Editorial Arquimedios Los movimientos de ultraderecha

Los movimientos de ultraderecha
Los movimientos de ultraderecha

La ultraderecha no es de origen mexicano, pero encuentra en muchos mexicanos las condiciones mentales adecuadas para prosperar, con un éxito creciente, un tanto similar al que observamos en Europa y en Estados Unidos.

No sabemos con precisión cuántas corrientes ideológicas están confluyendo en el movimiento FRENA, lo cierto es que expresan a un sector social que no se siente representado por el partido que actualmente ostenta el gobierno federal, en parte porque el propio presidente no ha querido ser presidente de todos, y en parte porque serlo pudiera incluir continuar con una serie de inercias que han sido muy costosas para el país, un costo que anteriores partidos y presidentes sí han pagado en aras de la popularidad total.

Entre estas inercias mencionamos tres: acceso abierto para los políticos de las arcas públicas, privilegios y condonación de impuestos para los grandes empresarios, elevados salarios para la alta burocracia, incomprensibles en un país donde más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza.

Es voz común que FRENA se origina en algunos poderosos empresarios del país, que han sabido atraer a grupos diversos pero coincidentes en el rechazo al presidente Andrés Manuel, entre estos a la ultraderecha religiosa.

En opinión de algunos analistas, el sector católico de esa ultraderecha se ha escapado al control de la Iglesia, lo cual no es exacto, ya que la Iglesia nunca ha tenido ese control, particularmente en lo que se refiere a los grupos más integristas identificados desde hace años con el cisma lefevriano.

En FRENA, ultraderechistas católicos y católicos de otros movimientos de corte conservador, han coincidido, sin pedirle permiso a la Iglesia, involucrando sus símbolos en un movimiento que se presume político no religioso.

La presencia de una capilla, de uno que otro sacerdote, de rezos y celebraciones en el Zócalo de la Ciudad de México plantea serias interrogantes, ¿manipula FRENA el sentimiento religioso de la gente en aras de sus proyectos golpistas? ¿Los clérigos que ahí se dejan ver están en comunión con la Iglesia? ¿Están ahí por cuenta propia, sin obedecer a nadie? ¿Son conscientes de las graves implicaciones que eso pueda tener para la comunión eclesial que incluye a pobres y ricos, a gente de derecha y de izquierda?

La ultraderecha no es de origen mexicano, pero encuentra en muchos mexicanos las condiciones mentales adecuadas para prosperar, con un éxito creciente, un tanto similar al que observamos en Europa y en Estados Unidos.

Los ultras de cualquier credo y país se definen por un pensamiento rígido, unilateral, en ocasiones apocalíptico, proclives a la violencia, incapaces de dialogar salvo consigo mismos, terriblemente fundamentalistas, sometidos a su líder, y por lo mismo reacios a cualquier otra autoridad así sea la del Papa, el gran Rabino o el gran Iman, son obcecados, prefieren hablar histéricamente, y por lo mismo no suelen estar en posición de escuchar a los demás, se exaltan fácilmente, son muy provocativos, con ansias martiriales, como si buscaran todo el tiempo aparecer como víctimas de las mejores causas.

Es comprensible que los líderes de FRENA encuentren en estas personas aliados inmejorables, y que busquen manipularse mutuamente, sin advertir la confusión que generan y la manera irresponsable en que involucran lo mismo causas comprensibles, cuestiones personales, intereses económicos, y encima, valores religiosos, traicionando, en el caso cristiano, la esencia misma del Evangelio y la misión de la Iglesia, comprometida en la búsqueda de lo que nos une a todos y no en lo que nos divide y confronta.

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