¿Podremos vivir juntos? Entre Tanxugueiras, Rigoberta y diversidad

Entre Tanxugueiras, Rigoberta y diversidad
Entre Tanxugueiras, Rigoberta y diversidad

Las personas configuramos nuestra vida y nuestra identidad personal en el contacto con lo diverso.

Tanxugueiras, pone en valor con gran fuerza el papel de las mujeres que no sabían leer ni escribir, pero que ayudaron a crear la cultura tradicional gallega.

Por su parte, Rigoberta Bandini nos aporta su canto al feminismo. Su canción “Ay, Mamá” nos habla de la maternidad y la importancia de normalizar nuestra vida y nuestros cuerpos.

Esta semana presentábamos en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones una guía intercultural "Caminos de convivencia", que trata de definir y promover, una agenda intercultural de integración local que sintetice los retos actuales y contribuya al diseño y desarrollo de las políticas públicas y los programas de intervención en los próximos años.

Las respuestas fáciles y políticamente correctas, generalmente dejan a gente fuera del foco, y genera mecanismos de exclusión que asocian al diferente, al pobre, al extranjero, al que es distinto a mí, como el marginal.

La guía “Caminos de convivencia”, lo que constata es que hay, aunque no salgan en los titulares de los periódicos, muchas pandereteiras, muchas madres que amamantan a la humanidad, mucha gente anónima que descubrieron en el encuentro, en la integración, en la construcción de puentes y de vínculos, en el amor, un camino sólido para la convivencia social, para la gestión de la diversidad y para el desarrollo de la humanidad.

¡Vivan las tanxugueiras y rigobertas!

Las personas configuramos nuestra vida y nuestra identidad personal en el contacto con lo diverso. De hecho, una de las grandes riquezas que vivimos en nuestro mundo es la diversidad. Una gran variedad de culturas, de acentos, de religiones, de alimentos, de interpretaciones de la realidad, etc. Una diversidad que a su vez plantea un reto a la convivencia, a la creación de identidad y a la construcción de una ciudadanía plural y abierta.

Esta semana presentábamos en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones una guía intercultural "Caminos de Convivencia", que trata de definir y promover, una agenda intercultural de integración local que sintetiza los retos actuales y las principales líneas de trabajo e intervención en este campo. Pretende ser una herramienta útil que contribuya al diseño y desarrollo de las políticas públicas y los programas de intervención en los próximos años. Desde el reconocimiento de la realidad de la diversidad existente en nuestra sociedad, y de su valor, pretende contribuir a poner en marcha políticas de cohesión y movilidad social, y caminos de contacto y encuentro intercultural que favorezcan la hibridación, la convivencia y la construcción de comunidades amplias, diversas e integradas.

En esta guía, elaborada por investigadores del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontifica Comillas, y promocionada por el OBERAXE de la Secretaría de Estado de Migraciones, y en la que han colaborado el SJM España y UNIJES, se constata que la diversidad que vivimos en nuestra sociedad española es importante que la experimentemos como una riqueza y que nuestras políticas deben encaminarse a gestionar una España cada vez más plural. De esto nos hablaba ayer la final del Benidorm Fest. En la gala participaron Tanxugueiras, Rayden, Xeinn, Gonzalo Hermida, Rigoberta Bandini, Chanel, Varry Brava y Blanca Paloma. Una diversidad que se vive en el seno de nuestra sociedad. De entre ellas, me gustaría constatar la diversidad que representan Tanxugueiras y Rigoberta.

Tanxugueiras

Tanxugueiras, pone en valor con gran fuerza el papel de las mujeres que no sabían leer ni escribir, pero que ayudaron a crear la cultura tradicional gallega. Con su canción "Terra", reivindican al folklore gallego, a su lengua y a las pandereteiras: "Queremos darle voz ante toda Europa a todas las mujeres anónimas que nos dejaron su legado,.. Por nosotras, por las que vienen y por las que fueron. Porque sin memoria perdemos nuestra identidad". La canción "Terra" además nos habla de interculturalidad, de la diversidad que tenemos en España, y repiten palabras además de en gallego, su lengua madre, en euskera, leonés, catalán y castellano.

Por su parte, Rigoberta Bandini nos aporta su canto al feminismo. Su canción “Ay, Mamá” nos habla de la maternidad y la importancia de normalizar nuestra vida y nuestros cuerpos. En la canción se pregunta "por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza". Es bien sonado el debate que en algunas redes sociales, como Instagram, está generando. Un grito el de Rigoberta, “al puro estilo Delacroix”.   

Rigoberta

En una sociedad cada vez más polarizada, en muchas ocasiones nos movemos entre dos extremos. Los que ven en lo diverso una amenaza, y la única solución para la convivencia en un refuerzo del mainstream -lo convencional, o lo que “siempre se ha hecho así” que diría los anglosajones-. Otras personas, sin embargo, descubren en la diversidad una oportunidad para nuestras sociedades plurales, en las cuales el acento se pone en la convivencia y la integración, sentando las bases de una verdadera cohesión social. Esto es lo que se propone en la guía “Caminos de convivencia”.

El miedo ante lo nuevo es algo que no podemos controlar. Nos da mucho desasosiego salir de nuestra zona de confort, supone un esfuerzo, porque significa gestionar otras ideas y compartir nuevos espacios. Ante esa ansiedad, existen tendencias que buscan simplificar, caminando hacia un horizonte homogéneo y unidimensional. Por eso es parece más fácil mirar al corto plazo, a la respuesta “fácil” o a lo políticamente correcto. Pero nos vamos dando cuenta, y la pandemia del COVID nos lo está dejando claro, que nuestra vida necesita mirarse desde todos sus ángulos, encarando la complejidad y la riqueza de la convivencia. Esta mirada o solución cortoplacista “rompe aguas” por todos lados. Nos lo dice la guía intercultural y nos lo recuerdan Riboberta y Tanxugueiras. Lo queramos o no, la diversidad es algo constitutivo de nuestra existencia.

Las respuestas fáciles y políticamente correctas, generalmente dejan a gente fuera del foco, y genera mecanismos de exclusión que asocian al diferente, al pobre, al extranjero, al que es distinto a mí, como el marginal.

La guía “Caminos de convivencia”, lo que constata es que hay, aunque no salgan en los titulares de los periódicos, muchas pandereteiras, muchas madres que amamantan a la humanidad, mucha gente anónima que descubrieron en el encuentro, en la integración, en la construcción de puentes y de vínculos, en el amor, un camino sólido para la convivencia social, para la gestión de la diversidad y para el desarrollo de la humanidad.

Guia

Los expertos que han participado en la guía han constatado como nuestra sociedad se sostiene, y especialmente en la pandemia, por millones de padres y madres que se levantan cada día buscando un futuro mejor para los suyos, millones de profesores, de educadores, que buscan cómo generar una cultura crítica de la vida y de la realidad en sus alumnos, educando en el respeto y la diversidad, millones de médicos, policías, basureros, bomberos… intentan hacer de las ciudades, de los pueblos, de nuestros barrios, espacios sanos, limpios, seguros donde convivir, encontrarnos y jugar en nuestras plazas… Millones de líderes políticos, religiosos, comunitarios, que se desviven por sus comunidades y feligreses, sumando en la arena pública, soñando y generando las bases de una ciudadanía inclusiva y de sociedades solidarias, donde se respire paz. Esto es lo que reivindican Rigoberta y Tanxugueiras.

Alimentar el miedo, el “siempre se ha hecho así”, el inmovilismo, el hacer oído sordo al malestar social en amplios colectivos nos lleva a callejones sin salida, y a veces sin quererlo (o queriendo) a una mayor polarización y exclusión. En este contexto cambiante que vivimos, debemos encarar como sociedad estos retos, y el marco de las políticas de integración local, si quieren ser efectivas, deben ampliar su enfoque de intervención. De esta forma, las políticas de integración deberías reconocer dos ejes centrales: las medidas de cohesión social, y las intervenciones basadas en la gestión intercultural de la diversidad. Porque como decíamos anteriormente, la diversidad nos constituye como personas, nos enriquece. Lo queramos reconocer o no, la diversidad es algo constitutivo de nuestras sociedades plurales y de nuestra propia existencia. ¡Vivan las tanxugueiras y rigobertas!

Volver arriba