Cumple más de seis meses en prisión. Francisco Javier Bautista Ávalos, el carismático sacerdote recluido por el caso del joven Leonardo Avendaño, asesinado en circunstancias sospechosas y de las cuales no se han dado mayores elementos para deslindar las responsabilidades, aun espera para saber el veredicto del juez. Como se recordará, el caso conmovió al arzobispado de México. Sobre el religioso recayeron las mayores sospechas de haber cometido el homicidio del joven. En septiembre, la fiscalía solicitó la ampliación del término para la audiencia donde se definiría su libertad por falta de pruebas o seguir adelante con el juicio hasta tener la certeza de su presunta culpabilidad. Tres meses después, se cierra la etapa para la reunión de pruebas; sin embargo, no se determina aún si el religioso recuperará su libertad. Para algunos, Francisco Javier Bautista es un hombre acusado injustamente.

Como publicó la Agencia Católica de Noticias ACN, los fieles de su comunidad escribieron una emotiva carta. En ella, destacan las cualidades del sacerdote y, de acuerdo con información de personas cercanas al padre Bautista, en el reclusorio está realizando trabajo de evangelización entre los interno. Los defensores habían confirmado que el día 24 de diciembre sólo era el cierre del proceso de investigación y que la audiencia era probable que sucediera en otro momento.

Enseguida, la carta que fieles dirigieron al padre Francisco Javier Bautista: 

¡Feliz Navidad, Padre Francisco Javier!

En un momento cambió todo. Perdimos a nuestro guía, a nuestro maestro, a quien nos mostraba el rostro de Jesús a cada momento.

Te perdimos y perdimos tu sonrisa, tu servicio, tus ganas de construir un hermoso templo, perdimos tu gran amor. Pero mientras nosotros te perdemos y te disfrutamos durante 24 años de tu ministerio, hoy otros te han ganado y te disfrutan.

Hoy, has cambiado la vida de muchas personas en el lugar en que te encuentras, sigues guiando vidas hacia Dios, sigues llevando conversión a los corazones, corazones que ni siquiera conocían de la Verdad. Esta Navidad no estarás entre nosotros, estarás con quien te necesita, estarás con quien Dios quiere que estés porque también ellos tienen derecho de vivir una Navidad diferente, tienen derecho de recibir a Jesús, pues Él vino para todos y hoy, tú, les harás vivir una Navidad diferente, especial y única.

Hoy Jesús visita a los presos, a través de ti… hoy Jesús comparte una Navidad con los ignorados y abandonados… hoy Dios se ha valido de la incompetencia e injusticia de las autoridades para demostrar amor y misericordia… hoy Jesús se vuelve a entregar a todos por medio de ti. Te amamos, padre, eso no cambia ni cambiará.

Lleva tus ganas y alegría a cualquier lugar donde te encuentres, mantén dócil tu corazón a lo que el Espíritu Santo quiera hacer de ti, que las ganas de seguir cumpliendo su voluntad nunca te falten; aquí te estaremos extrañando, sí, pero queremos hacerlo sin rencores ni reclamos, ni a Dios ni a nadie, porque solo Él sabe cuánto bien has traído a este mundo y cuánto bien sigues haciendo.

¡Feliz Navidad, Padre Francisco Javier! Que el Niño Jesús nazca contigo en la aventura que estás viviendo y te siga llenando de amor para las que están por venir.

El abrazo más grande que tenemos guardado, llegue hasta ti en esta Nochebuena, que el calor de aquel portal en Belén inunde tu ser y se desborde de la copa de tu corazón.

¡Gracias a Dios por haberte conocido!