Izamal, Yucatán.-En la reciente ordenación episcopal del nuncio apostólico para Papúa Nueva Guinea, Fermín Emilio Sosa Rodríguez, el obispo auxiliar de México, Salvador González Morales, en representación del arzobispo Carlos Aguiar Retes, de los miembros del consejo episcopal y de los fieles, también impuso las manos al sacerdote izamaleño consagrado por el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, el sábado 19 de junio.

González Morales fue uno de los nueve obispos que recibieron en el colegio episcopal al arzobispo Fermín Sosa quien iniciará en julio su ministerio diplomático en Oceanía.

En entrevista, después de la celebración, y en uno de los atrios del convento de san Antonio de Padua que alberga a Nuestra Señora de Izamal, el obispo auxiliar de México reflexionó acerca de la importancia de estos signos eclesiales y del significado de tener a un mexicano en el cargo de nuncio, si bien en un país lejano a nosotros, con un impacto pastoral que puso al clero y a la Iglesia de Yucatán en la mira del Papa Francisco.

“Creo que es una distinción especial. No hay muchos hermanos de las diócesis de México que estén preparándose en la academia eclesiástica, entonces que el Santo Padre haya nombrado a un hermano de estas tierras es muy significativo. Sabemos que los nuncios son incorporados al colegio episcopal. Acompañar y estar en la celebración me parece muy importante, es nuestra responsabilidad como parte del Colegio Episcopal”.  

Salvador González conocía al nuncio de Papúa Nueva Guinea sólo de nombre. “Coincidimos en Roma. Él estaba estudiando en la academia, yo escuchaba a los hermanos de Yucatán que hablaban de él. Alguna vez visitó el Colegio Mexicano, pero no de trato directo”.

El obispo auxiliar intercambió un saludo con el cardenal Parolin previo a la celebración de la ordenación episcopal en donde señaló del encuentro que, al día siguiente domingo 20 de junio, tendría en Basílica de Guadalupe con el arzobispo Carlos Aguiar.

Mons. González Morales, quien llegó a Yucatán la tarde del viernes 18 de junio, destacó esta celebración como una oportunidad para valorar y fomentar las vocaciones sacerdotales: “Debemos seguir promoviendo las vocaciones al ministerio sacerdotal. Creo que estos acontecimientos motivan a los jóvenes que están en los seminarios y también a aquellos que miran estos acontecimientos eclesiales y sienten una inquietud y el Señor les está llamando para que puedan responder con generosidad. Además, todos debemos seguir rezando por más y más santas vocaciones”.