad o en el mejor de los casos, ser reducidos como vicarios.  

Hoja de recursos. Inflexible.
Hoja de recursos. Inflexible.

Los párrocos se oponen a las “aportaciones” impuestas.No sólo rechazan una dictadura económica ordenada desde el búnker de Durango 90. Algunos sacerdotes, quienes han preferido el anonimato, han dicho directamente a esos emisarios sobre la descarada explotación a la que están siendo sometidas las parroquias y donde los fieles llevan la peor parte. El arzobispo “sólo ve a las comunidades como minas de riqueza”reclaman,mientras otros dicen que esta tortura económica los está haciendo obreros del arzobispo y de su capataz, Pisa. “No hay duda… sus ambiciones demuestran que el presbiterio es el que menos interesa. ¿Quién tiene los fondos sacerdotales saqueados de las vicarías suprimidas y que los presbiterios reunieron con dificultades? Aún así nos siguen sangrando sin que sepamos quién los está manejando o en qué se lo están gastando”.

Otros han preferido enfrentar la situación no desde el legítimo anonimato, sino a través de la denuncia directa. En últimas fechas, el padre Hugo Valdemar Romero ha sido muy activo y no pudo callar ante esta situación. A este medio también hizo llegar su denuncia para que sea conocida como la de otros sacerdotes.

“Pisa y el arzobispo nos quieren apantallar con números alegres” dice el presbítero quien, junto con otros curas, tomaron al toro por los cuernos para oponerse a las arbitrariedades. En el centro histórico donde la pastoral es difícil, hay templos en franca situación de emergencia tras los sismos y con ingresos no precisamente distinguidos en la bonanza.

“En esta vicaría, nadie está en condiciones de pagar los que nos vienen a imponer afirma el Hugo Valdemar. “La medida con la que han tasado a las parroquias son las colectas del seminario o del Domund y eso no son nuestros ingresos reales”. Y va más allá: “La deprimente situación económica del centro histórico hace que la arquidiócesis nos deba, ellos deben darnos un subsidio. Hay sacerdotes que llevan meses sin percibir su salario; otros que, desde sus limitaciones, han tenido que invertir de sus propios recursos para no dejar morir a la pastoral. El caso de la Santa Veracruz, cerrada tras el sismo, es un ejemplo. El sacerdote vive gracias a la caridad de unas religiosas y percibe 2500 pesos mensuales. El párroco de la iglesia deEl Buen Tono, pone él mismo de su bolsa para seguir adelante con la pastoral.Y para más referencias, el templo de san Juan de Dios está derruido por el sismo, nadie le presta ayuda. Esto evidencia cómo el arzobispo y Pisa no tienen ni la mínima de idea de lo que pasa”.

Hugo Valdemar. Hasta la Santa Sede.
Hugo Valdemar. Hasta la Santa Sede.

Y hace un serio señalamiento a Carlos Aguiar Retes y a Pisa Sámano. “Esto es un escandaloso cobro de piso, ya el presbiterio le llama derecho de Pisa. Eso mismo hizo en la arquidiócesis de Tlalnepantla y el actual arzobispo ya echó atrás esas arbitrariedades. Ellos quieren tener una mochada para dejarnos trabajar. Son cantidades insostenibles. Los templos no son sucursales de empresa”.

Incluso, el exvocero puso a disposición de los ecónomos aguiaristas su parroquia para que constaten los ingresos que tiene. “Tengan las llaves… aquí están, manejen la economía, para que vean la ´fortuna´ que entra aquí”.

Para Hugo Valdemar y otros sacerdotes no hay duda: “El arzobispo no sabe en dónde está parado. No quiere, no se atreve ni le interesa conocer la realidad de la arquidiócesis. No tiene idea de nuestras urgencias”.

Y lanza sin tapujos: “Tienen el descaro esquilmarnos cuando hay rumores de que Eduardo Pisa está ganando más de 100 mil pesos en la curia y hay otros con pagos indecentes de 80 mil y 90 mil pesos, mientras sacerdotes sufren para sacar los pagos de la semana o hay trabajadores en el edificio de la curia con salarios miserables y de hambre… No nos dejaremos, más vale que le vayan midiendo… Varios sacerdotes en esta vicaría estamos estudiando la interposición de un recurso canónico y queja ante la Santa Sede contra estas arbitrariedades. Estamos seguros de que la razón nos asiste…”

Y hay un punto coincidente en estas denuncias. No sólo es la desvergonzada forma de imponer tarifas y pagos arbitrarios. Los sacerdotes exponen también lo que han considerado una descarada extorsión. “Si no pagan… el señor cardenal determinará sanciones…” No lo hubiera dicho. Sólo exacerbó los ánimos y la furia de un presbiterio decepcionado del arzobispo cardenal. No les asusta el amago ni perder sus oficios. Y tampoco dejar sin atención pastoral y sacerdotes a la desmembrada, caótica y perdida arquidiócesis primada de don Carlos Aguiar.

Ante estas convulsiones, ¿Dónde está el pastor? Ausente. Realizando su sueño desde que era niño, viajar y viajar. Secundado y seguido por uno de sus auxiliares, el adicto a Facebook, Mons. Samaniego, Aguiar se siente realmente pastor estimado entre bienhechores pudientes quienes levantaron el Magdala Center en Tierra Santa. Olvidar por unos días a esa indómita e incómoda esposa a más de doce mil kilómetros. Gozar de la tranquilidad, de los efluvios de la tierra del Salvador con el buen pretexto de ser el cardenal del cambio de época, ideal para bendecir con agua santa y dar el banderazo a esa magna obra de los Legionarios de Cristo, ahora de nuevo en el ojo del huracán.

En el apacible mar bíblico, bajo los calcinantes rayos del sol, sin secretarios pegoste, guaruras malencarados o serviles pajes que le pusieran una reconfortante sombrilla para no requemarlo, rogó para que el Señor bendijera y recompensara abundantemente a todos, los que de una u otra forma, han cooperado para que este proyecto sea una realidad, y tenga abundantes frutosY de paso, ¿por qué no? pedir a Dios por una arquidiócesis con obreros que bien le provean… Alguien tiene que pagar esos gustos de su Eminencia.

En Magdala. Cumpliendo sueños.
En Magdala. Cumpliendo sueños.

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