Canonización en Roma Juan Bautista Scalabrini: apóstol de los migrantes

Juan Bautista Scalabrini: apóstol de los migrantes
Juan Bautista Scalabrini: apóstol de los migrantes

Hoy 9 de octubre, será canonizado en Roma al beato, Juan Bautista Scalabrini, obispo de Piacenza, considerado uno de los padres de los migrantes.

Como pastor lo distinguió su atención misericordiosa hacia los más vulnerables, con una especial mirada hacia los flujos migratorios italianos de finales del siglo XIX.

La Familia Scalabriniana está formada por los tres Institutos de Vida Consagrada, fundados por Scalabrini (Misioneros de San Carlos y Hermanas Misioneras de San Carlos) o que se inspiran en él (Misioneras Seculares Scalabrinianas).

Desde mi perspectiva y la vida compartida, yo destacaría tres elementos vitales para la Iglesia de hoy desde la mirada de Juan Bautista Scalabrini y su familia: servicio, pastoral y formación. 

Hoy 9 de octubre, será canonizado en Roma al beato, Juan Bautista Scalabrini, obispo de Piacenza, considerado uno de los padres de los migrantes. Su mirada hacia la comunidad migrante de alguna manera fue precursora de la actual Sección para los migrantes y refugiados, que es parte del Dicasterio para la Promoción del desarrollo humano integral en el Vaticano. Junto a Juan Bautista, María de la Concepción Barrecheguren y García una laica beata española, y siete nuevos venerables.

Muchos amigos y amigas de la familia scalabriniana se congregan hoy en Roma para la canonización de Juan Bautista Scalabrini. Una familia cuyo carisma es el acompañamiento de las comunidades migrantes, con una especial mirada hacia el trabajo pastoral, una estela que siguen de su fundador conocido como “apóstol del catecismo”.  

Quién fue Juan Bautista Scalabrini

Juan Bautista nació y fue bautizado el 8 de julio de 1839 en Fino Mornasco (Como, Italia). Fue el tercero de ocho hijos de una familia muy religiosa, de clase media. Estudió en el instituto «Volta de Como». Ingresó en el seminario diocesano, donde realizó sus estudios de filosofía y teología. Recibió la ordenación sacerdotal el 30 de mayo de 1863. Durante sus primeros años de sacerdocio fue profesor y luego rector del seminario de San Abundio en Como; en 1870 fue nombrado párroco de San Bartolomé.

El 30 de enero de 1876 es nombrado obispo de Piacenza por el Papa Pío IX. Desarrolló una actividad pastoral y social muy amplia: visitó cinco veces las 365 parroquias de la diócesis, a la mitad de las cuales sólo se podía llegar a caballo o a pie; celebró tres sínodos, uno de ellos dedicado al culto eucarístico, difundiendo entre todos los fieles la comunión frecuente y la adoración perpetua; reorganizó los seminarios y reformó los estudios eclesiásticos, anticipando la reforma tomista de León XIII; consagró doscientas iglesias; fue incansable en la administración de los sacramentos y en la predicación; impulsó al pueblo a profesar un amor activo a la Iglesia y al Papa, fomentando la verdad, la unidad y la caridad.

Biografía de San Juan Bautista Scalabrini • Pastoral de Movilidad Humana

Como pastor lo distinguió su atención misericordiosa que le hizo despojarse de todo para ayudar a los enfermos, a las familias pobres y acompañar a los prisioneros en las cárceles. Su celo apostólico y de formación cristiana le hizo impulsa de forma coordinada un buen número de parroquias, llegando a organizar y presidir el primer Congreso catequístico nacional de 1889; fundando el primer periódico catequístico italiano: “il Catechista Cattolico”.

Falleció el 1 de junio de 1905, fiesta de la Ascensión del Señor. Sus últimas palabras fueron: «¡Señor, estoy listo. Vamos!».

El apóstol de los migrantes

"Para el migrante, su patria es la tierra que le da el pan" (J.B. Scalabrini)

Pero quizás por lo que pasará a la historia Juan Bautista fue por su precursora mirada hacia los flujos migratorios de finales del siglo XIX. Ante el desarrollo dramático de la emigración italiana, que se convirtió en fenómeno de masas, desde el comienzo de su episcopado se hizo apóstol de millones de italianos, que vivían en otros países, a menudo en condiciones de semi-esclavitud, y corrían el peligro de abandonar su fe o la práctica religiosa.

El 28 de noviembre de 1887, fundó la congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), aprobada por León XIII, para proporcionar asistencia religiosa, moral, social y legal a los emigrantes. En la actualidad son unos 650 religiosos repartidos por 33 países. Su acción pastoral y misionera se desarrolla sobre todo en parroquias, casas del migrante y también en centros de Apostolado del Mar. Tienen escuelas e importantes centros de investigación sobre el tema de la emigración. A lo largo de su historia pasaron de una atención especial a los migrantes italianos en el exterior, a una mirada más universal de la realidad migratoria. 

Juan Bautista también fundó, el 25 de octubre de 1895, la congregación de Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo (Scalabrinianas), para ayudar a los niños, a los huérfanos y a los enfermos migrantes. Las hermanas trabajan en 25 países del mundo, con 110 misiones. Son sobre todo escuelas, hospitales, centros de asistencia psicosocial, centros de salud en casas de acogida y promoción de los migrantes y refugiados.

De sus enseñanzas nacieron en 1961 las Misioneras Seglares Scalabrinianas. El instituto empezó en Suiza, con la misión de crear una escuela para los hijos de los emigrantes italianos. Las misioneras seculares están presentes en Suiza, Alemania, Italia, Brasil, México y Vietnam, con una atención especial hacia los migrantes, pero también en la sensibilización y formación de los jóvenes.

Incontro annuale dei tre istituti della famiglia scalabriniana (Villabassa, Bolzano 31 agosto - 1 settembre 2019)

Su legado: Tres llamadas

Como sabéis llevo muchos años caminando con comunidades migrantes y refugiadas, así como investigando sobre estos fenómenos. En todos estos años me he encontrado muchos compañeros y compañeras de camino de la familia scalabriniana. Muchos de ellos han llegado a ser buenos colegas, colaboradores y amigos.

Mucho de lo que sé sobre Juan Bautista Scalabrini y su legado está atravesado por historias concretas, por ratos de paseos, de mesas redondas y caravanas, de reuniones conjuntas, de artículos de investigación y publicaciones, de celebrar la eucaristía, de compartir la mesa o de caminar de la mano. Tuve la gran suerte de tener como compañero de comunidad un año entero a un religioso scalabriniano, Livio, del que aprendí muchas cosas sobre la familia scalabriniana y con el que compartimos una mirada común hacia la realidad migratoria actual.

En diversas partes del mundo he compartido con amigos y amigas de la familia scalabriana, en casas de acogida y albergues para migrantes, centros de formación y de investigación, escuelas de pastoral para migrantes y mucho más.

Desde mi perspectiva y la vida compartida, yo destacaría tres elementos vitales para la Iglesia de hoy desde la mirada de Juan Bautista Scalabrini y su familia.

Por una parte, el celo apostólico y el gran trabajo en la Pastoral con Migrantes. En distintos rincones del mundo son los precursores en las parroquias y diócesis, y de alguna manera la mirada y el modo de la sección de Migrantes y Refugiados del Vaticano, tienen a Juan Bautista como uno de sus precursores. 

De hecho, su inspiración sugirió a San Pío X la creación de un organismo en la Santa Sede para la atención de todos los emigrantes del mundo. Sugerencia que el Santo Pontífice puso en marcha con la creación de la oficina especial para la emigración, precursora de la actual Sección para los migrantes y refugiados que es parte del Dicasterio Vaticano para la Promoción del desarrollo humano integral.

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Dentro del marco pastoral, el carisma de Juan Bautista, de cercanía a los pobres y desvalidos, en especial a las personas migrantes, ha dejado un abundante legado de Casas de Acogida para Migrantes en distintos rincones del mundo. Albergues de las principales rutas migratorias mundiales, que le hacen recorrer los flujos centroamericanos hacia Estados Unidos o de flujos subsaharianos a Europa, entre otras. Una acogida que tiene una dimensión espiritual y pastoral, en la que maman del legado de Scalabrini.

Por último, y no menos importante, sus Centros de investigación y formación, así como sus revistas especializadas en el campo de las migraciones. Algunos de estos centros se encuentran en ciudades como  Nueva York, París, Roma, Ciudad del Cabo, São Paulo, Buenos Aires o Manila; y con prestigiosas revistas especializadas: International Migration Review (IMR), Journal on Migration and Human Security (JMHS), Studi Emigrazione, Asian and Pacific Migration Journal (APMJ), African Human Mobility Review (AHMR), Migrations Société, Estudios Migratorios Latinoamericanos, o Travessia: revista do migrante.

Damos gracias con toda la familia scalabriniana y toda la Iglesia por Juan Bautista Scalabrini y por todo su legado en la atención pastoral y caritativa con los colectivos más vulnerables, especialmente con las comunidades migrantes. 

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