En misa, arzobispo Aguiar Retes celebra sin uso de cubrebocas En punto crítico de pandemia, Provincia eclesiástica de México inicia gradual apertura de templos

En punto crítico de pandemia, Provincia eclesiástica de México inicia gradual apertura de templos
En punto crítico de pandemia, Provincia eclesiástica de México inicia gradual apertura de templos

Arquidiócesis de México abre Basílica de Guadalupe en celebraciones híbridas

Arzobispo Aguiar Retes preside misa aislado en el recinto mariano; en catedral metropolitana, auxiliares celebran con asistencia del pueblo

Diócesis sufragáneas advierten de los riesgos potenciales de contagios. Estrictas medidas deben ser observarse en la celebración de sacramentos. Obispos llaman a usar cubrebocas en templos

Desde este domingo 26 de julio, quienes busquen una misa en la arquidiócesis de México ya lo pueden lograr en medio de la pandemia y bajo las restricciones impuestas por las autoridades capitalinas del semáforo naranja. La semana pasada, ante la fallida previsión de apertura anunciada por el arzobispo Aguiar para el 13 de julio, iniciaron una serie de visitas de verificación donde autoridades capitalinas e instancias de la burocracia curial del arzobispo Aguiar Retes recorrieron edificios religiosos de las vicarías territoriales, catedral metropolitana y Basílica de Guadalupe. A fin de palomear la correspondiente sanitización, higiene y medidas preventivas para recibir a fieles, los representantes de los inmuebles y responsables de protección civil se allanaron a las indicaciones de las autoridades delegacionales y del gobierno de la Ciudad para la apertura, aplazada la semana pasada, y que ocurrió este domingo, cuando en la Ciudad de México los contagios van a la alza y las hospitalizaciones tuvieron un incremento según dio a conocer la Jefa de Gobierno en una conferencia de prensa el viernes pasado.

Las restricciones de asistencia a los lugares de culto en la arquidiócesis de México ocurrieron en marzo cuando se ordenó la suspensión de las misas dominicales masivas; sin embargo, no se determinó el cierre total al conceder que las diversas parroquias pudieran permanecer abiertas a la oración de los fieles observando las medidas recomendadas por las autoridades.

El caso paradigmático es el de Basílica de Guadalupe. Después de haber enfrentado una crisis por la muerte de un capellán de coro y la infección del canónigo Alberto Reynoso, el mayor recinto religioso del país no pudo esperar más y fue el conejillo de indias que experimentó ensayos de celebraciones abiertas a fieles la semana pasada.

Desde el lunes 20 de julio, contrariando las disposiciones oficiales, se procedió a una discreta y velada apertura “ad experimentum” para recibir visitantes para atender las misas en altar mayor, con excepción de la de cabildo. La batería de horarios fue drásticamente reducida y tener hasta 6 celebraciones entre semana y 8 en domingos.

Misa matutina. Al exterior.
Misa matutina. Al exterior.

Así desde el 26 de julio, cientos de fieles acataron las normas de seguridad e higiene con filtros sanitarios, toma de temperatura e higiene en una práctica híbrida de asistencia al interior del recinto y el uso de la capilla externa. A las 10 hrs, los fieles vieron restringido el acceso al interior del recinto para atender la celebración al exterior mientras se daban los procedimientos de higiene para la misa del medio día del arzobispo Aguiar Retes.

Arzobispo. Sin cubreboca.
Arzobispo. Sin cubreboca.

En punto de las 12 hrs, cientos de fieles se agolpaban fuera del recinto mientras que un altavoz indicaba que la próxima celebración se haría hasta las 13 hrs. Adentro, bajo las aséptica seguridad de las cámaras de televisión, el arzobispo Carlos Aguiar pedía por las víctimas de la pandemia y, en contraste con otras celebraciones, esa hora Basílica permaneció aislada del exterior sin fieles; a diferencia de otros arzobispos y obispos del país a quienes se les ha visto usando cubrebocas en las celebraciones, el arzobispo Aguiar prescindió de este recurso además de la presencia del pueblo en Basílica, contradicciones que no fueron reportadas por los medios arquidiocesanos. En contraste, la apertura con restricciones sucedió en catedral metropolitana donde los auxiliares y cabildo presidieron ante una discreta concurrencia de fieles. En todo momento, los concelebrantes portaron el cubrebocas que es la medida recomendada por las autoridades para evitar los contagios.

Catedral. Auxiliares sin arzobispo.
Catedral. Auxiliares sin arzobispo.

¿Y las diócesis sufragáneas?

Pero la apertura no fue la misma en Ciudad de México. A través de un decreto, Mons. Andrés Vargas Peña, obispo de Xochimilco, advertía a esa parte de la Iglesia del sur de la Ciudad que el “peligro ha pasado y que los lugares públicos, como son los templos, son potencialmente riesgosos”.

El decreto de reapertura dio estrictos señalamientos para evitar cualquier forma de aglomeración recomendando las celebraciones al aire libre y haciendo hincapié en los riesgos por ser temporada “de lluvias e intenso calor”. Se advertía de los barrios y colonias de alto riesgo en las alcaldías de Tláhuac y Xochimilco en donde está prohibida la asistencia a 10 parroquias y rectorías.Si en el transcurso de los días subsiguientes… la autoridad señala otras colonias o pueblos de la diócesis con el color rojo del semáforo, deberán cerrar de nuevo y sujetarse a las más estrictas normas que para ello se establezcan” dice el decreto del obispo Vargas Peña.

En la diócesis de Azcapotzalco, el obispo Adolfo Miguel Castaño Contreras sostuvo reuniones con las autoridades sanitarias de la Ciudad de México. La diócesis emitió unos protocolos de reapertura de templos para parroquias, rectorías y capillas para las alcaldías de Azcapotzalco y Gustavo A. Madero. El inicio de actividades se dejó a discreción de los párrocos y responsables. El pasado 27 de junio, un decreto de esa Iglesia había determinado la fecha del 13 de julio para el inicio de actividades como un punto de referencia; sin embargo, la “reapertura dependerá de cada situación específica conforma a la realidad propia con base siempre a la prudencia pastoral y en la observancia estricta de los protocolos que hemos emitido…”

En la diócesis de Iztapalapa, alcaldía en cuarto lugar nacional con más casos activos, el obispo Jesús Antonio Lerma Nolasco emitió en junio pasado las Estrategias de Prevención en el retorno parroquial. A manera de protocolos, se dieron las indicaciones de higiene y prevención mismos que deberían ejecutarse en la reapertura del 26 de julio. En un videomensaje difundido el 25 de julio, el obispo animó a fieles y sacerdotes a atender responsablemente las celebraciones en la debida preparación de los templos con las medidas y señalamientos adecuados; sin embargo, Lerma Nolasco advirtió que hay “personas prepotentes” que no usan cubrebocas negando la realidad de la enfermedad y de virus que azota particularmente a esa entidad del oriente de la Ciudad de México.

Al 26 de julio, hay 390 mil 516 casos acumulados de covid-19 en todo el país. Ciudad de México es la entidad del país considerada “epicentro” de la pandemia al sumar 68 mil 903 contagios acumulados según el reporte dado por las autoridades el sábado 25 de julio.

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