Entrevista al Secretario General Adjunto del CELAM Papa Francisco impulsa I Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe “bajo la mirada y a los pies de Santa María de Guadalupe”

Papa Francisco impulsó la I Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe “bajo la mirada y a los pies de Santa María de Guadalupe”
Papa Francisco impulsó la I Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe “bajo la mirada y a los pies de Santa María de Guadalupe”

*Padre David Jasso Ramírez explica el itinerario de la reunión Latinoamericana y del Caribe a realizarse en noviembre próximo de manera híbrida en México.

*Pontífice recuerda: “Aún queda pendiente la agenda de Aparecida”.

*Asamblea Latinoamericana: “Expresión del Pueblo de Dios donde todos tendrán cabida”.

*“Sueño con una asamblea participativa, amplia, a través de las redes sociales y de los medios posibles” dice el presbítero secretario adjunto del CELAM.

El 24 de enero marcó el inicio para un inédito ejercicio que trae a la memoria y actualiza los frutos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, la Asamblea de Aparecida: La I Asamblea Eclesial de la región latinoamericana propuesta e impulsada por el Papa Francisco.

Bajo la mirada de la Virgen María de Guadalupe, esta reunión que se efectuará en noviembre de 2021 será la expresión del Pueblo de Dios donde todos tendrán cabida, convocados bajo el Espíritu que reaviveel compromiso pastoral para que, en Jesucristo, las personas y pueblos de la región tengan una vida plena por los nuevos caminos hacia el horizonte del jubileo 2031-2033.

En entrevista, el padre David Jasso Ramírez (1977), secretario técnico del Proyecto Global de Pastoral PGP 2031-2033 de la CEM y secretario general adjunto del CELAM, explica los pormenores e itinerario de esta ambiciosa reunión continental bajo los criterios impuestos por las actuales circunstancias de la pandemia. Tiene la responsabilidad de los obispos para llevar adelante y a buen término esta I Asamblea y lo que implica. Para el presbítero ordenado en 2018, la reunión deberá concluir con orientaciones concretas para mover la actividad pastoral para que todos tengamos vida plena.

padre David Jasso

Padre David, en primer término, ¿Qué es la I Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe presentada el domingo 24 de enero?

-La Asamblea, como el Papa Francisco nos ha indicado, es la reunión del pueblo de Dios de América Latina y el Caribe en oración y abiertos a la escucha y al diálogo. Haremos memoria del gran acontecimiento que fue Aparecida y miraremos la realidad actual con sus desafíos en medio de la pandemia para responder hacia el Jubileo del 2031-2033. No es algo puntual, viene de esa memoria del pasado y nos proyecta al futuro desde este presente que estamos viviendo.

¿Cómo surge la Asamblea? ¿Quién la impulsa para llegar hasta el punto donde nos encontramos?

-Al reunirse los obispos de América Latina y el Caribe en Tegucigalpa hace dos años -en la XXXVII Asamblea del CELAM de mayo de 2019- se dio como una de las conclusiones la necesidad de una VI Conferencia General del Episcopado. La actual presidencia llevó esta inquietud al Papa Francisco y él dijo que estaba pendiente la agenda de Aparecida, todavía no ha sido comprendida del todo y hay desafíos pendientes. Lo dijo en su videomensaje del domingo 24 de enero. Así sugirió una Asamblea Eclesial en México, a los pies de la Virgen de Guadalupe y bajo su mirada. Los trabajos comenzaron con la reunión de un pequeño Comité en México, en febrero del año pasado, entre la Conferencia del Episcopado Mexicano y el CELAM. Con la pandemia, todo fue trasladado al ambiente virtual y se sumaron distintas personas para llevar a cabo el discernimiento y la propuesta regresó al Papa para pedir su anuencia. Nos respondió con ese videomensaje y nos animó a seguir adelante con coraje.

La pandemia retrasó el impulso de los trabajos que ahora se retoman de manera virtual. ¿Qué retos se han presentado en este panorama de virtualidad para la Asamblea Eclesial?

-Tardamos muy poco para trasladarnos de lo presencial a lo virtual para la organización. Mi primera reunión con el equipo completo fue en marzo cuando en México y América Latina estábamos comenzando las cuarentenas. Honestamente no nos detuvo. A la distancia puedo decir que, de no haber sido por las reuniones virtuales, no hubiéramos avanzado tan rápido. Ha sido una gran oportunidad porque reunir a tantas personas de muchos países en una comisión preparatoria o comités, no es fácil presupuestalmente hablando. La plataforma digital, redes, WhatsApp y Zoom facilitaron llegar al momento en donde estamos.

Después de la presentación, ¿Qué sigue en el itinerario? ¿Cuál es la siguiente etapa?

-La siguiente etapa va en dos carriles. El primero es el itinerario espiritual que comenzaremos en febrero. Con distintos recursos y subsidios, las personas podrán caminar hacia la Asamblea motivados por los contenidos principales de Aparecida: la identidad del discípulo misionero, la vocación y misión de los discípulos misioneros y, por supuesto, el reto de Aparecida, pastoralmente hablando, de los nuevos desafíos. Hay todo un itinerario preparado con una temática muy similar a lo que vimos en el evento de presentación con los signos presentados por las personas de distintos países. El otro carril es el proceso de escucha. Más que una consulta, como se viene utilizando en las asambleas diocesanas o nacionales donde se mandan una serie de preguntas para obtener respuestas, se busca provocar una plena y amplia participación del pueblo de Dios, muy similar a la metodología del Sínodo de la Amazonía. Con nosotros hay personas que estuvieron presentes en el diseño de toda esa estrategia. Evidentemente la pandemia nos pone en este reto de llegar a todos. Por eso, estamos haciendo acuerdos con estaciones de radio católicas, canales de televisión católicos, además de redes sociales, para que la gente sencilla que no tiene acceso en sus comunidades pueda acceder o bien les llegue el documento y se reúnan, cumpliendo los protocolos, en alguna sede presencial privilegiando el método híbrido o mixto, virtual y presencial.

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En la presentación, el Papa Francisco menciona que la Asamblea no será una reunión de élites sino del Pueblo de Dios. ¿Qué decir al respecto?

-Ser Pueblo, como el Papa lo dijo, es dejar de tener actitudes de clericalismo y otras que no corresponden a los hijos e hijas de Dios. Fratelli Tutti habla de esas características del diálogo para buscar puntos de encuentro, quitar barreras y superar conflictos. Esta amplia convocatoria implica a todos y cuando se dice ‘a todos’ tiene que ver con todas las personas. En el evento de presentación se dio muestra de esto. No había sólo obispos, sacerdotes o religiosos, escuchamos testimonios de todo tipo. En la reunión por Zoom estaban todos, esa es la intención principal.

Ambos secretarios, los del CELAM y la CEM, dieron cuenta de la forma híbrida de la Asamblea. México será la sede principal y habrá conferencias en América Latina y el Caribe. ¿Qué será lo principal que saldrá de México?

-En noviembre próximo, durante la realización de la Asamblea, se pretende que no haya más de 50 personas reunidas en Casa Lago, sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Ese grupo es equivalente al Consejo de presidencia y al equipo pastoral del CELAM, algunos coordinadores de los comités de organización y unos cuantos invitados especiales que ayudarán en los contenidos y en la realización del programa. Estaremos conectados virtualmente con 22 o más sedes virtuales. La idea es que cada país sea sede semipresencial o presencial y reunir ahí algunas personas bajo su propio programa paralelo. Nos conectaremos en algunos momentos especiales, lo podrán hacer parroquias, decanatos, provincias eclesiásticas; es decir, estaremos abiertos a las sedes presenciales y semipresenciales en el continente. Promoveremos, en principio, las de cada país. Celebraremos la misa, tendremos momentos de oración ante Jesús Eucaristía, habrá exposiciones, conferencias, talleres que podrán ser vistos por quienes se conecten vía televisión, radio o redes sociales.

Este es un tiempo difícil para la Iglesia en materia económica. ¿Cómo se resolverá el tema del presupuesto para realizar la Asamblea?

-Afortunadamente el CELAM cuenta con recursos que agencias de cooperación han ofrecido para realizar este evento y muchos proyectos del Plan de pastoral del CELAM en este proceso de renovación y reestructuración que estamos viviendo. Al ser híbrida y virtual, bajan muchísimo los costos por supuesto. No queremos exponer a nadie, tampoco sabemos cómo estará la pandemia para esas fechas. Es lo que tenemos previsto con una expresión que usamos: Planear caminando o caminar planeando. Estamos sumamente flexibles para ajustar lo necesario, no gastar de más y ser conscientes del compromiso solidario que tenemos con todos.

I Asamblea sinodal

Otra cosa importante es involucrar a los obispos de México en esta Asamblea puesto que México es la sede. Igualmente, la colaboración de las autoridades. ¿Cómo se logrará lo anterior?

El representante de los obispos mexicanos en el CELAM, como obispo asesor, es Mons. Leopoldo González de la diócesis de Nogales. Tiene una participación fundamental en el proceso de renovación y reestructuración. El delegado de los obispos mexicanos ante el CELAM es Mons. Alfonso Miranda y don Rogelio Cabrera, presidente de la CEM, es además presidente del Comité de Asuntos Económicos del CELAM, miembro de la Presidencia. Se nota la estrecha relación que hay entre instancias. En la Asamblea Plenaria del pasado noviembre, expusimos a los obispos mexicanos todo esto, además del proceso de renovación y reestructuración, el camino de la Conferencia Eclesial para la Amazonía y los pormenores de la planeación de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. Todo están enterados. Por otro lado, el cardenal Carlos Aguiar se mostró sumamente disponible para presidir la misa del lanzamiento de la Asamblea. Su homilía reflejó el conocimiento del documento y su pasado en el CELAM como presidente, vicepresidente y secretario. Recientemente, la arquidiócesis de México mostró el deseo de sumarse y apoyar en lo que sea necesario. Por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano se han considerado desde ahora todas las medidas de seguridad y protocolos, sin saber todavía cómo será ese noviembre, tenemos un gran apoyo tanto de la arquidiócesis México y eventualmente de las autoridades porque la relación, a través de la CEM, es bastante buena.

Ya se ha lanzado una atractiva página web para todos quienes quieran conocer la Asamblea. ¿Qué podemos encontrar en ese sitio?

-En la página se encuentra principalmente el propósito de la Asamblea, el significado del logotipo, del lema y, muy importante, la oración preparatoria que nos ayudará a mantenernos conectados de corazón a corazón. Los visitantes irán conociendo el itinerario espiritual que será interactivo porque, además, podremos peregrinar a los santuarios marianos a lo largo y ancho del continente. Eso también será muy interesante. Conocerán, a través de la página, los documentos de Aparecida, aportes pastorales y subsidios para recordar el proceso de escucha que también será conectado a una plataforma que nos ayudará a gestionar todo el conocimiento de este proceso; habrá recursos varios para descargar, logotipos, vídeos y las noticias del día a día en el avance de la Asamblea, las redes sociales del CELAM y para los medios de comunicación, la sala de prensa y el contacto para establecer nexos con todos.

Al llegar noviembre y la realización de la Asamblea, en un ejercicio de prospectiva, ¿Qué debe esperar el Pueblo de Dios de esta reunión Latinoamericana y del Caribe? ¿Qué anhela en este sentido?

-Anhelo que lleguemos a noviembre con una amplia escucha del Pueblo. Eso es fundamental. Anhelo que lleguemos fortalecidos gracias al itinerario espiritual. Sueño con una asamblea participativa, amplia, a través de las redes sociales y de los medios posibles. Llegaremos con el deseo de poner en práctica la Misión Continental y continuarla como fruto de Aparecida. Me gusta pensar que la Asamblea pueda lanzarnos al horizonte amplio del 2031-2033 y hablo como mexicano, como colaborador de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en el Proyecto Global de Pastoral. Me parece que, para México en particular, será un impulso grande ser sede de este evento, aunque sea de manera híbrida porque los obispos, fieles y personas de buena voluntad, nos estamos animando a caminar en la próxima década afrontando los nuevos retos. Considero que la Asamblea debe concluir con orientaciones muy concretas para que las Conferencias Episcopales puedan asumirlas y adaptarlas a su realidad. Eso será fundamental para seguir caminando. Y no descartemos que en el futuro haya otra Asamblea Eclesial, no sabemos cuándo ni de qué, pero podría darse. Sabemos el qué y a veces no sabemos el cómo. No se trata de decir más ‘qué’, hay que llenar las propuestas de ‘cómo’ para que nuestra creatividad pastoral se ponga en práctica.

Finalmente, ¿Algún mensaje especial a nuestros lectores o alguna circunstancia especial sobre esta Asamblea que deba ser conocido?

El lema nos motiva: Todos somos discípulos misioneros en salida”. Nadie puede quedarse fuera y no sentirse convocado. Más ahora en el ambiente que nos propone el Papa y Fratelli Tutti en donde hemos de buscar la fraternidad universal y la amistad social. Creo que en la medida en que hagamos vida este lema, será la medida que estaremos siendo fieles a Dios, al Evangelio, a la Iglesia y a las personas en su desarrollo integral. Buscamos esa vida plena para todos, estamos lejos, porque se comienza con la salud. Daremos los pasos para que esto pueda darse.

oracion I Asamblea

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