Alguna vez hemos oído decir que en las elecciones de Estados Unidos debería de votar todo el mundo, ya que las consecuencias de las decisiones de su presidente, para bien o para mal, nos afectan a todos los habitantes del planeta
Una de las primeras firmas, a bombo y platillo y con acusaciones incluidas, del presidente Trump ha sido la supresión del organismo USAID. La organización más importante de cooperación internacional. Esto de entrada significará la muerte de millones de personas que dejarán de percibir las ayudas necesarias para sobrevivir.
Por otro lado, miles de inmigrantes, a los que les costó mucho dinero entrar en los Estados Unidos, y que sobrevivían con trabajos que los americanos no quieren hacer, también han visto sus vidas truncadas, sea viviendo con el miedo de ser expulsados o detenidos para ser enviados de vuelta a sus países o a Guantanamo.
Espermos que las Iglesias, como la famosa obispa, reaccionen ante estas políticas, ya que sino serán cómplices de esta barbarie humana
La Humanidad con este hombre ha retrocedido a la época feudal, en la que el Señor era el dueño de vidas y haciendas. ¿Cómo se puede decidir sobre la vida de dos millones de personas de una manera tan burda y grotesca? Se tienen que marchar los palestinos, a las buenas o a las malas, y dejar libre ese espacio para que el Señor Trump construya una especie de Las Vegas