La controversia con el sacerdote de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, Salvador Valls, que lleva menos de un año en este destino, surgió a partir del cambio, en 2022, de la fecha desde el lunes 26 de agosto (al final de las festividades) al referido jueves 22. Ese traslado se debió al propósito de ampliar las jornadas festivas

"Hemos de recordar que las fiestas patronales son civiles y religiosas" y que, ha proseguido Valls, "las autoridades máximas son la alcaldesa (la socialista Isabel López), por la parte civil, y el párroco, por la parte religiosa". "No me niego a hacer la procesión pero en su día original y en su lugar. Fuera de eso, no habrá procesión"