¿Hay otros males peores al coronavirus? La pandemia que ha provocado millones de muertos

La pandemia que ha provocado millones de muertos
La pandemia que ha provocado millones de muertos

Utilizar la actual pandemia como justificación para presionar a los gobiernos a cambiar sus leyes es una afrenta a la autonomía de cada sociedad para determinar sus propias políticas nacionales de atención médica

Gobiernos de todo el mundo no han tenido reparo en parar la economía mundial, la convivencia social, acotar al más puro estilo dictatorial, libertades fundamentales, entre ellas, el libre tránsito y la libertad religiosa con el argumento de salvar vidas del contagio de la pandemia del coronavirus. Y la mayor parte de la población ha estado de acuerdo porque se trata de algo tan fundamental como salvar vidas, aunque este tipo de medidas ha desatado toda una serie de polémicas y discusiones entre especialistas médicos que no han podido llegar a un consenso sobre la conveniencia o no de este tipo de estrategias.

Sin embargo, veamos los números: al 23 de mayo del presente año han muerto por Covid, 341 mil personas, mientras que, del primero de enero al 13 de mayo, por aborto, murieron más de 15 millones de niños; por hambre, más de 4 millones; por cáncer, más de 3; por fumar, más de 1,800 mil; por alcohol, más de 900 mil; por sida, más de 600 mil; por accidentes de tráfico, 500 mil; 400 mil, por suicido; y más de 350 mil por malaria. Pese al abismo entre el número de muertes por aborto y coronavirus, a ningún país se le ha ocurrido pedir que paren el mundo, por el contrario, se le promueve como si la vida humana en gestación fuera peor que el coronavirus.
La Organización de las Naciones Unidas, de forma absolutamente inmoral ha querido aprovechar el estado de alarma y parálisis mundial para implementar sus criminales políticas abortistas. John Barsa, director de la agencia norteamericana, en su carta al Director de la ONU le reclama que haya colocado cínicamente la provisión de ‘servicios de salud sexual y reproductiva’ en el mismo nivel de importancia que la inseguridad alimentaria, la atención sanitaria esencial, la malnutrición, la vivienda y la higiene; y le exige con toda razón que elimine las referencias a la salud sexual y reproductiva de las políticas sobre el Covid19 y deje de lado la realización de abortos como un componente esencial de las prioridades de la ONU para responder a la pandemia”.
La ONU —continúa—, no debería utilizar esta crisis como una oportunidad para avanzar en el acceso al aborto como un servicio esencial, más bien tendría que centrarse en intervenciones para salvar vidas y en las necesidades más urgentes. También criticó el envío masivo de abortivos químicos. Y no sólo eso sino que acusó a la perversa ONU de injerencia ideológica al intimidar y coaccionar a los Estados Miembros que están comprometidos con el derecho a la vida. Utilizar la actual pandemia como justificación para presionar a los gobiernos a cambiar sus leyes es una afrenta a la autonomía de cada sociedad para determinar sus propias políticas nacionales de atención médica, concluyó acertadamente en su carta que es una verdadera y valiente denuncia.
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