Testimonios de sacerdotes sobrevivientes al SARS CoV-2 Dos milagros que vencieron al covid-19

Dos milagros que vencieron al covid-19
Dos milagros que vencieron al covid-19

*Padre Víctor Torres y Mons. Alberto Reynoso envían saludos agradeciendo a Dios por el milagro de la vida.

*“Gracias a Cristo, Nuestro Señor, estoy con vida”, dice padre Víctor Torres quien evoluciona favorablemente.

*“Estoy recuperado… Volví a nacer”, afirmó el canónigo de Basílica de Guadalupe, Alberto Reynoso.

P. Torres bendición

“Gracias a Él, estoy con vida”

Los milagros suceden y esta vez son dos sacerdotes de la arquidiócesis de México quienes, gracias a las redes sociales, pueden acercarse a sus fieles, amigos y compañeros para dar testimonio y compartir el don de la vida y agradecimiento al Altísimo tras superar la durísima enfermedad del covid-19.

Uno de ellos, el padre Víctor Torres Rivera (Ciudad de México, 1969) A través de la mensajería de whatsapp, envió un emotivo video-mensaje a todos a quienes llamó “queridos hermanos”. Aún con una sonda para proporcionar oxígeno y con las profundas huellas en el semblante debido a la lucha sostenida contra el covid-19, la voz del sacerdote toma fuerzas para mostrar el gran ánimo reflejado en su mirada por el don de la vida y los avances que le han permitido la recuperación de la salud.

El sacerdote agradeció a Nuestro Señor Jesucristo por estar con vida y en casa.Él ha hecho posible que hasta este momento, las hemodiálisis ya no las tenga… me quitaron el catéter a través del cual me las estaban poniendo y ahora me siento un poco más libre del cuello”.

Más adelante, el presbítero ordenado en mayo de 1997, dio cuenta de los logros médicos como comer y tomar medicinas ya por vía oral sin la necesidad de sondas, “eso me alienta, me da fuerzas para seguir luchando en esta recuperación”.

No obstante el optimismo del paciente, señaló igualmente que falta buen tiempo para la recuperación total, misma que se logrará “con ayuda de Dios, por las oraciones, por las misas, por todo lo que ustedes hacen por mi persona, Dios no ha dejado de escucharlo, se ve su presencia en mi persona”, afirmó de manera emotiva.

Torres Rivera reconoció el apoyo material, económico, espiritual, oraciones de todos quienes le han acompañado en esta dura prueba: “Dios permita que, tarde o temprano, podamos, nuevamente juntos, dar gracias a Dios en una Eucaristía… dándole gracias al Señor que es el dador de Vida”.

Igualmente pidió de Dios la bendición para todos solicitando además el favor del Altísimo para preservar de cualquier mal y peligro a cualquier persona, “Deseo para todos ustedes que Dios, Nuestro Señor, y María Santísima, los guarden de todo mal, de todo peligro, de toda enfermedad, que estén, en medio de toda esta problemática que está viviendo nuestro país, nuestra ciudad, de desempleo, hambre, de tantas cosas, que hacen sufrir y, sobre todo, que ha pegado tanto esta enfermedad a hombres que están sufriendo en este momento en sus casas, en los hospitales o en las calles. Que Dios, Nuestro Señor, siempre ponga delante de ellos alguien que les pueda ayudar, alguien que pueda tender su mano”.

Al finalizar, el paciente pidió oraciones por todo el personal médico: “Ahora que estuve tanto tiempo en el hospital, me doy cuenta que ahí también, Dios se hace presente porque el ejercicio de su labor es importantísimo para todos nosotros. Estoy agradecido con todos los del hospital que hicieron posible que ahora me encuentre aquí en mi casa…”

El presbítero concluyó deseando toda clase de bendiciones al personal de la salud y recomendó tajante: “Cuídense mucho… nadie está exento de esto… por amor, cuídense mucho” impartiendo la bendición a todos los que vean su mensaje.

El padre Víctor Torres sufrió el covid-19 desde mediados de septiembre de 2020, fue intubado y tuvo serias complicaciones que pusieron en riesgo su vida. Aunque tuvo algunos momentos de recuperación, esto fue pasajero y tuvo preocupantes recaídas. Fue a finales de octubre cuando se pidieron insistentes oraciones por el presbítero en estado de gravedad por las afectaciones de la enfermedad; sin embargo, el milagro se dio a principios de diciembre cuando se supo que Torres Rivera superó los pronósticos más difíciles para salir del hospital e iniciar una recuperación en casa. Este 10 de febrero cuando, después de todo este camino, envía su mensaje confiando en una recuperación plena.

Mons Reynoso, bendición

“Un verdadero milagro, volver a nacer”.

En noviembre pasado, a través de redes sociales, el canónigo Alberto Reynoso González (Ciudad de México, 1942), envió un breve mensaje en el que calificó su recuperación como un verdadero milagro. Vestido de alba y estola blanca, el presbítero ordenado en junio de 1968 afirmó que su recuperación fue como volver a nacer: “Estoy recuperado, me han dado de alta ya”. Agradeció su recuperación a Dios y a las personas que le rodean, así “como a ustedes que me han ayudado”, finalizando con la bendición.

A mediados de junio, Mons. Reynoso González fue internado por covid-19 que se fue agravando. A finales de es mes, se solicitaban constantes oraciones por la salud del clérigo quien fue intubado.

Fue el domingo 5 de julio cuando se dio el milagro.  “Aplaudan, aplaudan” y el sonido de la campanilla fueron los signos de gozo por el triunfo de un enfermo después de una larga y prolongada lucha contra el coronavirus. El canónigo emérito dejó el Hospital MIG, institución auspiciada por las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, para dar el siguiente paso, la recuperación entre sus familiares.

En un video tomado en la calle de Río Bamba 800, se aprecia el momento en que el personal médico y de ambulancias despedían al paciente aclamándolo mientras se escucha al canónigo, con voz fuerte, agradecer a Dios y al personal por las atenciones.

Hombre querido, de trato amable y simpático, el padre Reynoso nació en abril de 1942. Fue de esa generación sacerdotal que inició muy pronto la formación, desde tierna edad, cuando a los 13 años ingresó al seminario en Temascalcingo. En junio de 1968, el cardenal Miguel Darío Miranda lo incorporó al presbiterio arquidiocesano junto con otros once compañeros en catedral metropolitana.

Reynoso González es un hombre de trabajo parroquial. Sus primeros pasos en el servicio ministerial fueron en Milpa Alta, la colonia Campestre Churubusco, y su estancia más prolongada en la Unidad Habitacional Villa Panamericana, de 1977 al 2001, en donde le tocó levantar el templo de esa comunidad. Ahí, como expresaría el padre Reynoso, dividió su tiempo “entre construir a la comunidad y la construcción material del templo parroquial”.

En 2001, fue nombrado párroco de san Agustín de las Cuevas, Tlalpan, lugar importante por ser la parroquia de diferentes sedes de comunidades religiosas, la Universidad Pontificia de México y el Seminario Conciliar. Su paso todavía es recordado con agradecimiento y cariño por los fieles. En 2004 llegó a la parroquia de santa María Magdalena, en la delegación Magdalena Contreras, de la Ciudad de México, lugar al que comparó con la anterior parroquia de San Agustín y el 20 de mayo de 2006, por disposición del cardenal Norberto Rivera Carrera, se incorporó al cabildo de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, lo que representó para él una nueva faceta en su vida ministerial en donde, como declaró al momento de su llegada, no sólo fue una designación que le cayó de sorpresa, también sería un reto a fin de conocer “la historia y cultura del pueblo mexicano, de tanta gente…” con la aspiración de que la “evangelización llegue a todo mundo, especialmente a América, a México. Que vayamos construyendo el Reino de Dios, la paz, la justicia, el amor, que la misericordia de Dios se derrame a todos nosotros por intercesión de la Santísima Virgen de Guadalupe…”

El padre Víctor Torres y el canónigo Reynoso González escriben ahora un nuevo capítulo, quizá de los más importantes de su existencia, son milagros vivos que vencieron al covid-19.

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