“Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva” (LS 32).

El pasado 13 de febrero el Gobierno de México publicó un decreto presidencial que prohíbe que el maíz transgénico se use para el consumo humano y solo se destine para forraje para animales y fines industriales, además de que también suspende el uso del glifosato.

Por lo que las Dimensiones Episcopales de Cuidado Integral de la Creación, de Pueblos Originarios y Afromexicanos, así como la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (REMAM) en México, se pronunciaron al respecto, aseguraron que como católicos no pueden permanecer indiferentes ante las discusiones a nivel nacional que nos plantean la posibilidad de mejorar nuestra relación con la tierra y con la forma en que se producen los alimentos.