Arzobispado de México vive tremenda crisis. Don Carlos Aguiar y Susana Distancia, las despensas del arzobispado, auxiliares confinados y la salvación por likes

Don Carlos Aguiar y Susana Distancia, las despensas del arzobispado, auxiliares confinados y la salvación por likes
Don Carlos Aguiar y Susana Distancia, las despensas del arzobispado, auxiliares confinados y la salvación por likes

+ Despensas de ayuda al clero, “ni básicas”.

+ Cinco obispos auxiliares, confinados en el palacio de cristal y hierro.

+ Basílica de Guadalupe, la capilla privada de Su Eminencia.

El coronavirus cambió muchas cosas para siempre . Entre ellas los planes y ambiciosos proyectos económicos del arzobispado de México. Si antes se creía que el diezmado arzobispado era el cuerno de la abundancia por tener en su territorio a la gallina de los huevos de oro, Basílica de Guadalupe, hoy el arzobispo Aguiar y su operador Eduardo Pisa, pomposamente llamado delegado del arzobispo para la administración de la arquidiócesis, tienen encima una tremenda crisis que podría derivar en la quiebra de las arcas arzobispales. Es así que, a los curas, los obreros encargados de seguir exprimiendo hasta las piedras, no le son perdonados ni siquiera las cuotas de estos meses funestos.

Despensa arquidiocesana. Raquítica.
Despensa arquidiocesana. Raquítica.

Cual abonero de tiendas de conveniencia, quien ha tenido que dar la cara es el padre Efraín Hernández que ahora no sabe ya a quién encomendarse. Y es que el padre ecónomo ha tenido que tocar puerta por puerta para recordar los puntuales pagos de los meses más críticos de cierre de templos donde lo único seguro son las vistas en redes. El ecónomo ha querido abrir puertas ofreciendo lo que ni siquiera es una despensa básica según las normas. Con 160 pesos – suma a la que asciende la totalidad de los productos que se muestran en la foto- Efraín Hernández quiere obtener los miles de pesos en recursos parroquiales que, de plano, no existen por no haber limosnas, donativos, cooperaciones, ceremonias o cursos de catequesis. Lo único abono por adelantado ha sido el respetuoso recordatorio de 10 de mayo  ante la insensibilidad del cardenal Aguiar. Encima de eso, no han sido pocos los reclamos de sacerdotes quienes, al tener los productos de la raquítica despensa, se dieron cuenta de la caducidad de algunos lácteos, ofendiéndolos aún más puesto que ellos usan los insumos no para su beneficio sino para atenuar la complicada situación de sus trabajadores y colaboradores. La urgencia financiera no es para menos. La economía del arzobispo Aguiar afrontará problemas muy agudos como responder a la incertidumbre de sus sacerdotes por los gastos médicos, quienes por cierto no saben qué pasaría de contagiarse por coronavirus, la entrega de pensiones a los jubilados y la inflada nómina que incluye los salarios de cinco auxiliares, la oficina de comunicación o el del cardenal Aguiar mismo. Mientras tanto, los párrocos hacen milagros haciendo realidad lo de la multiplicación de los peces y panes al echar mano de sus ahorros -los cuales difícilmente les serán reembolsados por la economía arquidiocesana- u ofertar en FB y redes sociales la venta de objetos piadosos de semana santa como palmitas o cirios pascuales. ¿Hasta dónde aguantarán cuando estamos al umbral de la fase aguda de la pandemia?

Sacerdotes. Incertidumbre.
Sacerdotes. Incertidumbre.

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Apenas el 19 de marzo, ya bajo un estricto cierre de Basílica de Guadalupe, los tres nuevos obispos auxiliares fueron ordenados y ya se decía en este mismo blog que su ministerio nacía bajo el desastre. Su luna de miel se hizo amarga al confinarse en la casa episcopal. La Esperanza de María en la resurrección del Señor es ahora el recinto seguro para prevenir del contagio a los prelados que compiten en la pasarela de Facebook y redes por la homilía que consiga más likes y retuits. Algunos sacerdotes han confesado a este bloguero la decepción manifiesta que ha revelado este tiempo. “En las crisis, me decía uno, se ve a los líderes” y la obligada comunión confinada de los obispos no les ha permitido siquiera mostrar el brillo y talante. Muchos sacerdotes apenas pueden decir completo el nombre de los dos foráneos -el regio Héctor Mario Pérez Villarreal y el misionero Francisco Daniel Rivera Sánchez- y han mostrado una franca decepción por los dos provenientes del clero del arzobispado debido a la falta de cercanía, identidad y para ponerse en los zapatos del clero en crisis. “Del de Tlalnepantla, ni hablar”, dicen… “parece que el coronavirus dio en el blanco cuando su medio es la selfi y la pose en redes”. Lo cierto es que los auxiliares no la tienen fácil y menos cuando se vive a la sombra de un arzobispo cuyo discurso de la sinodalidad equivale a tener cinco auxiliares estatuas de sal o “floreros” con escaso margen de maniobra. Para ellos, lo mejor es guardarse en el Palacio de Cristal y Hierro.

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Parece que el coronavirus ha destapado ciertos temores del amado pastor y le ha favorecido para realizar lo que muchos percibían en su persona. A nadie extraña que a don Carlos le sean especialmente desagradables las multitudes y, generalmente, sus actos públicos los hace de noche, con poca gente y alejado de abrazos y húmedos besos. Aguiar parecería un sociópata, pero la explicación parece ser más profunda. Esta semana santa, el cardenal tendrá el espacio aséptico y agradable, libre de gérmenes y virus que puedan contaminarle. Hace dos semanas, Basílica de Guadalupe fue cerrada a los fieles mientras la atmósfera segura propició el aire limpio a Su Eminencia. El beneficio de la duda pudo haberse dado en ese momento, pero las hipótesis se confirmaron cuando Aguiar Retes ha hecho de Basílica de Guadalupe su capilla privada y de las televisoras, los medios más seguros para difundir su adusta imagen.  Resulta que los oficios de estos días santos serán presididos por él en el recinto mariano y no en catedral al cual se ha negado desde el inicio de ministerio en la Ciudad. Se presume que, para tener de cerca a Susana Distancia, y guardarse tanto del presbiterio como de sus fieles, rechazó la propuesta de la misa crismal en la sede bicentenaria en esta semana santa a sugerencia del mismo cabildo para no diluir este día tan importante de renovación de las promesas sacerdotales. Pero don Carlos no pierde oportunidad alguna para recuperar lo perdido.

A puerta cerrada. Charola virtual.
A puerta cerrada. Charola virtual.

Desde que su misa es transmitida por televisión abierta, se ha ordenado colocar en la pantalla chica las cuentas de Basílica de Guadalupe AR a fin de que los fieles depositen generosos donativos. Esta burdo e indecente recurso quiere mover a los espectadores haciéndoles creer que su dinero va para “ayudar a la Virgencita”, pero la realidad es otra cuando Carlos Aguiar Retes y, detrás de él Eduardo Pisa, han centralizado toda la economía arquidiocesana. Es el último recurso, Ella que no desampara a su Pueblo y menos a quien se ha tomado en serio eso de ser custodio del ayate… y de los dineros del templo.

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Muy activas las redes del arzobispado con esto del confinamiento que se esmeran para ver cómo ascienden sus gráficas en Google como los índices de contagios de coronavirus. Para el arzobispado y sus medios, lo efectivo es ahora el culto medido en likes y vistas que parecen deslumbrar a nuestros jerarcas cuando ahora, un acartonado Carlos Aguiar decide impulsar videos motivacionales encabezando la pasarela de personajes afines a su pastoral sin rumbo ni liderazgo concreto y claro. “Juntos saldremos adelante” dice el videoclip en el cual el espectador pretende ser conmovido por clérigos, laicos y religiosas que sólo atinan a repetir lo que dijo el prelado. El mensaje, para muchos, fue francamente de estupefacción y asombro cuando los medios arquidiocesanos se montan en el sentimentalismo de la imagen y lo hueco de la palabra. Pero, además, el contenido de los medios arquidiocesanos no pasa desapercibido por la crítica aguda de usuarios en redes que ven cómo se asumen como novedosas, las herejías y disparates del ecologismo para abusar de los signos y símbolos inherentes a la acción de los sacramentos.

Don Carlos. Pastoral del like.
Don Carlos. Pastoral del like.

Y este Jueves Santo, alguien propuso a don Carlos Aguiar otra idea típica de la pastoral de las ocurrencias distintiva del arzobispado: la reunión virtual del arzobispo con su clero. Cómo no recordar la semana santa del 2018 cuando el Jueves previo a la misa crismal don Carlos llegó apabullante para hablar del plan económico y de la inminente auditoría a las finanzas arquidiocesanas. Hoy, a dos años, el panorama ha cambiado drásticamente. El arzobispo no ve la bonanza de la tierra que creía manaba leche y miel… y la quiebra se asoma mientras se consumen recursos importantes en medios electrónicos… Por cierto, nadie ha respondido qué pasó con los repartidores del extinto semanario impreso “Desde la fe”. Lo cierto es que la edulcorada publicación ya era un pozo sin fondo que deglutía millonarios recursos. El coronavirus hizo el milagrito. Sin embargo, quienes vivían de esa publicación, los repartidores, fueron las primeras víctimas colaterales de las decisiones del arzobispo y del implacable bicho. Lo virtual no se lleva a la mesa ni se puede comer, aunque obnubile las mentes de los directivos de comunicación del arzobispado. Muy real es la urgencia económica que no se mide por placebos pulgares arriba, miles de vistas o retuits. Esos repartidores vivían de comisiones, suponemos. Ahora ¿de qué? Y “Desde la fe” no costaba cualquier cosa…

Desde este blog, envíamos un abrazo a todos los sacerdotes, presbíteros y obispos, en este día santo en el que Cristo instituyó el don del sacerdocio. A todos, a lo largo y ancho del mundo, la abundancia de bendiciones que provienen del Padre de Nuestro Señor, el sacerdote perfecto. "Christus est fons totius sacerdotti: nan sacerdos legalis erat figura ipsius, sacerdos autem novae legis in persona ipsius operatur". -Santo Tomás de Aquino.  ¡Gracias por su testimonio y entrega de amor!

Jueves Santo. Nuestro Eterno Sacerdote.
Jueves Santo. Nuestro Eterno Sacerdote.

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