Invita este 11 de abril a un encuentro ecuménico virtual de oración La pandemia es una “Dioscidencia”: Obispo de Veracruz

La pandemia es una “Dioscidencia”: Obispo de Veracruz
La pandemia es una “Dioscidencia”: Obispo de Veracruz

*Organizaciones civiles han demostrado más iniciativa y responsabilidad en el tiempo de crisis.

*Semana Santa en casa es oportunidad de fortalecer a la Iglesia doméstica.

*Este tiempo es un momento particular de gracia, afirma.

Vivir la semana santa a través de los medios virtuales ha desarrollado una creatividad pastoral que mantiene viva la conmemoración de los hechos que nos dieron redención. Igualmente es oportunidad para un ejercicio de interiorización profunda para resolver situaciones personales y acrecentar la amistad con Dios. Lejos de ser un tiempo de desgracia es de oportunidad y gracia. Mons. Carlos Briseño Arch, obispo de Veracruz, anima a sus fieles a ver este confinamiento como momento especial para iluminar la vida.

El responsable de la Comisión Episcopal para el Diálogo Interreligioso y Comunión de la Conferencia del Episcopado Mexicano adelanta a este blog la realización de una oración ecuménica virtual en víspera de Pascua este sábado 11 de abril. Para el también religioso agustino recoleto, el ecumenismo hace realidad el deseo de todos ser uno en la oración y en la misma fe, la de Jesucristo resucitado.

Gracias Mons. Briseño por aceptar esta entrevista. En primer término, ¿Cómo está viviendo el obispo de Veracruz esta pandemia?

-En principio, como todos, tratando de estar en casa y motivando a todos los sacerdotes para que las iglesias permanezcan cerradas, pero esto no quiere decir que la Iglesia se cierre sino en comunicación constante con los fieles, ese es el propósito, además de estar al pendiente de las necesidades de la comunidad sobre todo de los más desprotegidos. Así hemos estado trabajando durante tres semanas, ha sido todo un proceso. Al principio la gente se resistió, mucha negación, en relación con la gravedad de la situación; sin embargo, hemos estado caminando.

Los sacerdotes, ¿aceptaron las disposiciones del cierre de iglesias, no hubo resistencias?

-Al principio sí, hubo algunos que se resistieron. Estoy en seguimiento a través de la aplicación zoom con todos los sacerdotes y la misma gente me va comunicando si hay alguien celebrando con puertas abiertas al público. Si algún sacerdote está contraviniendo las disposiciones, hablo con él. No puedo controlar al cien por ciento todo, pero las cosas afortunadamente van marchando bien.

En cuanto a las relaciones con las autoridades de Veracruz, ¿Cómo ha sido la comunicación?

-Percibo que, en esta pandemia, la sociedad civil ha tenido más intervención y responsabilidad. El Estado ha hecho su trabajo, pero no han obligado a nada, la gente decide por sí misma. Creo que las organizaciones hemos tomado más la batuta. La diócesis abarca 22 municipios de Veracruz, y creo que algunos presidentes municipales han asumido las cosas.

Un aspecto muy difícil que ya se percibe en otras diócesis es el económico. ¿Cómo lo va afrontando?

-Creo que aún no se nota puesto que la gente ha recibido sus sueldos; esto no quiere decir que lo difícil esté más adelante por venir. El problema más fuerte actualmente es el de la concientización y vendrá posteriormente el tema económico. Debemos prepararnos para eso que todavía no llega.

¿Tiene entonces algún proyecto de plan para afrontar las necesidades económicas de la diócesis?

-Estamos en este proceso de discernimiento. No puedo aún decir cuál es el plan, la situación va cambiando muy rápido, prácticamente de una semana a otra la realidad es distinta; sin embargo, estamos preparando algunos elementos que podrían ayudar cuando así se requiera.

La pandemia impactó la vida espiritual de muchas personas. Vivir la semana santa en el confinamiento trae también consecuencias para muchos creyentes. ¿Qué implica esto?

-Lo que estamos viviendo nos está ayudando a vivir de manera más intensa los días de semana santa. Para comenzar, estamos hablando siempre de que existe una desintegración de nuestras familias. Veo esto como la oportunidad para que las familias se integren en sí mismas, se fortalezcan y vivan la fe porque esta una de una manera muy fuerte al ser humano. Este es el momento de oportunidad para hacer a la Iglesia doméstica cuya base es la familia donde se vive la comunidad. Ahora, con os medios, se puede aprovechar esta magnífica oportunidad. Como pastor, estoy comunicación con las diversas áreas de pastoral de mi diócesis a través de estos medios y los sacerdotes hacen lo mismo con los fieles. Estamos viviendo una transformación de paradigmas al pasar de los “fieles-masa” a una relación más personalizada. Parecería increíble. Se pensaría que esto nos separaría, pero, al contrario, nos une más. Es oportunidad para crecer.

Cuando volvamos a la normalidad, algunos sugieren que, debido a los recursos usados, la Iglesia perderá influencia y será difícil que la gente vuelva a los templos. ¿Cree que esto sea realidad?

-Al contrario. La gente siente esta parte religiosa y lo vive con mayor profundidad. Vivir la semana santa en estas circunstancias es, incluso para obispos y sacerdotes, una forma de vivirla con mayor intensidad. Esteramos centrados en nosotros mismos y menos hacia afuera. Para mí, la pandemia es como una “Dioscidencia”, Dios nos está hablando. Hay que verlo como una oportunidad y, desde luego, cada uno preguntarse a sí mismo qué es lo que Dios nos pide, qué debemos cambiar o mejorar. Creo que es todo lo contrario a lo que a veces se piensa en sentido negativo.

Pasando a otro tema, habrá un encuentro ecuménico online este 11 de abril convocado por diversas denominaciones y organizaciones cristianas. Usted como responsable de los obispos del diálogo interreligioso y comunión, está involucrado en la organización del evento. ¿En qué consiste?

-Es un llamado a que “todos seamos uno en la oración”, no sólo en la ayuda material o los aspectos sociales de solidaridad. También en la oración. Todos estamos orando por lo mismo y jalando la carreta hacia adelante. Pediremos a Dios que a todos nos ilumine y aprovechemos estos momentos para renovarnos. Veo en esto la imagen del diluvio, cuando tratamos de que Dios toque nuestro corazón, las cosas sucederán mejor. La oración es la debilidad de Dios y la fuerza del hombre.

Finalmente, ¿cuál sería el mensaje del obispo de Veracruz en este tiempo?

-Que este tiempo de “Quédate en casa” sea oportunidad para entrar en nosotros mismos. Soy agustino recoleto. La espiritualidad de san Agustín dice que hay que entrar en sí mismos para encontrar a Dios e iluminar la vida. El mensaje es de espiritualidad, de interioridad. Cuando quiera orar, entra en tu habitación en lo secreto y tu Padre que está en lo secreto, te escuchará. Aprovechemos este momento, no como de desgracia sino de particular gracia.

Oración ecuménica 11 de abril.

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