“Me retiro dos semanas…” dijo Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, quien después de la misa matutina transmitida en redes sociales el sábado 5 de septiembre, anunció que había dado positivo al covid-19.

Optimista, de buen humor, animado, señaló que en próximos días se ausentará para asumir el aislamiento. “¿Por qué razón? Porque aprobé la prueba de covid… Salí positivo, de modo que, por respeto a ustedes, respeto a toda la comunidad, debo aislarme”.

Noriega Barceló indicó sentirse muy bien y, en una carta difundida en redes sociales, reflexionó sobre sus sentimientos en el momento en el que se confirmó la infección. Fue el jueves 3 de septiembre cuando recibió la noticia. “No quiero ser una simple víctima sino una simple ofrenda de amor para todos ustedes” estimando esta realidad como una experiencia espiritual: “Me comprendo como un peregrino que vive el viacrucis y, al mismo tiempo, el camino de la luz”.

El domingo 6 de septiembre, otra carta difundida en redes sociales dio cuenta del inicio de esta peregrinación narrando con lujo de detalle las circunstancias que el obispo vivió cuando supo de la infección por el virus. Titulada “Compartiendo la esperanza en las salas de espera del covid-19, Sala 1”, Mons. Noriega revela las particularidades más íntimas, sus expectativas, temores y esperanzas al saberse como uno de los más de 5 mil 500   zacatecanos contagiados: “Empiezo hurgando en la memoria de los últimos días tratando de buscar responder a las preguntas iniciales: “Dónde, quién, cómo, cuánto tiempo… Ya tenía algo del ¿Qué me está pasando?, confuso y desconcertante todavía. Ahí estaba, aunque los pretendiera disimular o negar”.

La noticia “lo tomaba por sorpresa”, pero superó todas esas inquietudes, no sin antes revelar la natural angustia por saber si haber contraído el temible covid-19 era signo de la “pena de muerte”; no obstante, tuvo consuelo de parte del Señor para asociarse en la Oración del Huerto y “abrir los brazos para abrazar a todos los dolientes, compañeros de camino…”

En abril de 2020, a pocos días del inicio del confinamiento y del cierre de templos, un video del obispo Noriega Barceló circuló en redes sociales. Extraordinario ejecutante del acordeón, dedicó el Cielito Lindo en honor de los trabajadores de la salud desde la catedral del obispado: “Con mucho cariño para todos los médicos, enfermeras, enfermeros, todo el personal sanitario, pero todas las personas que nos cuidan, que hacen que nuestra sociedad camine. Sabemos lo que están viviendo, sabemos los riesgos que están corriendo… por eso queremos abrazarlos virtualmente desde aquí…”

Sigifredo Noriega Barceló nació en Sonora en 1951. Fue ordenado sacerdote en 1976. Elevado al episcopado en 2007 por Benedicto XVI fue primer obispo de Ensenada. En agosto de 2012 fue nombrado XV obispo de Zacatecas.

En los tiempos de pandemia, Noriega Barceló es el segundo obispo mexicano con coronavirus. El primero fue el prelado de Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, quien contrajo la enfermedad en julio. Afortunadamente, y sin mayores complicaciones, el obispo, religioso de la congregación de los Legionarios de Cristo, venció al virus en agosto pasado.