Fue ya uno de los empeños del papa Francisco, y a ello encomendó al cardenal arzobispo de Bolonia Matteo Zuppi. Ahora, Ucrania, a través de su presidente, Volodimir Zelensky, ha pedido formalmente al Vaticano que se convierta en mediador en las negociaciones que se mantienen para lograr el retorno de miles de niños ucranianos trasladados a territorio ruso tras la invasión de Ucrania

El Papa acudió esta mañana al Aula Pablo VI para saludar al grupo que participa en el proyecto "Estate Ragazzi", al que se han unido jóvenes procedentes del país en guerra y acogidos por la Cáritas italiana

Con ellos conversó sobre los temas de su infancia, la participación en la misa, la diversidad y la acogida y el tema de la guerra, con la invitación del Pontífice a ser desde ahora constructores de paz y amistad y a no promover el odio y la envidia.

"El contacto directo entre las partes, especialmente con la presencia de los dos nuncios apostólicos, es útil para facilitar el diálogo"

"La Santa Sede también ha transmitido miles de nombres de prisioneros, pidiendo su intercambio y liberación"

"Se prestó especial atención a la cuestión del retorno de los niños ucranianos deportados a la fuerza de nuestro país", ha explicado Yermak, mano derecha del jefe de Estado ucraniano Vodolomir Zelenski

Yermak ha señalado que defendió ante el Papa el citado plan de paz que también incluye cuestiones como que Rusia retire todas sus tropas y reafirme la integridad territorial de Ucrania. Esta llamada 'Fórmula de Paz' de Zelenski, también se le planteó al Pontífice durante su visita al Vaticano en mayo del año pasado

"Sería bonito poner a los jóvenes ucranianos y rusos en el mismo encuentro, pero lo que escucho aquí es que todavía es pronto para que eso suceda. Es muy bonito y poético sentar a la mesa al agredido y al agresor, al asesino y la familia del asesinado, pero lleva tiempo. El dolor no prescribe y el dolor no cura y tenemos que abrirnos camino"

"Es muy difícil para nosotros convertir estos corazones que ven morir a sus padres, hogares y sueños destruidos, es muy difícil convertirlos a la esperanza, pero la fe es su fuerza"

"El pensamiento es para los niños. Todos los niños, los ucranianos deportados a Rusia por cuyo regreso a casa trabaja activamente la Santa Sede; los que pierden la vida en las dramáticas travesías en barcazas por el Mediterráneo, para los que la Santa Sede pide un compromiso "compartido" de la comunidad internacional"

"La Santa Sede está muy activamente comprometida en este punto para asegurar el regreso de los niños a sus familias, a sus padres y a la tierra de la que proceden"