Campaña no quiere ser de insubordinación al Episcopado Laicos piden a obispos de México: “¡Necesitamos el pan de vida!”

Laicos piden a obispos de México: “¡Necesitamos el pan de vida!”
Laicos piden a obispos de México: “¡Necesitamos el pan de vida!”

*“Pedir no es desobedecer… Pedir es reconocer”

*Los sacramentos deben ser “actividades esenciales”

*“Tenemos el derecho de manifestar nuestras necesidades a los pastores”

Se ha cumplido un mes desde que la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió una serie de recomendaciones a raíz de la expansión del coronavirus en México. Primero, comenzó con el endurecimiento de las medidas sanitarias, entre estas, la prohibición del saludo de la paz, la comunión en la boca o el manejo de dinero de las colectas en misa; posteriormente, las restricciones apuntaron hacia las restricciones en el número de fieles asistentes hasta la dispensa del precepto dominical y la celebración de la misa privada, sin cerrar templos con el fin de que los fieles pudieran acercarse al recogimiento y la oración. La semana santa transcurrió con la ausencia del pueblo hasta el punto actual donde las restricciones se han endurecido como en Jalisco donde el cierre total de los templos tiene sin posibilidad alguna de asistencia de fieles a la oración o recepción de la comunión.

En esta fase, el debate se abre y mientras se exige el cierre de “actividades no esenciales”, entre ellos las de las iglesias en templos y lugares de reunión, algunos movimientos comienzan a cuestionar esas medidas que han privado a millones de fieles católicos de los sacramentos y de la vida de comunidad parroquial de oración.

“Con la mayor pureza de intención y la confianza entre hijos y padres, acudimos a ustedes llenos de amor para atender nuestras necesidades”. Ese es el objetivo de la campaña “Queremos el pan de vida” dirigida a los obispos de México e iniciada en redes para adherir a movimientos laicales y fieles a fin de colectar firmas que hasta la edición de este artículo había reunido más de 3 mil 200 solicitudes para considerar la dispensa de los sacramentos como una parte de las “actividades esenciales”.

En la carta de petición, los organizadores afirman que “el gobierno de nuestro país, ha dispuesto que ciertas actividades esenciales permanezcan funcionando para la población, es así que hoy vemos abiertas: tiendas de alimentos, farmacias, gasolineras, transporte público, algunas industrias, bancos e instituciones financieras…  ¿Por qué la Iglesia Católica no hace lo mismo? ¿Acaso no se consideran los Sacramentos “actividades esenciales” para los fieles?”

A la par, un video difunde los objetivos de la campaña. Laicos y familias enteras de los Estados de México, Jalisco, Nuevo León, Sonora, Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Ciudad de México, Chihuahua, Querétaro, Sinaloa y Colima, se dirigen al Episcopado Mexicano en lo que, según, no es un signo de desobediencia o insubordinación; por el contrario, quienes ofrecen su testimonio quieren proyectar que la dispensa de los signos sensibles debe ser real y no virtual o meramente simbólica y espiritual, especialmente de los sacramentos de la eucaristía y reconciliación y “con mayor razón en este tiempo de dificultad”.

Los mensajes también llaman la atención debido al tono de la solicitud dirigida. En lo que quiere ser un mensaje humilde, filial, sin pretender imposiciones, la exigencia específica es la disponibilidad de los sacramentos sin obstáculo alguno, pero observando las medidas sanitarias como se hace en bancos, tiendas, dependencias o comercios considerados esenciales. “Sabemos que es un reto muy grande, pero estamos aquí par ayudarles. Por ejemplo: podemos espaciar las bancas en los templos, podemos reducir la cantidad de asistentes, se pueden incrementar los horarios de misa, se pueden establecer horarios de liturgia para dar la comunión, se pueden hacer confesiones al aire libre y con sana distancia, podemos hacer que se agenden citas para controlar las asistencias. Hacer campañas para conseguir los insumos necesarios. Copiar las medidas que han implementado supermercados, farmacias, bancos, etc. En fin, en pocas palabras, haremos lo que sea necesario para que la gente que, así lo desea, pueda ir a misa y recibir los sacramentos… Entre todos nos comprometemos a ayudarles…”

De acuerdo con la información del sitio El Pan de la Vida, la campaña no pretende una presión al Episcopado, “pedir no es desobedecer. Pedir no es dividir. Pedir no es imponer. La Iglesia católica es una familia. Y como tal ha establecido en el Código Canónico cuales son los derechos y obligaciones de los fieles laicos. 

Si algún obispo al escuchar el clamor de los fieles se siente presionado, no será una presión injusta, afirman. Y en cuanto compete a esta campaña, tampoco será una presión que falte a la caridad. Será la presión que siente un buen padre de familia cuando sus hijos le dicen: "Tenemos hambre". Y los organizadores confían que, con “prontitud y amor”, la solicitud será atendida: “¿Qué padre hay que si su hijo le pide un pan, le da una piedra?”

AYUNO SACRAMENTAL Y RESPONSABILIDAD

En contraste, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicana, Mons. Alfonso G. Miranda Guardiola, no parece compartir la solicitud de las agrupaciones laicales. Así afirma que “Aligerar o relajar medidas sería irresponsable cuando expusiéramos a los fieles al contagio, en este momento todavía más peligroso por la fase que estamos atravesado”.  En declaraciones en el sitio VCNoticias, el auxiliar de Monterrey afirmó que a la par de esta explosión de creatividad pastoral en redes sociales, se debe seguir de forma escrupulosa las indicaciones sanitarias para prevenir contagios: “Debemos seguir estos lineamientos para no exponer a nadie, ni a las familias ni a los sacerdotes; para que ellos no se vuelvan transmisores del virus”.

Estar y ser cercanos sin exponer a nadie, afirma Miranda Guardiola cuando también indica que el Episcopado ha considerado este tiempo como de especial ayuno sacramental:La Iglesia en el mundo y en México atraviesa esta situación de ayuno; todos quisiéramos acercarnos a la eucaristía a la confesión, etcétera; y no lo podemos hacer por ahora, estamos viviendo este ayuno. Pero aligerar o relajar medidas sería irresponsable cuando expusiéramos a los fieles al contagio. En este momento todavía más peligroso por la fase que estamos atravesado estamos monitoreando para buscar las medidas adecuadas al municipio, a la diócesis y al tiempo que sea conveniente”.

Queremos pan de vida

Volver arriba