Graves problemas de desempleo, salud y educativos provocan marginación, desplazamientos y pobreza en el Estado de Guerrero “Repruebo que a los niños se les utilice para militarizarlos”: Obispo de Chilpancingo-Chilapa

“Repruebo que a los niños se les utilice para militarizarlos”: Obispo de Chilpancingo-Chilapa
“Repruebo que a los niños se les utilice para militarizarlos”: Obispo de Chilpancingo-Chilapa

Mons. Salvador Rangel Mendoza explica las causas del reclutamiento de menores en las guardias comunitarias del Estado de Guerrero. La pobreza de los campesinos es consecuencia de la caída de los precios de la goma de opio. Hoy el fentanilo chino desplazó a la amapola. Urgen programas de desarrollo social para sacar adelante a la población.

El 22 de enero, autoridades comunitarias en Chilapa, Guerrero, anunciaron que diecinueve menores tomaban las armas en contra grupos delincuenciales. De inmediato, se encendieron las señalas de alarma ante un problema que viene desde hace tiempo atrás producto del rezago y las décadas de pobreza. El reclutamiento fue anunciado por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF). En entrevista, Mons. Salvador Rangel Mendoza, obispo de Chilpancingo-Chilapa, reprueba estas acciones de militarización a la vez que revela las causas que acendran más la marginación en uno de los estados más pobres y excluidos de México.

Niños armados. Chilapa.
Niños armados. Chilapa.

Mons. Rangel, en últimos días se han dado graves acontecimientos en el Estado particularmente con el reclutamiento de niños en guardias comunitarias. ¿Qué está pasando?

Para mí es una situación reprobable que estén utilizando a los niños desde seis años, el más pequeño, hasta los catorce. En una palabra, los están militarizando, están metiendo en su cabeza esta situación bélica. Tienen cierta razón en protestar porque son comunidades indígenas muy marginadas donde los gobiernos de los tres niveles los han abandonado, esa es la situación de Guerrero, uno de los estados más pobres de la República, pero esto no justifica que estén mentalizando a estos niños, puesto que en esa comunidad, Rincón de Chautla, hay guardias comunitarias que sirven al narcotráfico. Ellos inducen a estos menores. Creo que debe prevalecer el interés superior de los niños. La Federación y el Estado deben poner especial atención puesto que en Guerrero tenemos una gran vergüenza, los desaparecidos de Ayotzinapa. Hasta UNICEF debe tomar cartas en el asunto para que vea lo que se está haciendo contra esos niños. Los padres y el comisario del lugar cometieron una gran imprudencia porque no es la primera vez. Hace ocho meses tomaron a los niños con armas de palo y también salieron las mujeres, pero ahora se trata de armas verdaderas, aunque de bajo calibre. Lo peor es que estén mentalizando a los niños en esa idea militar.

¿Ha entrado en contacto con las comunidades? ¿Dialoga con ellas respecto a esta situación?

Todavía no he dialogado con ellos. Más bien los párrocos tratan de mediar. Aquí existe un problema. Estas personas de Rincón de Chautla están poseyendo unas tierras que no les pertenecen. Son de otras comunidades. Ellos tratan de jalar a otros para que los apoyen, pero eso será imposible puesto que, legalmente, no son los verdaderos dueños de la tierra. Aquí hay otra comunidad muy atacada por ellos, San Jerónimo, donde está la Liga Francisco Villa. El pleito es por la posesión de tierras más que del narcotráfico, creo que eso es una causa perdida. La única solución es la intervención del gobierno federal para hacer un reparto justo de tierras. Sólo así se tranquilizará esa zona, de no ser así seguirán hablando como cuando el Estado hizo una Comisión de Paz y Justicia, pero al no haber arreglo de las tierras, el problema continuará. Una vez más lo digo: Repruebo abiertamente que se utilice a los niños en esta militarización.

Entonces, ¿No es un problema del dominio del narco sobre las tierras?

La tierra es otro asunto. Como usted sabe, en Guerrero se sembró mucha amapola, pero desde hace un año la gente ya no lo hace. El kilo de goma de opio se vendía en unos 40 mil pesos (1818 euros) después se les pagaban a 3 mil pesos debido a la introducción de la droga china llamada fentanilo, ya no es negocio, desplazó totalmente a la amapola. Ahora más bien están peleando por orgullo para que un pueblo someta a otro, no es el narcotráfico el que está peleando ahí.

¿Ha intervenido la Guardia Nacional?

Los mismos señores de Chiautla dijeron que la Guardia Nacional se asomó y retiró porque había un bloqueo de la carretera. Todos esperamos que funcione la Guardia Nacional, pero pienso que no está preparada suficientemente para intervenir. Otro asunto son las personas que quemaron y asesinaron a cinco más, en total diez. Ahí tienen que investigar quién realizó esos hechos, ¿quién los quemó? Ellos quieren involucrar a muchas comunidades y cuando no los apoyan, entonces son atacados. No culpabilizo a nadie, pero estoy pidiendo una sólida investigación en ese lugar.

Me ha dicho que los párrocos son los que intervienen directamente. ¿Qué están haciendo?

En primer lugar, su presencia. A pocos kilómetros tenemos un centro de pastoral, Mexcalcingo. La otra parroquia es Hueycantenango de Santiago. Los sacerdotes me informan de la situación.  Ellos van a las comunidades, siguen atendiendo, enterraron a esos muertos. Pienso que, como Iglesia, si no podemos resolver el problema, estamos teniendo una valiosa presencia en las comunidades.

En este gobierno se impulsan apoyos económicos en favor de los jóvenes. ¿Qué ha pasado en Guerrero? ¿No han llegado esas ayudas?

No estoy bien enterado al respecto, pero de eso se queja la gente. Las ayudas no llegan. Le puedo decir algo muy concreto. Tenemos las zonas de la Sierra y de la Montaña. Esto que sucede es parte de la región de la Montaña. En la Sierra no ha llegado ayuda alguna. La gente está muriendo de hambre. Los sacerdotes me dicen que ni siquiera tienen chile para comer. Es la misma historia. Todos sembraban la amapola. Ahora están huyendo de esas comunidades, ya sea a la frontera que está plena de guerrerenses para pasar a los Estados Unidos o vienen a las ciudades, Taxco, Iguala o Chilpancingo, porque la gente nada tiene que comer. Hoy no hay ayuda oficial alguna.

Entonces, la migración es un problema grave…

Muy fuerte al no haber nada para comer…

Hace unos días, usted declaró a los medios que el gobierno del Estado de Guerrero quiere resolver los problemas desde el escritorio y tomando café…

Abiertamente me dirigí al Secretario de Gobierno. Tendría que ir a las comunidades para observar el problema porque él está en la Secretaría y por las tardes se va con sus amigos a tomar café y jugar ajedrez. Necesitamos un secretario más efectivo para que vaya a las comunidades. Este es un problema de gobierno que no se resuelve desde el escritorio. Pongo un ejemplo. López Obrador, estando sólo en Palacio (Nacional), no conocerá los asuntos del país. Está saliendo, ve las dificultades y atiende los reclamos de la gente. Encerrado no podría resolver los problemas. Ese es mi punto de vista.

Ante esta pasividad del gobierno estatal, ¿Cree oportuno solicitar una audiencia al presidente de la República para exponer la grave situación de Guerrero?

Bueno, todo depende a qué iría a hablar con el presidente. A nivel nacional acerca de las ayudas que se están otorgando, deben poner atención en Guerrero particularmente en la Sierra y la Montaña. Necesitamos presencia del gobierno y mucha ayuda. Como le mencioné hace un momento, en Chilapa se integró la Comisión de Justicia y Paz, pero sin fondos económicos ¿Qué hará? Es una estructura burocrática más sin sentido.

Otro aspecto del interés de nuestros lectores es el del movimiento de los padres de los normalistas desaparecidos en Iguala. Usted encabezó la peregrinación de las familias a la Basílica de Guadalupe al finalizar el año e hizo señalamientos muy fuertes durante la homilía…

Exactamente. Decía que es una llaga sin cerrar. Tienen la gran esperanza para saber algo de sus hijos desaparecidos. Van cinco navidades sin ellos. Mientras no se hable con la verdad y no se conozca el paradero de los muchachos, será una herida siempre abierta. Por otro lado, estoy en contra de que se manipule el dolor de estas personas con fines políticos. Espero que pronto se conozca la verdad. Capturaron a 157 probables responsables y de esos, cómo es posible que ya hayan liberado a la mitad y la verdad no se sabe. Esto es muy duro y no lo logro entender. Para los padres de familia, la situación ya es muy precaria. Me estoy organizando para enviarles, poco a poco, despensas con los artículos que los fieles me dan en las misas. Estas personas son muy pobres… Hay que poner más atención en los desaparecidos. Don Raúl González Pérez, anterior presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, presentó un informe en Guerrero y exhortó a la Fiscalía a invertir más dinero e investigar sobre las fosas clandestinas y los desaparecidos. En esto se ha logrado muy poco.

¿Qué urgencias existen en la diócesis para continuar adelante con estas obras pastorales?

En la base está el problema económico. Le doy un ejemplo: la parroquia de Yextla que está en la Sierra. Los padres se hicieron de una camioneta a crédito y en estos días la devolverán porque ya no tienen para pagar. ¿Por qué? La gente no tiene para una limosna, se acabó su fuente de ingresos. Los padres deben regresar esa camioneta puesto que se deben más de 170 mil pesos. Se requiere de fuentes de trabajo para los habitantes; otro problema es el de la salud y las medicinas. Se han abandonado clínicas y escuelas a donde los maestros van uno o dos días a la semana, falta infraestructura educativa. Por ejemplo, los de la comunidad del Campo Morado, para venir a Chilpancingo, deben pagar 500 pesos. ¿Dónde conseguirán ese dinero? Creo que la cuestión económica, la educativa o de infraestructura deben tener los apoyos directos del gobierno federal. En todas estas guardias comunitarias hay desempleados que buscan oportunidades de reintegración a la sociedad. Es el momento para que las autoridades les den oportunidades de trabajo.

Finalmente, un mensaje a nuestros lectores a fin de sensibilizarlos acerca de estos graves problemas.

Somos un solo México. Cuando una parte del cuerpo sufre, todo el cuerpo está sufriendo. Necesitamos que nos apoyen para hacer esta presión ante el gobierno federal a fin de que vuelvan los ojos a Guerrero. Es lo único en donde vislumbro la solución. Que hubiera programas concretos y serios para apoyar al Estado en la educación, agricultura y salud. Necesitamos que nos tiendan la mano para evitar problemas futuros.

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