Mensaje de la CEM sobre acuerdo migratorio México-Estados Unidos Seis mil efectivos de la Guardia Nacional “no es solución de raíz” a la cuestión migratoria: Obispos de México

“El combate a la pobreza y a la desigualdad en México y en Centro América pareciera quedar sustituido por el temor ante el otro, nuestro hermano”

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Tras los acuerdos entre los gobiernos de México y los Estados Unidos, la Conferencia del Episcopado Mexicano dirigieron una solicitud a las autoridades de ambos países para “hacer un compromiso permanente para privilegiar siempre el diálogo y la negociación transparente en nuestras relaciones bilaterales” a fin de “No caer en la fácil tentación del chantaje o la amenaza”.

Si bien el acuerdo fue celebrado a fin de dar marcha atrás en la imposición de aranceles a las importaciones de mercancías mexicanas, los obispos plantean una serie de duras cuestiones al respecto al poner en tela de juicio cuáles serán las medidas para el desarrollo de los países expulsores de migrantes. “Desplegar seis mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur no es una solución de raíz que atienda a las verdaderas causas del fenómeno migratorio. El combate a la pobreza y a la desigualdad en México y en Centro América pareciera quedar sustituido por el temor ante el otro, nuestro hermano”, se afirma en el comunicado.

Después del acuerdo, el presidente Trump afirmó que había más compromisos que México había pactado y que deben ser aprobados por el Poder Legislativo. A través de sus acostumbrados tuitazos, el 10 de junio reveló que los dos países han “firmado y documentado totalmente otra parte muy importante del acuerdo de Inmigración y Seguridad con México, uno que Estados Unidos ha estado buscando durante muchos años. Será revelado en un futuro no muy lejano y necesitará una votación del cuerpo legislativo mexicano"; de no aprobarse, el amago de los aranceles podría hacerse efectivo.

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A través de tuiter, el vicepresidente de los Estados Unidos reveló la agenda que cubre la negociación efectuada con los representantes de la Secretaría de Relaciones Mexicana encabezada por Marcelo Ebrard y quien fue laureado y reconocido en el evento de unidad de Tijuana del pasado sábado 8 de junio encabezado por el presidente López Obrador. A decir de Mike Pence México “hará cosas que no había hecho antes: Seis mil elementos de la Guardia Nacional desplegados en la frontera sur, puntos de revisión migratoria a través del país y la permanencia de todos los inmigrantes ilegales en territorio mexicano mientras esperan la resolución de asilo de los Estados Unidos”.

Los obispos mexicanos reconocen las “decisiones valientes” tomadas para suprimir la imposición de aranceles; sin embargo, afirman, “nuestros hermanos migrantes nunca deben ser moneda de cambio. Ninguna negociación debe colocarse por encima de lo que la Iglesia y la sociedad civil han defendido por años: la no criminalización de los migrantes ni de los defensores de derechos humanos que muchas veces luchan a favor de la dignidad a contra corriente y con riesgos importantes para su propia seguridad”.

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El Episcopado Mexicano reconoce las urgencias para establecer canales de desarrollo en la región de Centroamérica porque “México no se encuentra aislado. Es un país hermano que debe construir junto con los países centroamericanos una estrategia que atienda al bien común regional y que no sólo rescate de manera momentánea y un tanto coyuntural, un cierto bien parcial”.

Sobre el punto que podría colocar a México en el papel de “tercer país seguro” los prelados advierten que el Programa unilateral “Quédate en México” sería riesgoso para los migrantes porque se expondrán “a graves riesgos en las ciudades fronterizas mexicanas e impidiendo su pleno acceso a la asistencia legal”. 

El comunicado recuerda el compromiso de la Iglesia católica en el trabajo humanitario hacia los migrantes, labor hecha “sin titubeos” exaltando así el trabajo de los miles de voluntarios y trabajadores que “han defendido a riesgo de su vida, los derechos fundamentales de los migrantes en México, Estados Unidos y Centro América”.

“No se trata sólo de migrantes… se trata de nuestra humanidad” concluye el mensaje diciendo que el ejercicio de la compasión “toca las fibras sensibles” de cada persona: “No hay futuro más que caminando juntos como hermanos que somos, solidarios y corresponsables”.

El mensaje suscrito por el presidente de la CEM, el arzobispo de Monterrey Rogelio Cabrera López, el secretario del organismo, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola y el obispo de Ciudad Juárez, responsable de la Dimensión Pastoral de Movilidad Humana, Mons. José Guadalupe Torres Ramos puede leerse íntegramente aquí.

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