Mons. Felipe Arizmendi fue herido en el cuello Obispo emérito de san Cristóbal queda entre fuego cruzado

Obispo emérito de san Cristóbal queda entre fuego cruzado
Obispo emérito de san Cristóbal queda entre fuego cruzado

“Estoy milagrosamente bien…” dice en mensaje.

Sufre lesiones en una balacera, acompañantes resultaron ilesos.

Secretaría de Gobierno del Estado de México resguardó al obispo y familia

A través de un mensaje difundido en redes sociales, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, emérito de san Cristóbal de las Casas y quien cumplió 80 años el 1 de mayo, contó la difícil experiencia de verse en un fuego cruzado mientras viajaba con su familia a su pueblo de origen, Chiltepec, Estado de México, a unos 140 kilómetros de la capital del país.

Arizmendi Esquivel, quien se convirtió en emérito en 2017 y ahora se dedica a impartir pláticas espirituales y retiros en el Estado de México, además de ser uno de los obispos mexicanos más influyentes gracias a su acostumbrada opinión semanal, describe que los hechos ocurrieron el sábado 30 de mayo por la tarde:

“Íbamos en mi coche, un Jetta, con mi familia hacia Chiltepec, nuestro pueblo, como acostumbramos cada fin de semana. Después del Volcán, pasando Cerro Gordo, antes de El Capulín, unas personas de un coche chico venían, en sentido contrario al nuestro, persiguiendo a los de una camioneta, quizá para asaltarles o no sabemos para qué, y les tiraron de balazos”.

Con el obispo iba su familia “Coca y Pita, más Lupita y José Alberto” quienes resultaron ilesos, no así Arizmendi quien ocupaba el asiento del copiloto.  Al darse el intercambio de disparos, señala que “Uno de esos balazos, como veníamos entre curvas, pegó en el parabrisas de mi coche, frente a mí, que iba de copiloto, lo perforó y parte de la bala se me incrustó en el cuello, sin afectar cuerdas bucales, y sin sangrar mayormente. Unos vidrios se incrustaron en la parte superior de mi mano derecha, sin mayor profundidad, y residuos del vidrio volaron por todas partes dentro del coche, sobre mi familia”.

Arizmendi recibió ayuda médica en Chiltepec donde le suturaron la herida del cuello y mano. “Estoy milagrosamente bien” en lo que se constata que su integridad física no tuvo mayores perjuicios. El domingo, celebró la misa a puerta cerrada para volver a Toluca, capital del Estado de México, resguardados por elementos enviados por la Secretaría de Gobierno. “Todos estamos expuestos a los diferentes virus” concluye el obispo emérito en una clara referencia a las palabras del obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, quien describió a este medio los virus que están masacrando a la gente.

En las redes sociales del Centro Católico Multimedial se dio a conocer íntegro el mensaje del obispo emérito de san Cristóbal.

A continuación, presentamos el testimonio de Don Felipe Arizmendi sobre los hechos:

“Saludos desde Toluca. Les comparto que, este sábado 30, como a las 6 pm, íbamos en mi coche, un Jetta, con mi familia hacia Chiltepec, nuestro pueblo, como acostumbramos cada fin de semana. Después del Volcán, pasando Cerro Gordo, antes de El Capulín, unas personas de un coche chico venían, en sentido contrario al nuestro, persiguiendo a los de una camioneta, quizá para asaltarles o no sabemos para qué, y les tiraron de balazos. Uno de esos balazos, como veníamos entre curvas, pegó en el parabrisas de mi coche, frente a mí, que iba de copiloto, lo perforó y parte de la bala se me incrustó en el cuello, sin afectar cuerdas bucales, y sin sangrar mayormente. Unos vidrios se incrustaron en la parte superior de mi mano derecha, sin mayor profundidad, y residuos del vidrio volaron por todas partes dentro del coche, sobre mi familia. Iban conmigo Coca y Pita, más Lupita y José Alberto. Ellos sólo se llevaron el gran susto; sólo mi hermana Coca, que iba en el asiento atrás de mí, recibió un pequeño golpe de una fracción de la bala en su pierna, pero sin causarle herida, sino sólo el golpe. Nos fuimos a Chiltepec, donde un doctor me curó, me sacó la bala, me suturó cuello y mano. Estoy milagrosamente bien, dando gracias al Señor y a la Virgen. Ayer domingo celebré en la parroquia, a puertas cerradas, y este lunes regresamos a Toluca. De la Secretaría de Gobierno me mandaron protección para nuestro regreso. Nos encomendamos a su oración. Todos estamos expuestos a los diferentes virus.”

+ Felipe Arizmendi

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