El propósito era medir afectaciones de la pandemia a parroquias Encuesta puso en riesgo a sacerdotes de la arquidiócesis de México

Encuesta puso en riesgo a sacerdotes de la arquidiócesis de México
Encuesta puso en riesgo a sacerdotes de la arquidiócesis de México

*Cuestionario habría sido avalado por el arzobispo Aguiar Retes; en un inicio se dijo que era de la Secretaría de Gobernación.

*Dependencia del gobierno capitalino pedía información y datos sensibles a párrocos con fines socioeconómicos.

*Autoridades del Gobierno de la Ciudad desconocen fuentes que la generaron.

La tremenda situación de las parroquias en la arquidiócesis de México ya afecta no sólo la pastoral, también la vida económica que requiere del pronto arranque de sus actividades para dar reanimación urgente. Se ignora aún cuántas parroquias, de manera efectiva, le han entrado a esto de la pastoral virtual y creativa donde sus actores recurren a los internautas y usuarios de redes sociales para abrir carteras y generosidad respondiendo al SOS de no pocos párrocos quienes todavía deberán resistir debido a que la Ciudad de México será de las últimas en entrar a la eufemística nueva normalidad debido a la altísima incidencia de contagios que, a final de mayo, no da tregua alguna.

Hace unos días, desde el 22 de mayo, comenzó a circular una encuesta la cual no pasó desapercibida por su contenido. Dirigido a “pastores de templos”, los párrocos arquidiócesanos, un vínculo a través de docs.google.com, contenía un cuestionario de impacto económico y social presuntamente promovido por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Gobierno de la Ciudad. De acuerdo con el objetivo, por la contingencia de covid 19 se realizaría un estudio socioeconómico y social de las iglesias (sic). Entre las preguntas, se solicitaban estimados de pérdidas económicas por el cierre de templos, labores sociales, número de trabajadores, de feligreses que dejaron de asistir a los servicios religiosos y qué clase de ayuda o labores sociales se estarían realizando en la contingencia.

Encuesta

Cada párroco sería responsable de remitir la información, “lo antes posible” a las autoridades. Sin nada más que cuestionar, la arquidiócesis de México estaba dando en charola información, acceso a datos sensibles y económicos para un destinatario desconocido. Nadie sabía cuál sería su tratamiento, no se daba la solicitud de consentimiento o permiso alguno para usar datos personales, había información financiera y nadie era visible en el gobierno de la Ciudad para, según los casos, se pudieran ejercer eventuales derechos, reclamaciones y aclaraciones.

Se sabe que esta situación fue impulsada desde la vicaría de pastoral de la arquidiócesis de México. Encabezada por el padre Álvaro Lozano Platonoff, quien en estos últimos meses ha sido tremendamente cuestionado por su habilidad en la conducción de uno de los rubros más importantes del arzobispado, él mismo habría dado luz verde para soltar esta delicada encuesta sin tener claro sus objetivos y alcances. Incluso se confirmaría que Lozano tuvo la aprobación del mismo arzobispo Aguiar Retes para impulsar ese método con la salvedad de que los sacerdotes dejaran en blanco la parte relativa a la pérdida de ingresos.

Lozano Platonoff vinculó entonces esta encuesta como proyecto arquidiocesano sin tener incluso claridad sobre las autoridades. En un principio, el sacerdote no tuvo ninguna cautela al afirmar en que la Secretaría de Gobernación había “pedido el apoyo del arzobispo” Aguiar para impulsarla en las parroquias con la clara consigna de ser distribuida entre los padres y ser contestada por la mayoría.

Y es cierto también que la encuesta circuló por lo menos por tres días sin conocerse cuántos fueron las personas que respondieron al respecto.

Pronto, las señales de alarma se dieron. No era la Secretaría de Gobernación sino una presunta dependencia de la Ciudad de México. Las confusiones pronto levantarían algunas protestas que llegaron a los más allegados al arzobispo Aguiar Retes quienes pronto se lavaron las manos desconociendo la encuesta.

También se supo que, desde las oficinas de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, no se habría avalado tal cuestionario. Entonces, ¿De dónde salió y con qué fines?

encuesta

Lo que es cierto es que Álvaro Lozano Platonoff fue quien impulsó este recurso que ahora resultó apócrifo. ¿Con qué autoridades? Eso falta responder y si es cierto que salió de Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Gobierno de la Ciudad encabezada por la arquitecta Myriam Urzúa Venegas. Pronto se ordenó desde el arzobispado de México no responder a la misma “porque hubo confusiones entre las mismas instancias civiles, lo cual ocasionó que fuera cancelado. Ya no será necesario enviarlo y la autoridad civil se comprometió a borrar la información recibida de quienes ya respondieron”, se leyó en un urgente whatsapp a fin de frenarla lo antes posible, pero el daño ya estaba hecho.

La cuestión es muy delicada. Evidencia, por lo pronto, errores, vacío de autoridad desde la cabeza y ejercicio indebido de atribuciones además de evasivas que son necesario responder para saber si el arzobispo Aguiar Retes tuvo conocimiento y avaló tal encuesta.

perdida economica

Sin embargo, lo más delicado fue que información y datos personales sin el debido tratamiento pusieron a las personas en riesgo. Tal es ahora la situación que, debido a la crisis que ahora vivimos, no han sido pocos los casos en donde se ha dado la extorsión a párrocos, ciberdelincuencia o estafas relacionadas con la actual pandemia del coronavirus.

Una actuación negligente que arriesgó la seguridad de cientos de sacerdotes de la arquidiócesis de México quienes, en estos tiempos de covid-19, enfrentan el peligro de ser inoculados por cualquier virus de forma virtual. Parafraseando al filósofo italiano Franco Birardi, es real y podría provocar un shock psicótico-viral en las ahora reducidas economías parroquiales condenadas a un estancamiento al momento irremediable, todo por la negligencia, falta de orientaciones y autoridad en esta maltrecha arquidiócesis de México.

En cualquier empresa y organización, la vulneración de estos datos sólo se paga de una forma. Al final, todos se deslindan, pero nadie afronta consecuencias. Una salida honrosa es la renuncia de los responsables. Y no es la primera vez, padre Lozano Platonoff.

Encuesta arqudiócesis 1

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