Esta mañana de sábado 12 de septiembre, se da a conocer el nombramiento de Mons. Fidencio López Plaza, a la fecha obispo de san Andrés Tuxtla, como nuevo pastor de la diócesis de Querétaro, sucediendo a Faustino Armendáriz Jiménez quien fue trasladado a la arquidiócesis de Durango en septiembre de 2019.

Fidencio López Plaza nació en el municipio de san José Iturbide en 1950. A los 14 años ingresó al Seminario menor de Querétaro para seguir con su educación secundaria y la preparatoria en la Universidad Autónoma de Querétaro para después iniciar los estudios de formación sacerdotal en el Seminario mayor de la diócesis de Querétaro.

Ordenado en 1982, cursó especialidades en Pastoral y Catequesis, además de Desarrollo Comunitario. Su ministerio sacerdotal conjugó el trabajo en parroquias además de desempeñar diversos cargos de responsabilidad pastoral y catequesis en la diócesis de Querétaro y de la Provincia eclesiástica del Bajío destacando el de coordinador del Equipo Base para la Misión Continental Permanente en México en el Trienio 2010- 2012.

En marzo de 2015, el Santo Padre Francisco le designó V obispo de san Andrés Tuxtla siendo consagrado al episcopado el 20 de mayo. Tras cinco años de ministerio episcopal en esa diócesis del Estado de Veracruz, es llamado para ser X obispo Querétaro, diócesis en la que fue formado.

Desde esta parte del país se dio paso a la evangelización del norte del virreinato de la Nueva España y de California destacando Fr. Junípero Serra.  La diócesis de Querétaro fue creada en 1863 por voluntad del Papa Pío IX a partir del desmembramiento de territorio de la arquidiócesis de México y de Michoacán. Pío IX declaró a Querétaro como una de las ciudades episcopales de México, según se lee en la Bula de erección que se puede leer en el sitio web de la misma diócesis: Y puesto que la Ciudad de Querétaro como Capital de su Departamento de donde éste toma su denominación, entre las demás poblaciones sea de mayor categoría, no sólo por mayor número de edificios y habitantes que comprende, sino  también por tener mayor número de Iglesias, Institutos religiosos, establecimientos piadosos e industriales, y otros adminículos: por tanto, y con la misma autoridad apostólica, la elevamos al rango de Ciudad Episcopal, y que por lo mismo goce perpetuamente de todos los honores, derechos, prerrogativas, gracias y favores de que ahora gozan y han gozado siempre, por derecho común  y uso legítimo las demás Ciudades Episcopales de la República Mejicana. De manera que la erigimos en residencia del nuevo Obispado de Querétaro, y de su Prelado que por tiempo fuese.

Desde este blog deseamos al nuevo obispo de Querétaro un fecundo ministerio. Enhorabuena.