41 Congreso de Teología 'Venimos de una pandemia: levántate y anda' Juan José Tamayo: "La Covid ha puesto de manifiesto el fracaso del modelo neoliberal"

Boff y Tamayo
Boff y Tamayo

La Asociación Teológica Juan XXIII dedica el 41 Congreso de Teología al tema de la pandemia, sus consecuencias, la postpandemia y las necesarias respuestas para virar el curso de la humanidad en dirección a un mundo más justo, solidario y superador de las brechas de la desigualdad

Las personas que intervienen son figuras relevantes en sus campos: Víctor Codina, Mayte Muñoz, Victoria Camps, Jesús Peláez y Leonardo Boff

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: "A mí lo que me interesa de esta pandemia (y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania): son las víctimas"

El Congreso terminará con la lectura del Mensaje, que propondrá algunas líneas de acción a seguir en la respuesta a la pandemia y la postpandemia

Buenas tardes, buenos días, buenas noches -dependiendo- del lugar donde se encuentren-a todas las personas de los diferentes continentes y países inscritas para participar en este Congreso Internacional on line, que iniciamos hoy. Muchas gracias por su interés y apoyo a nuestra convocatoria.

Desde hace más de dos años venimos sufriendo una pandemia que ha mantenido confinada o en permanente alerta a la población mundial a través de diferentes olas, ha provocado más de doscientos cincuenta millones de personas contagiadas, ha causado la muerte de más de doce millones de seres humanos y ha tenido consecuencias económicas y sociales muy negativas para la humanidad, especialmente para las personas y los colectivos más desfavorecidos.

Pero no podemos quedarnos en las cifras frías. Detrás de ellas hay vidas humanas frustradas, proyectos truncados, experiencias de amor rotas, familias destruidas que han sufrido tan irreparables pérdidas con un final inmerecido para quienes dedicaron su vida a trabajar por un mundo más justo, eco-humano y fraterno-sororal.

Brasil

"No podemos quedarnos en las cifras frías"

La covid-19 no ha afectado a todos por igual y con la misma intensidad. Ha sido, y sigue siéndolo hoy, mucho más agresiva con los continentes, los grupos humanos y las clases sociales más vulnerables de la población mundial, donde las heridas que ha dejado son más profundas y más difíciles de curar porque son estructurales, y ha ampliado las brechas de la desigualdad y la discriminación en todos los terrenos y de todo tipo: de género, de etnia, de cultura, de clase, de identidad sexual. Una desigualdad que, como dice el reciente informe de Oxfam mata y lo ratifica el título del libro del sociólogo Göran Therborn: La desigualdad mata (Alianza editorial, Madrid, 2022).

Lo que la covid-19 ha puesto de manifiesto es, por una parte, la vulnerabilidad del ser humano y la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberal que, durante la pandemia, ha practicado la necropolítica, en expresión de Achille Mbembe, y la cultura del descarte, en el lenguaje del papa Francisco.

En palabras del prestigioso científico social Boaventura de Sousa Santos, “de manera cruel, el coronavirus abrió las venas del mundo, parafraseando la bella expresión de Eduardo Galeano. Nos permitió ver las entrañas de muchas monstruosidades que habitan nuestro día a día y nos seducen con los disfraces que, de tan comunes, asumimos como normalidad”. A su vez, ha sido posible “conocer resistencias comunitarias, iniciativas tan creativas como indignadas para aliviar el sufrimiento” (Boaventura de Sosua Santos, El futuro comienza ahora. De la pandemia a la utopía, Akal, Madrid, 2021, pp. 6).

"Lo que la covid-19 ha puesto de manifiesto es, por una parte, la vulnerabilidad del ser humano y la fragilidad del mundo, y, por otra, el fracaso del modelo neoliberal que, durante la pandemia, ha intensificado las desigualdades"

“La pandemia -sigue afirmando Boaventura- mostró, con claridad antes nunca vista, lo peor del mundo en el que hemos vivido desde el siglo XVI: el impulso de la muerte que la dominación moderna desencadenó con impunidad en el mundo de humanos y no humanos no sometidos a ella. Pero… también mostró lo más exaltado de la humanidad: la solidaridad de tantos como arriesgaron su vida para salvar a los más vulnerables o los más afectados, que se consolaron y se cuidaron entre sí” (ibid., p. 8).

A esto cabe añadir la guerra Rusia-Ucrania-OTAN, destructiva de miles de vida humanas, causante de desplazamientos de millones de seres humanos en condiciones precarias, con una amenaza nuclear, la crisis energética y otras consecuencias imprevisibles para el conjunto de la humanidad.

Al tema de la pandemia, sus consecuencias, la postpandemia y las necesarias respuestas para virar el curso de la humanidad en dirección a un mundo más justo, solidario y superador de las brechas de la desigualdad, vamos a dedicar el 41 Congreso de Teología on line del 9 al 11 de septiembre. Lopresentará Víctor Codina, teólogo catalán que vivió 36 años en Bolivia, desde su experiencia de víctima de la Covid. La respuesta a la pandemia, afirma, no puede ser una parálisis personal, social y religiosa como tampoco la vuelta a la vieja normalidad, sino la resistencia activa en perspectiva liberadora y la construcción de un mundo diferente, justo y solidario.

A continuación, Mayte Muñoz, psicóloga clínica y psicoanalista, hará un análisis sobre “El virus que paralizó nuestras vidas: su intrusión y sus efectos” desde una mirada psicológica, en la que mostrará cómo el dolor, la incertidumbre y las conciencias de los propios límites que generó la pandemia nos lleva a repensar y vivir de otra manera nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y el sentido que demos a nuestra existencia.

Victoria Camps reflexionará sobre “El valor emergente del cuidado” como respuesta ética a las situaciones de precariedad provocadas por la pandemia y sus consecuencias en la postpandemia. El cuidado, que ha sido un deber asignado a las mujeres como una carga y se ha ubicado en el ámbito privado, “es un deber universal accesible a cuantos lo solicitan justamente” y “no puede ser visto solo como una responsabilidad privada”. El cuidado es un valor inseparable de la justicia. Ambos son valores complementarios, incluso el cuidado se encuentra “más allá de la justicia” (Victoria Camps, Tiempo de cuidados. Otra forma de estar en el mundo, Arpa, Barcelona, 2021, 76, 78).

Posteriormente, tendrá lugar la reflexión teológica. Jesús Peláez, catedrático de la Universidad de Córdoba, se centrará en la actitud de “Resistencia de Jesús de Nazaret ante los poderes”y su opción por la ética de la com-pasión con las víctimas y del cuidado de la vida de todos los seres humanos y de la naturaleza como opción fundamental. Jesús convivió con gente especialmente vulnerable y necesitada de cuidados a todos los niveles y murió víctimas de todos los poderes: religioso, político, económico, patriarcal. Desde dicha ubicación invita a la creación de una sociedad alternativa en la que el servicio, los cuidados, y no el poder, sean el pilar fundamental de la convivencia eco-humana y de la actividad política.

Leonardo Boff, teólogo de la liberación de Brasil, lo hará con una reflexión en dirección “Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza” desde una perspectiva bio-eco-teológica. Analizará la confrontación entre dos paradigmas civilizatorios: el del señor y dueño de la naturaleza y el del hermano y la hermana, es decir, el de la fraternidad universal y el amor social, propuesto por el papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti y por el que aboga Boff.

Terminaremos con la lectura del Mensaje, que propondrá algunas líneas de acción a seguir en la respuesta a la pandemia y la postpandemia.

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: "A mí lo que me interesa de esta pandemia (y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania): son las víctimas"

El Congreso quiere situarse del lado de las víctimas tal como lo expresa Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger: “A mí lo que me interesa de esta pandemia(y nosotros añadimos: de la guerra Rusia-Ucrania-OTAN y de otras pandemias): son las víctimas. De hecho, para la Iglesia, y me refiero a las comunidades cristianas dispersas por todo el mundo, va a ser un desafío porque tendremos que estar con las víctimas de la mayor pobreza que vendrá tras el virus".

Inscripciones en este link

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Volver arriba