Obispos de México llaman pacto educativo solidario y responsable Urgente articular "regreso híbrido" a las escuelas: CEM

Urgente articular "regreso híbrido" a las escuelas: CEM
Urgente articular "regreso híbrido" a las escuelas: CEM

"Es urgente salir al encuentro, saber que el acontecimiento educativo es un momento de relación significativa para el aprendizaje, no el estudio abstracto y desencarnado de nociones y fórmulas".

En un mensaje de fecha 7 de febrero, los obispos de México lanzan un mensaje a la comunidad educativa a once meses del inicio de la pandemia en México: Expresando una palabra de de aliento, cercanía y solidaridad, a la comunidad educativa del país, los obispos, considerando la convocatoria del Papa Francisco al Pacto Educativo Global, invitan a considerar la necesidad de volver a las escuelas en un proceso híbrido. El llamado a que "nos comprometamos de manera realista a mantener el cuidado integral de cada niña, niño, adolescente y joven, vinculando solidaridades y profundizando una alianza, particularmente entre familias, docentes, directivos y estudiantes, con amplia creatividad y generosidad".

Desde el inicio de la pandemia, las clases en todos los niveles se han restringido. Sin posibilidad de vivir en las aulas, los estudiantes han vivido el confinamiento escolar de acuerdo a sus posibilidades y medios. El curso escolar 2019-2020 cerró en la modalidad a distancia y el presente ciclo, a concluir el 9 de julio, transcurre de igual manera mientras la pandemia en el país mantiene a 13 entidades en color rojo, 17 en naranja y dos en amarillo. Ninguna en semáforo verde.

Para salir al encuentro, la propuesta del Episcopado Mexicano anima a buscar medidas solidarias. "No habrá regreso a la normalidad escolar, en un corto plazo, pero ello no implica que no seamos capaces de promover otros espacios educativos, mucho más flexibles, generosos y por supuesto solidarios. Nuestra infancia requiere atención y acompañamiento".

De igual manera, debe buscarse la manera de "articular un regreso a la escuela, de manera híbrida" llamando así a construir "un gran acuerdo... para acompañar su regreso al aprendizaje y ofrecerles caminos para vivir incluso la propia realidad emergente. Es tiempo de convocar y establecer explícitamente un gran acuerdo entre docentes, familias, directivos, los propios estudiantes y la sociedad en su conjunto".

El mensaje a la comunidad educativa, suscrito por el arzobispo Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, afirma que, para cumplir este objetivo, deben crearse las estrategias sanitarias y educativas. "Buscar caminos compatibles y coordinados. Acompañar a los centros escolares, supervisarlos, impulsar protocolos sanitarios, realizar pruebas, vacunar al personal escolar, repensar la educación que se requiere hoy, desatar las solidaridades entre instituciones y personas, pero sobre todo, atender a toda la población en su conjunto e integralidad, sin dejar a nadie fuera".

Enseguida el mensaje de los obispos como fue publicado en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano:

MENSAJE A LA COMUNIDAD EDUCATIVA DE NUESTRO PAÍS, A CASI ONCE MESES DEL INICIO DE LA PANDEMIA COVID-19, EN MÉXICO:

"PROCURAR EL BIEN POSIBLE DE TODOS, ESPECIALMENTE DE LOS MÁS VULNERABLES, ES DECIR, LAS NIÑAS, NIÑOS, ADOLESCENTES Y JÓVENES".

De nueva cuenta, queremos expresar nuestra palabra de aliento, cercanía y solidaridad, a la comunidad educativa del País, en estos ya cerca de once meses de Pandemia en México.

Frente a los desafíos sistémicos que nos presenta la Pandemia hacemos eco del llamado que el Santo Padre Francisco nos hizo el pasado 15 de octubre, a través de una convocatoria para celebrar un Pacto Educativo Global. Para sumarse a él, hay que atender al urgente y exigente llamado para que, en cada localidad, en cada comunidad humana, nos comprometamos de manera realista a mantener el cuidado integral de cada niña, niño, adolescente y joven, vinculando solidaridades y profundizando una alianza, particularmente entre familias, docentes, directivos y estudiantes, con amplia creatividad y generosidad.

La educación, es antes que nada un acto de amor, la transmisión libre y generosa de los valores más propiamente humanos, como la verdad, la bondad, la belleza, la unidad y la paz. Es urgente humanizar la educación, pues hoy nos quedamos -en muchas ocasiones- sólo con la parte de planes y programas, de dispositivos y tareas, dando prioridad a lo organizacional, a lo funcional e institucional, pero olvidamos poner a la persona concreta al centro, con todas sus dimensiones. Es imperativo dedicar tiempo, confiar en ellos, compartir la vida.

El Papa Francisco reconoce que la única vía para ensanchar y responder a los desafíos civilizatorios de este tiempo, es precisamente consolidar el andamiaje educativo de cada nación, el cual no es sólo escolar, sino que abraza a toda la vida de la sociedad empezando por el ámbito familiar y ampliándose hacia todas las comunidades de vida (empresa, colonia, centro comunitario, barrio, medios de comunicación, etc.). Como reto central, el Papa nos ha llamado a impulsar la cultura del cuidado, a través de la vivencia de la fraternidad y la amistad social, caminos para la paz social e interior.

Es urgente salir al encuentro, saber que el acontecimiento educativo es un momento de relación significativa para el aprendizaje, no el estudio abstracto y desencarnado de nociones y fórmulas. La educación que debemos ofrecer, en estos tiempos, está más en clave de acompañamiento, en ayudar a responder a los desafíos actuales, en aprender a vivir en casa, en el cuidado de los demás, modificando nuestras conductas para que éstas sean más comprensivas de lo humano, más solidarias y constructivas de un desarrollo humano, integral, solidario y sustentable.

Frente a ello, queremos proponer y animarlos para:

1. Buscar medidas posibles para salir al encuentro y hacer vigoroso el compromiso del cuidado de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Efectivamente no habrá regreso a la normalidad escolar, en un corto plazo, pero ello no implica que no seamos capaces de promover otros espacios educativos, mucho más flexibles, generosos y por supuesto solidarios. Nuestra infancia requiere atención y acompañamiento. Reconocemos el importante papel de los medios de comunicación, pero hoy, es urgente una atención más cercana.  Organicémonos  como  sociedad,  con el fin de estrechar y vincular lo que es posible, lo que está cerca, aminorando todo riesgo. Organicemos encuentros pequeños, especialmente en las familias, escuelas, en cocheras, parques, atrios, iglesias, empresas, que acompañen y animen actividades educativas (formales y no formales). Impulsemos lo posible.

2. Busquemos la manera de articular un regreso a la escuela, de manera híbrida, combinando -para quien así lo pueda y quiera- momentos de servicio escolar presencial, con alternativas semipresencial y otras totalmente virtuales, que vayan más allá de la TV y la radio. Hay muchas experiencias en el mundo que lo están logrando. Para ello, es necesario construir un acuerdo de generosidades. Es urgente acompañar su regreso al aprendizaje y ofrecerles caminos para vivir incluso la propia realidad emergente. Es tiempo de convocar y establecer explícitamente un gran acuerdo entre docentes, familias, directivos, los propios estudiantes y la sociedad en su conjunto.

3. Para ello, las estrategias sanitarias y educativas, deben buscar caminos compatibles y coordinados. Acompañar a los centros escolares, supervisarlos, impulsar protocolos sanitarios, realizar pruebas, vacunar al personal escolar, repensar la educación que se requiere hoy, desatar las solidaridades entre instituciones y personas, pero sobre todo, atender a toda la población en su conjunto e integralidad, sin dejar a nadie fuera.

Animamos particularmente a la vida religiosa, así como a tantos laicos comprometidos fuertemente con la educación en colegios e instituciones educativas públicas y privadas, a suscitar esfuerzos conjuntos de atención a la niñez, adolescencia y juventud. Hagamos redes entre instituciones educativas, destacando criterios como la prudente cercanía física, las necesidades reales, y la fraternidad. Cuidemos a nuestros maestros, para que ellos puedan cuidar a los niños, en plena comunión con las familias, directivos y la sociedad en general. Demos prioridad a las comunidades más vulnerables.

Sólo contemplando al Divino Maestro, podremos dejarnos impregnar de Su decidida entrega en bien de toda la humanidad, sin exclusión, descarte o discriminación alguna.

Ciudad de México, a 7 de febrero del 2021.

+ Rogelio Cabrera López

Arzobispo de Monterrey y Presidente de la CEM.

https://www.cem.org.mx/Slider/691-Mensaje-a-la-comunidad-educativa-en-M%C3%A9xico-a-once-meses-del-inicio-de-la-pandemia-COVID19.html

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