Editorial Arquimedios La cuestión del sistema de salud en México ya es "otro elemento de polarización": Arquidiócesis de Guadalajara

La cuestión del sistema de salud en México ya es "otro elemento de polarización": Arquidiócesis de Guadalajara
La cuestión del sistema de salud en México ya es "otro elemento de polarización": Arquidiócesis de Guadalajara

La transición del Seguro Popular al Insabi, Instituto de Salud para el Bienestar, estrategia diseñada por el gobierno federal actual, tiene como propósito  garantizar la gratuidad de los servicios públicos de salud. Esto ha generado una reflexión muy amplia en todos los sectores de la población.

Curen a los enfermos

Jesús confió a sus discípulos la misión de velar por la salud y se puede considerar explícitamente a la evangelización como una  tarea sanadora: “Cuando entren en una ciudad curen a los enfermos que haya en ella y díganles: ‘Ya llega a ustedes el Reino de Dios’” (Lucas 10, 8-9).

Ante esta realidad del mundo de la salud, la Iglesia en México, orienta en el tema de las desigualdades relacionadas con la salud, en materia de servicios, y promueve la construcción de un sistema económico al servicio de la persona en una sociedad más justa e inclusiva; e insiste a través de la pastoral de la salud en activar la asistencia personalizada no solo para el paciente, sino también para su familia.

El tamaño de la conducta corrupta en el sistema de salud en nuestro país es tan profunda, que repercute en la industria farmacéutica y crea desafíos para el acceso a los medicamentos esenciales para todos; incide en la problemática de la bioética y la protección del derecho a la vida de todas las personas; y en especial, en la capacidad de gestión de los hospitales para conciliar la eficiencia y la cercanía con los más necesitados y los más pobres.

Hoy en México, la transición del Seguro Popular al Insabi, Instituto de Salud para el Bienestar, estrategia diseñada por el gobierno federal actual, tiene como propósito  garantizar la gratuidad de los servicios públicos de salud. Esto ha generado una reflexión muy amplia en todos los sectores de la población.

Sin duda, la primera reflexión que surge, es que la transición debió hacerse de una manera cuidadosa y planeada, con todas las reglas de operación en forma, claridad en el esquema de financiamiento y con una campaña previa de comunicación. La transición no es tersa, y es ya otro elemento más de polarización.

En asuntos de servicios de salud la confrontación política debe desecharse. Se necesita trabajar en conjunto para transformar el sistema de salud, para alcanzar los niveles de calidad que se desea, si se suman voluntades, para no afectar a quienes menos recursos tienen. Uno de los desafíos es que la gratuidad médica total no existe en ningún país, por lo que la promesa gubernamental de hacerlo con el Insabi se antoja irreal o sin sustento posible.

Las resistencias e inercias a este cambio son enormes y vienen de varios sectores: de los distribuidores de medicamentos, de políticos, gobernadores, corporaciones sindicales estatales en el ámbito sanitario. Se infiere sin duda, que el tamaño de la reacción es directamente proporcional a los intereses que afecta.

Una atención médica universal y gratuita, requiere de una cuidadosa planeación, estudios detallados y, un periodo de prueba que permita afinar detalles y corregir errores. Una economía solidaria, con rostro humano, debe dar fin al cobro de cuotas de recuperación en los institutos de salud. Propuesta que respaldan organismos caritativos y de organizaciones humanitarias dedicadas a la asistencia médica.

En el mundo de la salud, debemos promover, cuidar, defender y celebrar la vida, haciendo presente la misión liberadora y salvífica de Jesús Cristo, procurando la salud del hombre en todas sus dimensiones.

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